33 oraciones de ejemplo con bureo

Comenzó el bureo en la danza, por causa de la música y poesía que alternaban; vino luego la lucha y esgrima que ponían a prueba la bizarría y habilidad de cada uno.

Alegría, torneo o justa o bureo, en lugar de rabia, furia, ira, etc.

Este verso y el siguiente, dice así: "comenzó el bureo en la danza, por causa de la música y poesía que alternaban".

Pero aquesta que ves, es el aseo, La gala de los cielos y la tierra, Con quien tienen las musas su bureo, Ella abre los secretos y los cierra, Toca y apunta de qualquiera ciencia La superficie y lo mejor que encierra.

El doctor había jugado fuerte, perdiendo miles de duros; mantenía queridas costosas por pura ostentación y emprendía viajes divertidos por toda España con audaces compañeros de bureo.

Reinaba la soledad, los vecinos se habían ido a misa o de bureo, y media docena de párvulos, confiados al Ángel de la Guarda, se solazaban entre el polvo y las inmundicias del arroyo, con la chola descubierta y expuestos a un tabardillo.

Al Conde de los Arcos, en Bureo».

» Hasta pasados cinco meses no hizo caso el Bureo: por fin, en Octubre del mismo año cumplió el decreto.

Esto, después de aquel famoso fallo del Real Consejo de Hacienda eximiendo del pago de la alcabala a la pintura y reconociéndola como arte liberal, cuando en las cuentas del Bureo continuamente se hablaba de pagos y atrasos cobrados por Velázquez como pintor del Rey, es de lo más tristemente cómico que puede imaginarse y de lo que mejor pinta la necia vanidad de entonces.

En fin, dijeron que se querían ir al Prado a bureo un poco, y yo, que si no lo tenían a enfado, que los acompañaría.

Ambos solteros y sin ninguna gana de cambiar de estado, aficionados á las cañas y al bureo, aunque en este particular y en la esplendidez característica que el vino andaluz despierta en los naturales, el viejo sacaba mucha ventaja al joven.

Soltero, con alguna hacienda adquirida en los negocios de vinos, espléndido con las mujeres, ostentoso en el vestir dentro de su clase, aficionado á la broma y bureo, pero sosteniéndose siempre en los límites que marca la prudencia, esto es, sin pasar á la categoría de borracho ó perdido.

Y luego surgió el coro habitual en esos casos: «¡Qué infamia! ¡Qué picardía!» Al fin, después de andar en bureo entre , corrieron a su instrumento el corregidor, o jefe político, como se le llama ahora, de Madrid.

Al punto que nos metimos entre aquel bureo, se me puso cabeza que me había caído en el mar: mar caliente, que hervía á borbotones, y en el cual flotaba yo dentro de un botecillo chico como una cáscara de nuez: golpe va y golpe viene, ola arriba y ola abajo.

Así es que hoy mi alma se ha ido de bureo desde esta villa y corte de Madrid hasta el Asia central, y ha saltado también por cima de no pequeño montón de siglos, subiendo contra la corriente, hasta llegar al año 60 ó 70, sobre poco más ó menos, que en esto no hemos de ser muy escrupulosos, de la era llamada de Nebonasar.

En Madrid, a 18 de septiembre de 1628.Al conde los Arcos, en Bureo».

Toda la gente que andaba en la brega era de la casa: colonos y deudos de colonos, de los más trabajadores y entendidos entre todos los colonos y deudos de colonos del Berrugo, con las únicas excepciones, últimamente, de Pilara, por ser la mejor acaldadora de yerba que se conocía en Robleces, y de Quilino, á ratos, que se colaba en el bureo de aquellos agostos sin que nadie le llamara, como se colaba en todas partes.

Su criada, una vieja de Archidona, antes protectora de mis amores, solía venir a mi casa a darme noticias de cómo seguía María Teresa, y de paso se lamentaba de que el señorito José Ignacio apenas se ocupara para nada de la enferma y de que anduviera siempre de bureo con lo más perdido del pueblo.

Satisfechos los ánimos con la designación de la sucesora, y los estómagos con abundantes alimentos, regocijada la sangre en las venas con las bebidas, abandonan los asistentes la mesa y principia el ruidoso baile, el cual sólo se interrumpe para volver a ocupar de nuevo la mesa a la hora del yantar y ahitos de comidas y licores, regresan después a la sala del baile a continuar con la danza y el bureo hasta horas avanzadas de la noche.

Aunque viven envainados en los cuerpos sólidos, cuando llegan á cierto grado de elevación en los estudios pueden salirse del cuerpo sólido, dejándole dormido, en éxtasis y hasta cataléptico, é irse de bureo ó parranda por los espacios infinitos.

Y se diría, por último, que de todos los milagros que hicieron los santos que hubo en el Perú, tiene España la culpa, como si sólo en España y en sus colonias se hubieran hecho milagros, se hubieran quemado brujas, y hubiera sido la gente más inclinada al bureo que al estudio, al despilfarro que al ahorro, á divertirse, que á atarearse.

Estaban espantados nuestros peregrinos, callando como unos muertos y, cuando esperaban ver entrar en fúnebre pompa tropas de fantasmas, catervas de visiones, ejércitos de trasgos, multitud de larvas y un escuadrón de funestos monstruos, vieron muy al contrario muchos ministros suyos muy colorados, gruesos y lucidos, no sólo no tristes, pero muy risueños y placenteros, cantando y bailando con brava chanza y bureo.

Allí, entre cháchara y bureo, fueron clavando ramos en otros tantos maizales sin resallar; y como no eran muchos los que se hallaban en tal atraso de labores, tuvieron las pícaras tiempo sobrado para recorrer todas las mieses del lugar sin que lo advirtiera el vecindario.

Entonces debía de hallarse la hoguera en su grado máximo de bureo, á juzgar por el ruido que de hacia allá venía, y el silencio que reinaba en la vecindad y, sobre todo, en la casa.

Entráron Cunegunda y la vieja en bureo, y esta dixo: Señorita, vm.

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