50 Adjetivos para describir melancólica

No era muchodecía yo,que un joven los pidiera; ¡pero que los diera un viejo! Para distraer estas melancólicas imaginaciones, que tan triste idea dan de la humanidad, abrí un libro de poesía, y acertó a ser en aquel punto en que dice Bartolomé de Argensola: De estos niños Madrid vive logrado.

Jugó al tresillo para no tener que hablar; hizo malas jugadas y hasta renuncios, por lo embargado que le traían sus melancólicas cavilaciones; apenas jugó una vez sin hacer puesta o recibir codillo, y perdió quinientos tantos, equivalentes a cincuenta reales.

Las riberas del Pasig han sido objeto de rimas y trovas, y sus aguas cantadas por melancólicos amantes y por músicos más ó menos inspirados.

En balde procuró Tiburcio serenar el ánimo y disipar las melancólicas aprensiones de su amigo.

Y el melancólico arroyuelo agregaría esta nueva historia á los misteriosos cuentos que ya conocía, y continuaría su antiguo murmullo, no por cierto más alegre de lo que había sido durante siglos y siglos.

Tenía el melancólico atractivo de un ramo de flores que empiezan á marchitarse.

Volví á salir, y cansado de no hallarle, ocurrióme que acaso fuera de la villa y debajo de las ventanas de Elvira, que dan sobre la plataforma, podria estar el melancólico caballero tañendo su laud, y cantando alguna balada á la señora de sus pensamientos.

Cuántas hemos creido que era posible verla en su dolor un dia arrojarse, como Ofelia, á sus lagunas, y desaparecer entre las aguas con su doble corona de mármol y de algas en la frente, y su melancólico último cántico en los labios! Venecia era para nosotros una Ciudad-Cristo suspendida á su infame suplicio por los cuatro grandes clavos del Cuadrilátero.

La ventana de Meg, encuadrada por una enredadera de rosas, perfumaba el silencio con las ráfagas de una melancólica cantilena italiana que desde ella se desgajaban temblando en el aire quieto.

Allá, por el rincón más apartado del batey, aún se oía el rudo tambor con que los negros se acompañaban el melancólico canto y el baile salvaje de su país natal.

El símbolo místico cayó en la misma orilla del arroyuelo, y á poco más lo habría hecho en el agua que le hubiera arrastrado en su melancólica corriente, agregando un nuevo dolor á la historia que constantemente estaba refiriendo en sus murmullos.

Pero las ventanas daban á una gran pradera á la que servían de marco hermosas arboledas, y á lo lejos, más allá de la llanura, los bosques comunales de Saint-Victor extendían sus ramas sombrías en las que cantaban los melancólicos cucos.

En el extremo de la plaza aparecieron las banderolas con las rojas barras de Aragón, y sonaron dulzainas pausada y majestuosamente, tañendo las melancólicas danzas del tiempo de los moriscos.

Su obra de juventud muestra bien claramente el tesoro de ternura que encerraba su alma enferma de ansia de amor no satisfecha, de melancólico disgusto por todo lo que es bajo en la vida.

Para que el lector, que aún no conoce la infinita bondad de este carácter, no estrañe la franqueza leal y la sublime indiscreción de la pobre Clara, añadiremos que durante años enteros esta desgraciada no veía más persona que don Elías, Pascuala, y á veces, muy de tarde en tarde, las tres melancólicas efigies de las señoras de Porreño.

A este punto llegaba de mis melancólicas elucubraciones, cuando el golpe seco, impaciente, que La Recelosa, ya dispuesta a partir, asestó al convoy, me reintegró a la realidad.

Yo he sido siempre un melancólico, empeñado en conquistar la alegría y el sueño con la cháchara jovial del café y con las fatigas y emociones del Laboratorio.

Se entregó á ella sin duda porque la odiaba, como se entregan á la mujer algunos hombres... ¡Paradojas! ¡Tal vez! Sólo se suicida el que odia á la muerte; los melancólicos enamorados de ella viven para gozar en esperarla, y así cuanto más tiempo la esperan, más tiempo gozan, y el melancólico es ante todo y sobre un sensual, un... ¡cuerpo de Baco, qué crimen! ¿Cuál es el crimen?y se vuelve Apolodoro.

¿O acaso debemos ver en ello el melancólico ensueño de un destino imposible que nunca ha de alcanzar el término apetecido?

Los que habían sido sus compañeros ó sus discípulos en vida y que habían gozado del privilegio de leer sus valientes estramps y sus melancólicas esparsas, en copias sueltas, que debían multiplicarse prodigiosamente al pasar de mano en mano, al cabo de pocos años podían disfrutar ya del placer de verlas reunidas en más ó menos lujosos manuscritos.

Lo único que en limpio sacamos de la lectura de las melancólicas estancias de Ausías es que, combatido su corazón por dos afectos, como el mar por dos encontrados vientos, acabó por elegir .....

¡Tu presente es negro, cual las alas del panique de la noche! ¡Tu existencia triste, cual tristes son esas melancólicas flores que crecen en todos los cementerios de la India! ¡Ha tiempo eres esclava! ¡

, hilanderas de nuestras vidas, melancólicas hadas que acompañáis nuestros pasos desde la cuna al sepulcro

El contraste de las gentes que no saben divertirse si no es en la frívola elegancia del conjunto de estultez que forman ellas propias, me acentúa la delicadeza de esta niña, de esta melancólica hechicera, de esta espléndida criatura que podría ser la reina del salón.

Juan Breva aúlla o se queja, lobo o pájaro de amor, dejando entrever todo el pasado de estas regiones asoleadas, toda la morería, toda la inmensa tristeza que hay en la tierra andaluza; tristeza del suelo fatigado de las llamas solares, tristeza de las melancólicas hembras de grandes ojos, tristeza especial de los mismos cantos, pues no se puede escuchar uno que no diga muerte, cuchillada, luto, virgen penosa o nota crepuscular.

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