910 oraciones de ejemplo con la acera

Pasó á la acera de enfrente y empezó á pasearse, resuelto á no abandonar su puesto en toda la noche, esperando con la inquebrantable paciencia que da el deseo de venganza.

# A las tres de la tarde el sol enfilaba todavía sus rayos por la calle de Serrano bañándola casi toda de viva y rojiza luz, que hería la vista de los que bajaban por la acera de la izquierda más poblada de casas.

Mas como el frío era intenso, los transeuntes no se apresuraban a pasar a la acera contraria en busca de los espacios sombreados: preferían recibir de lleno en el rostro los dardos solares, que al fin, si molestaban, también calentaban.

Por eso, hasta llegar a la calle de Jorge Juan, no advirtió la presencia de un joven que desde la acera contraria y caminando a la par con ella la miraba con más admiración aún que curiosidad.

O muy temerario era o muy poca vergüenza debía de tener éste cuando saltó a la calle en pos de ella y comenzó a seguirla por la del Caballero de Gracia, caminando por la acera contraria para mejor disfrutar de la figura que tanto le apasionaba.

Al pronunciar las últimas palabras, dejó de contemplar el escaparate y siguió su marcha majestuosa por la acera.

Sacóle del compromiso la aparición de una joven hermosa y elegantemente vestida que venía al encuentro de ellos por la acera del Principal.

Por la acera de Recoletos bajaba Pinedo, aquel memorable personaje que vivía con un pie en el mundo aristocrático y otro en la clase media-covachuelista a la que en realidad pertenecía.

Llegados á hombres, los pequeños ingenieros que chapoteaban en el agua con tanto júbilo, no pueden recordar sin alegría los juegos de su infancia; á pesar suyo miran con cierta emoción el pequeño torrente cenagoso que corre junto á la acera.

Me pareció que quizá no había bebido bastante para ser todo lo insolente y procaz que quería, y me senté en la mesa de una taberna, en la acera, en una calle en donde hay tal profusión de colmados y de peluquerías, que no parece sino que aquella gente se ha de pasar la vida entre el plato de pescado frito y la tenacilla para rizarse el pelo.

El Morito me sacó del apuro, porque se acercó a decirme que venía alguien por la acera.

Era una covachuela a más bajo nivel de la calle, que tenía unos escalones desde la acera.

Al despertar el pueblo, al amanecer, se oyen los mugidos de los bueyes; luego, los alpargateros sacan su banco a la acera, y los carpinteros trabajan en medio de la calle en compañía de los chiquillos, de las gallinas y de los perros.

de los vecinos que con más frecuencia paseaba por la acera de la muralla

Oyó el ruido de los pasos de los hombres en la acera.

No tardará en llegar... Salí á la acera y me levanté el cuello del gabán.

Al volver la cabeza, vió junto á la acera un automóvil que acababa de detenerse.

Otro hombre pequeño surgió, un poco más allá, de la sombra proyectada por los fresnos, como si pretendiese atravesar la avenida, pasando á la acera opuesta.

Luego, deseoso de evitar el peligro, en vez de seguir á lo largo de la acera, atravesaba la avenida para continuar su camino por el lado opuesto....

Algo pasa por la acera que interrumpe estos propósitos desesperados.

andando hacia la acera de enfrente, cuando de nuevo me detuve, me quedé helado, absorto, estupefacto, porque detrás de mi había sonado claramente mi nombre.

En un entresuelo de la acera del frente, y poco más abajo de la calle, una cuadrilla de carpinteros, albañiles y pintores, trabajaban con energía y diligencia.

La blanca alpargata del presidente hirió una baldosa de la acera, conjurando el chaparrón de protestas y faltas de respeto que veía en lontananza.

Mientras las puertas del Congreso estaban cercadas por una multitud de papanatas, a quienes se prohibía hasta aproximarse a la acera, él las atravesaba erguido entre las reverencias de los porteros, que, al abrirle respetuosamente la mampara de rojo terciopelo, le decían: Pase Usía.

Anduvimos más, y al principio de la fachada de otro edificio, ayudado por cuatro tubos de gas que la decoraban, volví á leer Champeaux, y más adelante, en letras mayores, restaurant Champeaux, y en el otro extremo, Champeaux, y muy abajo, casi rayando con la acera, restaurant Champeaux.

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