234 oraciones de ejemplo con ojo!

Verdad es que partía comigo del caldo, que de la carne, ¡tan blanco el ojo!, sino un poco de pan y ¡pluguiera a Dios que me demediara! Los sábados cómense en esta tierra cabezas de carnero, y enviábame por una, que costaba tres maravedís.

Y ahora ¡ojo! en la aplicación y ¡no olvidar! EXERCISE 2 (50).

«¡Atención, señor! ¡Mucho ojo!...

Usted sabrá por qué... ¡Mucho ojo! En el resto de la tarde hablaron poco Ferragut y Tòni.

Lo manda el sentido común; lo manda también el señor Obispo, ¡ojo! que es muy amigo de don 70 Cesáreo y... DON RAFAEL.

¡Qué atrocidad! ¡A riesgo de saltarte un ojo!...

Hace ya más de ocho días que la pidió a su hermano, que, por supuesto, ¡abrió un ojo!...

...Conque... hasta luego, buenas piezas, y ¡mucho ojo! Vaya V.

Se cita al animal... Hay que esperar que arranque, ¿entiendes? y marchar decidido a cortarle el terreno... Si el toro no baja la cabeza para tirar el derrote... nada... ¡Hay que andarse en esto con mucho ojo! ¿Y tienes esperanza de ponerlas bien el domingo?

Vamos, Nuncia, ¡mucho ojo! No hables demasiado, porque ya sabes que te he visto las pantorrillas y... y... y... La pobre octogenaria se ruborizaba como una niña de quince.

Todo el mundo dice por ahí que le hace usted la rosca a la monjita: ¡conque ojo! Respondí con un gesto desdeñoso; pero en realidad me puso inquieto la noticia.

Verdad es que partía comigo del caldo, que de la carne, ¡tan blanco el ojo!, sino un poco de pan, y ¡pluguiera a Dios que me demediara!

Arrancarle{4-1} una oreja! ¡Sacarle un ojo! ¡Tirarle por las narices! Tales fueron las voces que salieron del grupo en contestación á mi requisitoria.

¡Mucho ojo! Y llevándose un dedo a la nariz para indicarle discreción y vigilancia,

¡Ojo! Si le ofrece chocolate, ¡lo cual dudo!... pero en fin si le ofrece, ponga atención.

Y exclamaban: «¡Por Alah! ¡Es hermoso como la luna! ¡Que Alah lo libre del mal de ojo!» Y aquello duró hasta la llegada de Badreddin y su padre al palacio, y entonces comprendió la gente el sentido de las estrofas del poeta.

Y miá , chaquetín de la bodega, si quies decir algo, lo dices claro y á la cara, y no escondío entre el porreto como los pulpes... ¡ojo! Hubo un poco de movimiento, como hervor de resaca, en el concurso, al oir á Mocejón; cuyo descomedimiento animó al Sobano, curado de escrúpulos ociosos, á contar en pocas palabras lo acontecido á Silda en casa de la Sargüeta, hasta que fué recogida en la de Mechelín.

Y , entre tanto, la lengua y las manos quietas; mucho ojo á , ¡mucho ojo! y por el cariz que yo presente y el que vayas viendo en la bodega, y algo que yo te apunte cuando deba apuntártelo...

En fin, por algo un país pequeño, en corto espacio de tiempo, engendró tal hormiguero de pintores: Cuyp, Van Ostade, Terburg¿se acuerda usted de los vestidos de raso blanco de Terburg?Rembrandt¿se acuerda usted de la luz de Rembrandt?; digo la luz, ¡ojo!, no digo el colorVan der Helst, Gerardo Dow, Berghem, Ruysdael, ¡qué paisajitos!; Pablo Potter, ¡ah, un tío tremendo!; Steen, Der Neer, Hobbema...nada, gentuzaVandervelde...

¡Conque, ojo! GRACIANO.

Pero antes de llegar a la zarza, una de las Tres Mujeres Grises exclamó: ¡Hermana, hermana Espanto, ya hace mucho tiempo que tienes puesto el ojo! Ahora me toca a .

¡, tienes nuestro ojo! ¿Y quién eres tú?chillaron a un tiempo las Tres Mujeres Grises.

Son poquitos los que se hacen cargo de estas cosas perfundas... ¡Hay que abrir el ojo! ¿Tiene ahí un misto?

¡Mal de ojo! ¡Morirse!y el estudiante se rió.

» 522 »Habló, pues, de esta suerte; y le contesté diciendo: «¡Así pudiera quitarte el alma y la vida, y enviarte á la morada de Plutón, como ni el mismo dios que sacude la tierra te curará el ojo!» 526 »Dije.

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