¡Tú dirás! ¡El latín que es la llave de las ciencias! Ni latín, ni otras cosas; todo lo que puedo enseñar, todo lo que sé, ¡cuanto aprendiste aquí! Dicen que estoy atrasado; que mi manera de enseñar es anacrónica, ¿has oido?

No has oido decir los memorables Arcos, anfiteatros, templos, baños, Termas, porticos, muros admirables: Que á pesar y despecho de los años, Aun duran sus reliquias y entereza, Haciendo al tiempo y á la muerte engaño?

Te reserva más cumbres y más cielo; Cumbres de amor y honor para tu vuelo; Cielos de egregia luz para tu escudo! CANTO A ESPAÑA El alma del poeta filipino Se detiene en la aurora del camino Y llama con sus alas a tu puerta ¡Es la hora en que el amor abre sus galas Si has oido los golpes de mis alas, Señora de mis cánticos, despierta!

Y cuando acaba el amor y la mente envejecida pierde frescura y calor, ¿qué fin tendria la vida si no quedara el dolor? * * * * * Tú, Mercedes, que has sufrido y has llorado y has sentido, despues de oir mis informes, piensa en lo que me has oido y dime: ¿estamos conformes?

Dichoso tú, hijo mio, si aun no has oido el terrible precepto de esa ley, de esa ley que se llama... ¡Amor! exclamó profundamente Yaye.

¿Te obligas á todo lo que has oido?

Me lo has oido, ella es quien ha dirijido los negocios, duplicando la fortuna de tu padre, hasta imposibilitarse en el trabajo...

»Ya has oido, señor, las repetidas pruebas de amor que dí á Polineso; por ellas comprenderás si tenia ó no derecho á esperar de él el acendrado cariño de que me era deudor: oye, sin embargo, el galardon que recibí por mis amorosos desvelos: oye la gran merced que á mis grandes merecimientos ha hecho; y juzga si por el solo delito de haber amado demasiado, puede esperar una mujer el más completo olvido!

¿En qué region de la bárbara Escitia has oido decir que deba inmolarse al que, despues de hecho prisionero, rinde las armas y renuncia á defenderse?

¡Que ha muerto el rey! ¿No has oido hoy rumor de combate?

Ya, como tú no lo has oido...

¿Y no lo has oido seiscientas veces?

¡Oh, señor Brumandilon! que no has oido nada, como te desviastes léxos del huerto.

¿Has oido hablar, ó rey, del jardin de Hirám, uno de los prodigios de la Arabia Feliz? Sí, el Alcorán habla de ese jardin en el capítulo titulado la Aurora del dia.

¡Oh juez doctísimo! ¿Has oido la sentencia, Antonio?

¿Lo has oido, Sylock? SYLOCK.

Si el manto de la noche no me cubriera, el rubor de vírgen subiria á mis mejillas, recordando las palabras que esta noche me has oido.

¿Y qué le vas á decir, si todavía no me has oido nada? AMA.

¿Has oido su voz tan halagüeña que convida á amar? CASIO.

Ya has oido que ella misma dice que yo no fuí.

Nada has oido, nada has visto.

—¿Has oido? dijo uno al otro.

—¿Has oido? preguntaba en medio del mayor silencio la condesa.

Sólo porque me has oido, Entre mis membrudos brazos Te tengo de hacer pedazos.

Otro preguntó: «¿Y quién es Este Don Juan?¿No has oido (Le respondió) su suceso?