¡No haga usted caso, santo varón!díjole riendo S.E. ¡Es que se asegura mucho! ¿Y qué? Que si realmente me la atacan, tales cosas podrán decir, aunque sean inventadas, que extravíen la opinión.

Juanita contestó riendo: Te encierro para estar segura de tu neutralidad.

Es verdaddijo riendo Juanito; pero sin eso no puede haber ejército, y el ejército es necesario.

Pues la llevaremos atada de manos y piesdijo Maxi, riendo.

Entonces me reiría, me estaría riendo tres años seguidos».

iv Bajó Fortunata los peldaños riendo... Era una risa estúpida salpicada de interjecciones.

Veo que eres más tonta que hecha de encargodijo Golfín riendo.

¿Qué le parece a usted mi hija?dijo don Manuel riendo.

Venía riendo, y sus ojos, libres de la venda que él mismo se había levantado, miraban hacia adelante.

Me lo dará despuésreplicó el mancebo riendo.

Es todo mentira, Sr. D. Benignole dijo Monsalud riendo.

Quedó don Quijote, después de desarmado, en sus estrechos greguescos y en su jubón de camuza, seco, alto, tendido, con las quijadas, que por de dentro se besaba la una con la otra; figura que, a no tener cuenta las doncellas que le servían con disimular la risa —que fue una de las precisas órdenes que sus señores les habían dado—, reventaran riendo.

Está lococontestó riendo y abrazándome.

Susana, contrariadísima, porque no gustaba de fiestas, había consentido en acompañar a su madre, de real orden, como ella decía riendo.

¡Jesús, Agapo! mira que hablas desatinosdecía riendo Susana, sin darse por vencida.

Con gran pujanza vá el Virrey siguiendo Su derrota y camino comenzado: El indio guaraní se está riendo, Por ver que el aparato es escusado; Y en viendo al Español, tira huyendo De lejos, el motin haciendo usado: Don Francisco y su campo van marchando La vuelta del Perú ya deseando.

Pero la dama, riendo de esta indicación, fue a sentarse en la cabecera de la mesa.

Su mujer, con la vehemencia del entusiasmo, se echó atrás, riendo al mismo tiempo que aplaudía, y otra vez la falda, a impulsos de ocultas exuberancias, volvió a dejar al descubierto los encantos inferiores.

La interminable tribu de cada una de sus favoritas, le acosaba con el lloriqueo servil y la codicia insaciable propios de la raza; y el marqués se dejaba saquear, riendo la gracia de estos parientes de la mano izquierda, que le adulaban declarando que era un cañi puro, más gitano que todos ellos.

No había visto a Isidro en mucho tiempo, y al reconocerle en la puerta de la Facultad de Medicina, le echó los brazos al cuello, riendo de su facha miserable.

Por supuestoañadió el General riendo, toda esa sensibilidad de que hacéis gala para mí es música.

Me parecedecía Martín, riendo,que lo que están dispuestos a dar, no es la última gota de su sangre, sino la de sus cadáveres.

No obstante, Sixto Moro se autorizaba algunas dudas; nos decía riendo que los amores de Pasarón eran una pasión greco-romana y que, más tarde o más temprano, concluiría por la intervención fatal y dolorosa del Destino, como las tragedias clásicas.

Yo sabía que allí había uno grande y perfecto de Natalia, y se lo dije riendo.

Así nos lo contaba riendo el capitán cuando el pobre hombre no estaba delante.