La tía Úrsula la repartía, mientras nosotros, los chicos, mirábamos si a alguno le daban más que a los otros, para protestar.

Bautista llevaba el ánimo de protestar.

Celinda se ruborizó, al mismo tiempo que intentaba protestar.

Él no había prometido nada de esto; pero no se atrevió á protestar.

Cogido en las tramas de la instrucción, anonadado por un conjunto de pruebas en las que se revelaba una mano horriblemente hábil, no podía hacer más que protestar.

Foster quiso protestar.

El comandante no pudo protestar.

Y con efecto: salta á los ojos que debe de ser errónea una ciencia que se oponga á una necesidad y contradiga un hecho palpable: no merece el nombre de filosofía, la que se pone en lucha con una ley que somete á su indeclinable imperio la humanidad entera, incluso el filósofo que contra esta ley se atreve á protestar.

No pongas esa cara de asombro, no intentes protestar.

v. [protést] Protestar.

Un par de minutos que hubiera tardado nuestro español en volver de su paroxismo o catalepsia, y las paladas de tierra no le habrían dejado campo para rebullirse y protestar.

Aresti no quiso protestar.

Desnoyers estuvo próximo á protestar.

» Ojeda intentó protestar.

¿Conocerá usted, por lo menos, a López Silva? Azorín, horrorizado a la sola idea de conocer a López Silva, se ha apresurado a protestar.

El público, adivinando sus intenciones, comenzó a protestar.

Lejos de eso; desde el presidente que le dio su nombre hasta el actual, ninguno la ha formulado con sus variantes en el tiempo, sin que la Inglaterra, y en muchos casos la Europa, haya dejado de protestar.

Rafael quedó aplastado por la réplica; no se atrevía a protestar.

EL LIBRO FUTURO Un periódico, y no por cierto un periódico aliadófilo, hablando del destrozo de Alemania, decía: «Es inútil que los alemanes pretendan protestar.

Veo que usted no ha abierto los libros que le he enviado; usted no se interesa por su pais... El joven quiso protestar.

D.ª Josefa, el ama de llaves, no aceptaba de buena gana este protectorado; pero como aún no había echado raíces hondas en la casa y observaba la estrecha amistad que aquella señorita llevaba con su amo, no se atrevía a protestar.

El Rey lo ordena, y contra él, en todo caso, tendrías que protestar.

¡Qué buen blanco, gachó! ¡Qué escopetazo se pierden los guardas! Isidro no tuvo fuerzas para protestar.

De todos modos, era uno de los suyos: una víctima más, por la que había que protestar.

Enriqueta hizo un gesto que manifestaba sus deseos de protestar.