50 oraciones de ejemplo con reclusa

Estos disparates recalentaban de tal modo el cerebro de la reclusa, que despierta seguía imaginando desvaríos del mismo si no de mayor calibre.

Oyose un gran bramido, y la reclusa mostró su cara inundada de llanto.

Estaba la Superiora hablando con Sor Antonia en la puerta de una celda, cuando llegó muy apurada una reclusa, diciendo: «Le he mandado que venga y no quiere venir.

El día señalado estaba ya muy próximo, y si el pensamiento de la reclusa no se había familiarizado aún de una manera terminante con la nueva vida que la esperaba, no tenía duda de que le convenía casarse, comprendiendo que no debemos aspirar a lo mejor, sino aceptar el bien posible que en los sabios lotes de la Providencia nos toca.

¿Cuándo? Desde mañana, el conde de Mengis y su esposa quieren consagrar a su pobre reclusa las tertulias de los martes, jueves y sábados.

Hace cuatro meses que vivo reclusa...

Así, confesad, que cuando un día de fiesta se ha podido escapar de la iglesia para ir a su celda, ¡el corazón late desahogado y alegre! La reclusa entra en ella, cierra cuidadosamente la puerta, y ya está en su casa.

» La madre Catalina fué condenada á estar reclusa seis años en un convento ú hospital, á rezar todos los días de su vida el rosario, á confesar con quien la Inquisición le señalase y á ayunar todos los viernes, ordenándose también «que se cogiera por edictos públicos cualesquiera cosa de su persona ó vestidos que se hallan dado por reliquias ó cualquier retrato suyo y todos sus escritos de molde ó de mano.

Pero durante el resto de la vida de Ester, hubo indicios de que la reclusa de la letra escarlata era objeto del amor é interés de algún habitante de otras tierras.

Pero la madre era feliz, abroquelada en su santa ignorancia: no la habían hecho morder el fruto embriagador de la cultura occidental... Y la infeliz reclusa de las tradiciones de su pueblo, asustada ante el porvenir, y mientras llega el momento del matrimonio, se consuela con la lectura, y devora las novelas francesas que llenan los escaparates de las librerías de la gran calle de Pera.

por Onésimo y Eliseo Reclús.

GEOGRAFÍA UNIVERSAL, por ONÉSIMO y ELÍSEO RECLÚS.

NOVÍSIMA GEOGRAFÍA UNIVERSAL Por Onésimo y Eliseo Reclús.

Allí riñó con otra reclusa, á quien maltrató ferozmente, y por ello sufrió dos años más de encierro.

Conocía el culto de doña Catalina por el apellido de la familia, única debilidad mundana que siempre se notó en la ejemplar reclusa, que no había cesado ni un día de enterarse de los nacimientos, bodas, muertes, malandanzas y bienandanzas de sus sobrinos.

No lo digas á nadie, hijo mío,prosiguió la reclusa sin atenderle.¡Sólo á y al confesor lo descubriré!... ¡Como te estoy viendo... he visto... he visto á don Martín de Landrey, tu bisabuelo... mi padre! Estremecióse Gastón.

¿Ó era sólo delirio de un moribundo y una reclusa?

Por fin, después de muchas y muy regaladas ternezas que se cruzaron entre el invisible y la reclusa, María recibió una epístola, que decía en substancia: «Quiero que vengas á »; y después de una noche de desvelo, zozobra, llanto y remordimiento, la niña ponía en la maceta la contestación terrible: «Iré cuando y como quieras.

¡Figúrate el de la mujer!» Cuento soñado Había una princesa á quien su padre, un rey muy fosco, caviloso y cejijunto, obligaba á vivir reclusa en sombría fortaleza, sin permitirla salir del más alto torreón, á cuyo pie vigilaban noche y día centinelas armados de punta en blanco y dispuestos á ensartar en sus lanzones ó traspasar con sus venablos agudos á quien osase aproximarse.

Por fin acudieron los criados; sabían que su ama se había marchado tempranito, pero ignoraban adonde... En Marineda se supo sin asombro, á la semana siguiente, que Martina vivía reclusa, como señora de piso, en un convento de Compostela.

NOVÍSIMA GEOGRAFÍA UNIVERSAL, por ONÉSIMO y ELÍSEO RECLÚS.

Al principiar el año nuevo, o sea a las doce de la noche, pues nadie duerme para no entrar en él con malos sueños, todo el mundo menos la mujer de condición que vive siempre reclusa échase a la calle a contemplar las iluminaciones, aspirar el olor de la pólvora, asistir a los espectáculos teatrales y decir Kon-ji o sea «viva» al deudo, pariente o amigo.

Todavía, en 1885, al escribir Elíseo Reclús su famosa Geografía Universal, confesaba la escasez de sus conocimientos sobre la península de Corea, país que «había procurado mantenerse en el olvido sin intervenir en la historia de Asia», añadiendo que el lugar ocupado por este vasto reino daba la impresión de una tierra vacía.

El gran geógrafo Reclús veía en los chinos y en los españoles los dos únicos pueblos aptos naturalmente para la colonización, á causa de la variedad geográfica de sus respectivos países, que les permite adaptarse á las diversas temperaturas del globo.

En Valladolid, doña Juanita estaba siempre reclusa en casa, encadenada por los negocios hospederiles y no salía nunca, como no fuese los domingos de matinada, a misa.

50  oraciones de ejemplo con  reclusa