] Cuando el pastor terminó su relato, llegábamos precisamente á la cumbre más cercana al pueblo, desde donde se ofreció á mi vista el castillo obscuro é imponente con su alta torre del homenaje, de la que sólo queda en pie un lienzo de muro con dos saeteras, que transparentaban la luz y parecian los ojos de un fantasma.

Si se supone que no hay necesidad de que se sucedan en diferentes instantes de tiempo, y que la dependencia se salva á pesar de la simultaneidad, todavía queda en pie la fuerza del argumento; dado y no concedido que lo simultaneidad sea posible, no lo es al menos la dependencia, si no hay distincion.

Aquí nada queda en pie.

La duda queda en pie porque, en el fondo, nada hay en ellos que se oponga a la verdad católica ni a la moral cristiana.

Pero de lo que queda en pie, de cuanto se ve o se toca, nada hay que no tenga una pintura finísima de curvas bellas, o una escultura noble, de nariz recta y barba larga.

Entonces... Entonces queda en pie lo que yo he prometido...

(Vase junto á la mesa, donde se queda en pie jugando con los libros.

Pero la dificultad queda en pie.

De la antigua ermita de este nombre, situada en las afueras de la villa, queda en pie solamente un lienzo de dos arcos románicos, separados por un machón lleno de aspilleras, que denotan el templo-fortaleza de los tiempos del rey D. Sancho, el Sabio, de Navarra.

Actualmente, de la ermita de San Martín no queda en pie más que la portada, que ofrece una arquería ojival de arcos labrados muy sencillamente y de columnas lisas y delgadas, muy propias de la primera época del estilo.

Todo lo difícil y problemático queda en pie, sin haberse decentado más que de trecho en trecho y por vía de ensayo.

A pesar de todo, el problema del gitanismo queda en pie.

El palacio de un magnate convertido en corral de vecindad; la casa de un alfaquí habitada por un canónigo; una sinagoga judía transformada en oratorio cristiano; un convento levantado sobre las ruinas de una mezquita árabe, de la que aún queda en pie la torre; mil extraños y pintorescos contrastes, mil y mil curiosas muestras de distintas razas, civilizaciones y épocas compendiadas, por decirlo así, en cien varas de terreno.

Cuando el pastor terminó su relato, llegábamos precisamente á la cumbre más cercana al pueblo, desde donde se ofreció á mi vista el castillo oscuro é imponente con su alta torre del homenaje, de la que sólo queda en pie un lienzo de muro con dos saeteras, que transparentaban la luz y parecían los ojos de un fantasma.

Solo queda en pie el ballestero de la parte esterior de la puerta.

Partiendo del principio de que á mí me dé ahora el naipe por contraer matrimonio, queda en pie la gran cuestión, la madre del cordero... ¿Con quién...? —¡Ah!..., eso no es cuenta mía.

Farnesio se queda en pie detrás de mí.

Pero el problema queda en pie.

Mas a pesar de todo ello, queda en pie la afirmación escéptica de Hume, y no hay manera alguna de probar racionalmente la inmortalidad del alma.

(Nieves se sienta, y él queda en pie a su izquierda.

La Vieja queda en pie a su lado.

Se conoce que la espada corta la herradura, en que entra oblicua, un poco baja y en el pecho: el toro se detiene un poco, se queda en pie, pero sin fuerzas, y no arroja sangre ni por la herida ni por parte alguna, y al poco tiempo cae muerto sin necesitar á veces de puntilla.

Queda en pie únicamente el canibalismo, considerado como muestra de ferocidad; pero abundan las pruebas en contrario.

Sólo un lienzo de la casa queda en pie; todo ha caído menos el tosco y simple escudo de la estirpe: un árbol con dos cerdos rampantes... CAPÍTULO II EL SELLO ANDALUZ Cuando se ha visitado Andalucía y Extremadura, después de haber recorrido algunas partes de América, acude a la mente la idea clara del prodigio, y hallamos que el milagro adquiere explicación y realidad.

Si se trata de un acto religioso, pronto se inmiscuye la mentira, y pronto, también, queda en pie solamente la leyenda o el milagro, con exclusión a veces absoluta del hecho real.