2716 oraciones de ejemplo con viudas

El cacique por un lado y los alferes por otro dan la voz á los intérpretes para que llamen por secciones, primeramente á todas las mugeres casadas, en seguida á las viudas, luego á las solteras y á los niños, que llegan á tomar su racion pasando por entre dos hileras de fiscales armados de un chicote para mantener el órden, el cual es estrictamente observado.

Si tuvieras treinta o treinta y cinco años, te aconsejaría que te casaras; pero más vale que te hagas la cuenta de que por reciente providencia judicial... o divina, han desaparecido todas las mujeres que hay en el mundo, casadas, solteras y viudas... ¡Bah!, ¡bah!

Ahora, con la muerte del Rey, se va a encender una guerra tal, que España va a ser una Nación de huérfanos y viudas.

Para los tejedores y demás empleados en oficios o faenas, como asimismo para las viudas, huérfanos y viejos, sembraban una grande chacra, cultivándola como lo demás de comunidad, y sus frutos los repartían entre aquellos para quien se sembraba.

Por supuesto que también los hombres son negaos: no lo tome usted a mala parte; pero ¿se le figura a usted que el marío de mi ama no está dejao de la mano de Dios pa dirse a la Habana ú donde sea, mientras ella está tan reguapa que da gloria, y más fresca que una rosa? Lo que yo digo: si él está en el otro mundo, ella como si estuviera viuda, y las viudas son del diablo.

Esta clase de educaciones exquisitas son en París, como en otras partes, el consuelo de muchas viudas cuyos maridos viven, sin embargo.

Donde socorría a las viudas y enjugaba el llanto de los niños arrodillados ante el cadáver de su padre, mientras les decía estas palabras:«A cambio del oro que os doy, rezad por su alma.

Los viejos tienen su jubilación, los enfermos perciben un socorro, viudas y huérfanos cobran pensiones por el empleado muerto.

¿Por ventura es mejor que aquella compañía de los siete diáconos llenos del Espíritu Santo, escogidos por los Apóstoles para tener cargo de los pobres y viudas, entre los cuales uno, por nombre Nicolao, vino á ser heresiarca?

Nuestra salvacion y nuestra vida se debe á aquella victoria, por haber impedido que el irritado Júpiter fulminara sobre nuestras cabezas los rayos de su cólera; mas en cambio, no nos es posible gozar de ella ni demostrar nuestro regocijo, al escuchar los ayes y lamentos de tantas viudas como han quedado en Francia, cubiertas de luto é inundadas en llanto.

Eran algunas viudas de capitanes y de pilotos, y, al recordar el hombre perdido en el mar, sollozaban.

¡Qué aburrimiento! Se formaba una tertulia de señoras respetables, entre las que había dos o tres viudas de capitanes y pilotos, y al anochecer se tomaba chocolate.

El hermano de Caracas había sido hasta su muerte uno de los hombres más trapisondistas del pueblo; algunos aseguraban que había dejado más de media docena de viudas en diferentes puntos de España y de América, y una porción de herencias fabulosas en su testamento, herencias que no existían más que en su acalorada imaginación.

» Fuimos, pues, continuando con nuestro método favorito, y en pocas semanas dejamos más viudas y huérfanos que el famoso sitio de Troya.

Es común en nuestras campañas que los gauchos jóvenes se casen con viudas ya provectas.

De ordinario, los mancebos se casaban con las viudas y los viudos con las doncellas.

Así dicen esas señoras solícitas que, por haber asistido á muchos duelos de familia, saben el modo de curar desmayos y síncopes de viudas y huérfanas.

Puede ser que el General Cravioto hubiese leído que en la India quemaban á las viudas (suttee) y suspiró por una suttee periodística, á su manera.

38 Y LES decia en su doctrina: Guardáos de los escribas, que quieren andar con ropas largas, y aman las salutaciones en las plazas, 39 y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas: 40 que tragan las casas de las viudas, y ponen delante que hacen largas oraciones: estos recibirán mayor juicio.

Murió Gasca de las heridas, y mandó en su testamento que las ganancias que habia hecho en la guerra se repartiesen entre soldados pobres, huérfanos, viudas, mujeres y hijas de soldados: era sobrino hijo de hermano de Gasca, obispo de Sigüenza, que venció en una batalla á los Pizarros y pacificó el reino del Perú.

Estos cuadros despertaban en Mascaró la misma sensación que los retratos borrosos, coronas ajadas y otros recuerdos fúnebres que guardan piadosamente ciertas viudas para no olvidar un momento las acciones del muerto.

Oyéndola hablar, cualquier incauto la habría creído el espejo de las viudas.

9 [A] las viudas enviaste vacías, y los brazos de los huérfanos fueron quebrados.

15 Los que de ellos quedaren, en muerte serán sepultados; y no llorarán sus viudas.

Tampoco repugnaría el entrar en cualquiera de las Órdenes modernísimas que se consagran a cuidar ancianos, o a la asistencia de enfermos, que entre tantas Congregaciones, alguna habría que admitiese viudas sin dote.

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