88 oraciones de ejemplo con zafios

Pero las señoras de Porreño, después de su decadencia, miraban á Elías como un buen amigo, le trataban de igual á igual (¡lo que puede la decadencia!), aunque el antiguo mayordomo no traspasaba nunca, ni en sus conversaciones, el límite respetuoso que separa á un hijo de zafios labradores (frase suya) de tres damas pertenecientes á la más esclarecida nobleza.

En el estilo llano ó de homilía encantaba á la gente rústica y ponía la religión y la moral á su alcance, amenizando tan graves lecciones con chistes y jocosidades que un severo crítico condenaría, pero que eran muy del caso para que los zafios campesinos se aficionasen á oirle y se deleitasen oyéndole.

Y, por el contrario, todos o casi todos los que consumen su discreción en hacer su negocio, son insufribles de tontos o de zafios hasta que le hacen, si bien, luego que le han hecho, vuelven a brillar con su discreción en los discursos y conversaciones, o bien porque ya no tienen que emplearla en lo útil y la derivan hacia lo agradable, o bien por el prestigio seductor de que los circundan su éxito y su buena fortuna.

Los vizcaínos que en otros tiempos iban en sus barquitos á la pesca de la ballena, valen más, para , que todos esos héroes cabelludos y zafios que en Padura gritaban ¡sabelian, sabelian sarrtu! avisándose que debían herir con sus chuzos á los españoles en el vientre.

¿Qué vieron las tímidas jóvenes y los atolondrados niños y los zafios mozuelos que nos precedieron ó siguieron en tan espantoso atentado?Vieron, y vimos nosotros, la tumba de Carlos V abierta, y delante de ella, sobre un andamio construído ad hoc, un ataúd, cuya tapa había sido sustituída por un cristal de todo el tamaño de la caja.

En cuanto tratamos de introducir en la vida algo elegante o cómodo, algo parecido a lo que en otras naciones es ya de uso corriente, tropezamos con nuestros operarios desmañados, rutinarios, zafios...

Stirling dice, sin embargo, en mi opinión injustamente, que «a Justino de Nassau le falta su aspecto propio de gentil hombre genovés, y que el artista parece haberse empeñado en hacer resaltar, con cierta malicia, el contraste entre los dos campos: a un lado castellanos, de la mejor facha, al otro zafios holandeses de calzones descomunales que miran con aire de sorpresa estúpida».

¡Qué contraste con los del ramo de ultramarinos, hombres por lo general incultos y zafios, incapaces de distinguir un nocturno de una barcarola!

Don Laureano era viejo (mucho más de lo que ella suponía, por supuesto), pero conservaba gallarda figura, un aire distinguido y varonil que a cualquier mujer podía impresionar; mejor todavía a una humilde hija del pueblo que no había tratado más que con hombres zafios y mal vestidos.

Los llaman ustedes a todos por igual, y puede acaecer, y de hecho acaece muchas veces, que un tribunal se componga de hombres zafios y majaderos... Y quien dice un tribunal, dice también un parlamento.

Había algo extremadamente provocativo en su sistema de pacífica obstinación, que no dejaba a Brom otra alternativa que acudir al fondo de bellaquería que tenía siempre a su disposición y jugar a su rival pesadas bromas, Íchabod llegó a convertirse en el objeto de una fantástica persecución de parte de Bones y sus zafios camaradas.

Pintura de zafios, de borrachos, de glotones.

Púsose á liar uno, y en tanto, seguía declamando de esta suerte: No hay modo de convencer á estos zafios destripaterrones, de que la ley del progreso impone deberes, lo mismo que la ley de Dios...

Mi patria es todo un continente sin fronteras, sin odios y sin rivalidades, sin funambulerías y sin mediocridades, sin canalla que erija palacios a Monroe, sin turbas de alma triste ni «reyes paralíticos», ni zafios mercaderes, ni rufianes políticos... Y sin oro de Wáshington, que envilece y corroe.

Á los antiguos visitantes (mozarrones zafios y cazurros, chalanes, obreros, marinerazos de toda laya y procedencia) se les dió con el postigo en las narices.

Pero yo no gastaba calzones ni alpargatas, ni adornaba con pañuelo mi cabeza, y esto bastó para que entre aquellos zafios pasara por señorito.

Encontréme, barajado y como bloqueado, entre maletas, cestas, gallinas, conejos y zafios labriegos y aldeanas.

En cambio, Eulalia era tan bonita como distinguida, y lo parecía más junto á sus padres, por contraste, como si éstos fueran zafios y grotescos para que resaltara la delicadeza de su fina persona, su frente clara y abovedada, sus ojos profundos rodeados de una aureola obscura que les daban un encanto dulce y luminoso, la boca dibujada como una caricia, la nariz algo larga, recta, la barbilla como la de un niño.

No autoriza esto, con todo, ni menos justifica los arbitrarios asertos de que la virtud, el desinterés y la libertad se fueron al Nuevo Mundo, y el hablar con horror de la tiranía de los reyes y de la bajeza lacayuna de los pueblos que los sufren, cuando en América se han sufrido dictadores y tiranos más zafios, ruines, sanguinarios y codiciosos que nuestros peores reyes.

En el porvenir se las perdonaría por la época de hombres violentos y zafios que fué aquella en que realizaron sus enchufes.

Para este curso lo han enviado a otra casa, y yo me alegro, no de que caiga sobre otro la carga, sino por verme libre de él, porque era además muy calaverón y escandaloso, como son todos estos zafios cuando vienen a la ciudad.

Los espíritus zafios desearían inventar una balanza para pesar la utilidad inmediata de sus inclinaciones y sentimientos; como no la poseen, prefieren renunciar á seguirlos.

Son zafios, sin creerse por ello desgraciados.

Iban éstos solos aparte, y reputados por más necios que los moros, más zafios que los bárbaros y sin ley, pues aquéllos, ya que no conocieron la vida eterna ni la van a gozar, conocieron la presente y holgáronse en ella; pero los hipócritas, ni la una ni la otra conocen, pues en ésta se atormentan y en la otra son atormentados.

Tapábase los oídos; mas tuvo luego que taparse ojos y narices, quando vió que entraban en el templo unos zafios con palas y azadones.

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