A veces hasta encontraba lógico lo que momentos antes le había producido inmensa extrañeza.

Luego miró á su amigo con una extrañeza dolorosa.

El empleado volvió á sonreír, ya con marcada extrañeza y compasión, y advirtió: Aquí no tenemos bastante.

Todo lo encontraba natural, nada le sorprendía; la vuelta de Sagrario al hogar no le había causado la menor extrañeza.

Miró el oficial al edificio y luego examinó á Desnoyers con visible extrañeza, como si lo encontrase de aspecto demasiado humilde para ser su propietario.

Sus marineros, al contrario, se habían mirado largo rato con una especie de extrañeza estúpida.

La rubia le miraba fijamente, sonriendo con malicia, y fingiendo cómica extrañeza exclamaba: Pero, ¿qué es eso, niño?

Miró con una creciente extrañeza el maestresala al bulto que tenía delante, y se entró por una puerta inmediata.

Ella me vió llegar sin hacer un movimiento, y al inclinarme me miró con fría extrañeza.

Lo que sí le causaba profunda extrañeza era que su novia ignorase que existía en el mundo el ser que le había dado la vida y siguiese creyéndose hija de aquel hombre indigno cuyo apellido llevaba.

Si Rafaela iba al Brasil y cantaba y bailaba allí con originalidad de muy distinto género, ya que el elemento o fondo primitivo de sus canciones o era indígena de nuestra Península o provenía acaso de Arabia o del Indostán por medio de los gitanos, Rafaela, sin duda, iba a pasmar agradablemente a los brasileños por la exótica extrañeza de sus cantos y de sus bailes.

La luz se había ido poniendo rojiza, y flotaba sobre el mar y sobre la tierra como una extrañeza fantasmagórica.

Los había de varias razas y tamaños, todos sucios, con los ojos amarillentos y una baba rabiosa en los colmillos: animales casi salvajes, que sólo de tarde en tarde veían llegar algún pobre, y sentían feroz extrañeza ante Isidro, irritados por su exterior de hombre de ciudad.

¿Qué es esto?preguntó con festiva extrañeza á su mujer.¿Has hecho un Nacimiento para divertirte?

¿No tendría la difunta alguna especialidad más marcada a cuyo cotejo someter a la emperatriz por vía de prueba? preguntó el capitán de húsares participando de la extrañeza general.

Pero ¿qué hacen esas feas alimañas de mi consejo y diván que no se han apresurado ya, que no han corrido para portear sobre sus lomos a mi buen Ben-Farding, al libertador de mi esposa, al que ha de ser mi primer amigo si sus obras corresponden a la graciosa extrañeza de sus fantasías?

Sus ojos miopes, al encontrarse con los míos, reflejaron una extrañeza hostil y salvaje.

Siempre que sus ojos profundamente negros y brillantes tomaban esa expresión, la niña semejaba á un sér intangible de indefinible extrañeza.

Esto lo dijo Baselga a su antiguo amigo el jesuíta, convencido de que con tales palabras iba a anonadarlo; pero el padre Claudio, en vez de confundirse con aquella acusación dirigida a su amistad, mostró una ingenua extrañeza, exclamando: ¡Cómo es eso! ¿El padre Renard conocía ese documento de que habláis, y que yo me hubiese guardado mucho de recordar a usted?

Me asalta otra vez la inquietadora extrañeza.

Enriqueta escuchaba con instintiva extrañeza tales palabras.

Blumhardt no manifestó la más leve extrañeza ante el aspecto de su general.

—Hombre—dijo el médico, cambiando súbitamente de actitud, de tono y de temperatura,—y á propósito de esos Estados Unidos y de esas otras tierras lejanas de que nos hablaba usted: ¿conque tan bonitas son esas mujeres de por allá? —De primera, señor don Elías, ¡de primera!—respondió el interpelado, después de mirar al médico con cierta extrañeza maliciosa.

La señora de Freneuse miró con extrañeza mezclada de asombro á Cipriano y éste añadió con acento de bondad: Tragomer me lo ha prometido y tengo confianza en él.

Los pasajeros, acostumbrados al movimiento de todo cuanto les rodea, a sentir ondular el piso bajo sus plantas, a la oscilación general de los objetos, experimentan una extrañeza casi molesta, al ver que el buque avanza, y, sin embargo, parece inmóvil.