Toda la habitación le pareció a Lucía llena de flores; del cristal del espejo creyó ver salir llamas; cerró los ojos, como se cierran siempre en todo instante de dicha suprema, tal como si la felicidad tuviese también su pudor, y para que no cayese en tierra, los mismos brazos de Juan tuvieron delicadamente que servir de apoyo a aquel cuerpo envuelto en tules blancos, de que en aquella hora de nacimiento parecía brotar luz.

mucho (give him my kind regards), en su primera carta y dígale que me envíe luego 500 piezas de tul bordado repetición de mi pedido anterior, mismos matices.

Los anteojos eran de gruesa armadura blanca, con cristales redondos, y la cofia, de tul negro con cintas moradas.

Vió grutas pintorescas Por Sílfides moradas, Cubiertas sus portadas Bajo el flotante tul De mil cascadas frescas Que, atravesando prados De hermoso añil sembrados, Van tintas en su azul.

Recordaba Teófilo la larga mesa redonda, cubierta con un tul color de rosa, y las moscas luchando encarnizadamente por quebrantarlo y llegar hasta los frutos y galletas, más incitativos y codiciables por estar detrás de un imposible falaz, sonrosado y transparente.

Martholl avanzó hacia ella en el momento en que, habiéndose quitado el amplio abrigo de pieles, apareció, fresca y luminosa, con su vestido de tul pálido.

nacía la primera mañana de mayo, rasgando los tules cándidos de la aurora desenvolviéndose, con divina gracia, del manto azulino que la luna había puesto pálido de luz.

Los eucaliptus dejaban caer sus cendales de olor, sus desgajados tules de perfume, sus grises ráfagas.

¡La Quimera ha muerto! LA QUIMERA I ALBORADA Los últimos tules desgarrados de la niebla habían sido barridos por el sol: era de cristal la mañana.

Power, sola como siempre en sus matinales paseos, erguida y sin mirar a nadie, con un sombrero de tul elegante y vistoso.

Las cuatro figuras tienen tules ó encajes estrechos en los remates de sus vestidos, segun el gusto de la época.

La antecámara da acceso á un saloncito sin muebles, alumbrado por centenares de globos eléctricos, y en el fondo del saloncito, bajo celajes de tul fino batidos como espuma, aparece un encantador Belén, un Nacimiento para niños millonarios, obra de arte más que de ingenua devoción.

Mientras tanto, el valse de La viuda alegre flotaba lánguidamente sobre la espesura del aire, como tules sinuosos, ondulantes, armoniosos, luminosos, casi impalpables.

Las nubes magallánicas rozaban el horizonte con sus lejanos tules, evocando recuerdos de navegación y de noches antiguas.

* * * * * A mediodía, una visita a los viejos amigos queridos, que esperan dulce y pacientemente y que, para recibiros, toman la sonrisa de la Joconda, se envuelven en los tules luminosos de la Concepción, o despojándose de sus ropas, ostentan las carnes deslumbrantes de Rubens.

Era difícil explicar en qué se notaba que el día tocaba á su fin; acaso en que la claridad era mansa, como enlanguidecida, velada por misterioso tul que no podía llamarse sombra.

Espina, por estudiado golpe, se ha complacido en reproducir fielmente, en su traje, el pastel mío... Tul y más tul nubado sobre una seda flexible, y la guirnalda de rosas naturales, sin otra diferencia sino que la salpican, en vez de gotas de agua, una infinidad de brillantes pequeñísimos, que al moverse la envuelven en chispas de irisadas luces.

Toda la cuadra se viste con el tul caliente y balsámico, producido por la trituración.

Espina viste traje de calle, sencillo, gris: no consiento que deje de sombrear el áureo pelo la enorme ala del sombrero, de negro tul rizado.

Mientras tanto, el valse de La viuda alegre flotaba lánguidamente sobre la espesura del aire, como tules sinuosos, ondulantes, armoniosos, luminosos, casi impalpables.

Y Benigna dirigiéndose á la de Ensalmo:También Graciándijoemprenderá desde Las Palmeras una excursión antes de venir á buscarte... ya sabrás...Con discreta mesura, la voz musical de la esposa, que ignoraba los proyectos del infiel, repuso: Sí; ya sabía...y un aire de sutil indiferencia envolvió estas palabras como en un tul vaporoso que flotó con misterio en la plática...

Un tul verde cubría la desnudez de su escote.

Y, en un relámpago, concebí el retrato de Espinael que había de llevarse ella á París,como anhelaba: algo nuevo, inusitado, sin perlas, sin moños, sin arrequives, sencillamente nubado de tules blancos, vestido de un manojo de rosas, de las cuales surgiese el busto de la mujer, entre gloria primaveral.

Al fondo, remando sobre la anaquelería indigente que se encontraba detrás del mostrador, un espejo oval lucía su luna turbia protegida por un tul amarillo.

El monótono susurro de las moscas se balanceaba sobre el viejo tul, antiguo velo nupcial de la señora de Marques, que cubría ahora, en el aparador, los platos de cerezas.