269 oraciones de ejemplo con jabones

Podeley ganó, tras infinito cambio de dueño, el collar en cuestión, y una caja de jabones de olor que halló modo de jugar contra un machete y media docena de medias, quedando así satisfecho.

Era una larguísima lista, no sólo de perfumes y jabones, sino de toda clase de objetos de tocador.

Mas adelante el baratero os pone en las barbas su pequeña Babel portátil de fósforos y lápices, jabones y pomadas y las mas heterogéneas sustancias, que os ofrece sin gracia ni donaire.

Allí se fabrican sederías y muchos tintos, algún azúcar, varios tejidos, sombreros, máquinas y objetos de fundicion, jabones, encurtidos, loza, etc.

Blondas exquisitas, exquisitos bordados, jabones trasparentes, pomadas perfumosas, untos embrujados para que nazca el pelo, muñecos graciosísimos, preciosos juguetes, cuquerías envidiables; eso, : una revolucion moral, lenta, constante, trabajosa, concienzuda; un trabajo profundo y difícil; una creacion lógica, extensa, trascendental;

Ha hecho larga provisión de guantes, papel rosado, confites para sus amigas, esencias finas, jabones extraordinarios, pinceles pequeños, cosas todas muy útiles sin duda, pero que lo son mucho menos que una comida.

Y el aceite extraído es tan ínfimo, que sólo puede ser vendido a las fábricas de jabones.

Aunque pasaba la mayor parte de las horas en La Innovadora, gran fábrica de jabones comunes y finos perfumados (que por cierto examiné cuidadosamente, como quien cuenta ser pronto dueño de ella), algún tiempo me tocaba estar también en casa de Gloria, dando cuenta a D. Oscar de mis trabajos o escribiéndole algunas cartas.

Mamá llora y dice: «¡Pobrecita hija! Si se la ha de llevar un hombre, más vale que sea este señor de la levita larga, que ya entiende de jabones».

¿Pues? ¡Como uzté va a zer el dueño de una fábrica de jabones...! ¡Ah, sí!exclamé, sonriendo crispadamente.

Era por naturaleza espléndido, y como yo le había entrado por el ojo derecho se complacía en hacerme cada pocos días un regalito: una caja de jabones, una boquilla, un bastón y otras chucherías por el estilo.

; el aceite para quemar ó para el alumbrado público, de tercera calidad; el aceite de infierno, recogido en las alpechineras; el aceite de remolido y, por último, el que se extrae de los orujos por medio del sulfuro de carbono (y mejor por la bencina), todos los que sólo pueden servir para usos industriales, como la fabricación de jabones y el lubrificado de las máquinas.

El que se destina á conservar el pescado y á la fabricación de jabones está libre de todo derecho.

Aquí están estos The Times que yo conservaba para envolver jabones y ropas.

Compró un coche en Bayona, con un toldo; dos caballos en Dax, y una partida de cortaplumas, sacacorchos, jabones, agua de colonia, aceite de Macassar, y otras cosas.

Ese gabinete es un precioso camarin, con su tocador, con su mesa de mármol, agua corriente, jabones, pomadas, cepillos, toallas y cuanto puede desearse para el aseo.

Por supuesto, las escenas de ese departamento son en paños menores, y nada hay más repugnante que el estado en que dejan jabones y toalla giratoria, los hijos de Guillermo Pen.

Entonces—dije yo—se propone usted, sin duda, dedicarse a la fabricación de jabones en Lucerna.

Habia sobre esta mesa, y en profusion, cepillos, esponjas, jabones, vinagres, pomadas, etc., pero ni una gota de agua.

Ella se lavó con esencias fragantes y jabones exquisitos, hizo peinar esmeradamente la negra mata de pelo, se puso traje de blanco gró, y con sonriente coquetería prendió en la mantilla sus agujas de turquesas; él atusó la bien recortada barba, eligió la camisa más bruñida y tersa, el chaleco de mejor caída, y de frac y corbata blanca, esperó á su Dios.

No es basura, es la osamenta De veinte generaciones; Pedazos de gorros griegos, Trompetas de cazadores, Pretinas de calzon corto, Trenzas, picos, guantes, broches, Todo en menudos fragmentos, En putrefaccion, cual ponen Piltrafas en un caldero, O en paila de hacer jabones.

¿Dónde esas boticas en que hay pomadas y cepillos, jabones y libros, agua de soda y toallas?

El caserón hacía esquina: por la una calle dos grandes puertas daban acceso á un detal de jabones; por la otra una verja, antes dorada, siempre de par en par y cuyos barrotes festoneaba una enredadera de cundeamor, permitía la entrada en la mansión del jabonero.

Su dueño y habitante era un industrial enriquecido que abastecía con su comercio de jabones los pueblos comarcanos.

Las señoras encontrarán aquí toda clase de fórmulas para la limpieza, incluso lejías y jabones.

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