3299 oraciones de ejemplo con reir
Con un leproso del alma, su padre casó á Teresa... Con lo demás que decía el romance, que si no hizo reir á nadie por el chiste, os hizo á vos llorar de rabia por lo claro, y dar conmigo en San Marcos, con tan poco disimulo de la causa, que todo el mundo tuvo por culpa de ella al romance, y por doña Catalina á la doña Teresa que el romance cantaba.
Y si, en el día de hoy, sin salir de España, quiere usted hallar un modelo acabado de este pesimismo para reir, búsquele en los escritos, en prosa y verso, de Miguel de los Santos Álvarez, y singularmente en algunas octavas del poema María.
Nada es más difícil, más envidiable y más precioso que hacer reir con burlas y chistes urbanos sin desvergüenza y sin chocarrería.
Todas se echaron á reir.
Esta salida hizo reir a los convidados.
Sus imprecaciones a los elementos desencadenados hacen reir un momento, mas concluyen por fatigar.
Tenéis derecho de reir, vosotros, los sanos y los equilibrados.
Manuel, á pesar de que la situación no era del todo cómica, sintió unas ganas de reir tan grandes, que no las pudo contener.
Manuel no supo explicar por qué se reía; pero después de reir, y de reir mucho, se quedó con un humor fúnebre.
Manuel no supo explicar por qué se reía; pero después de reir, y de reir mucho, se quedó con un humor fúnebre.
» La Dama blanca se echó á reir.
Su despreocupación era ya legendaria en la escuela de Medicina; sus frecuentes distracciones, muchas veces de carácter cómico, daban mucho que reir a alumnos y practicante, y resultaba típico en él su odio a esas ridículas conveniencias sociales creadas por la aristocracia.
El sabio, cuya rudeza casi era legendaria, odiaba con todo su apasionamiento característico a aquel médico aristocrático, bufón científico, que cifraba todo su renombre en hacer reir a los enfermos de alta categoría.
El doctor Zarzoso le había mirado despreciativamente con sus ojillos grises, que en ciertos momentos parecían reir chuscamente bajo sus tapaderas de cristal y fué a estrechar la mano que le tendía la baronesa, siempre en actitud trágica y como próxima a desmayarse.
Peláez se quedó muy satisfecho de sus palabras; pero el sabio las acogió con gruñidos poco tranquilizadores y dijo después con sorna: Efectivamente, conozco al señor... ¿Y quién no conoce a esta lumbrera de la ciencia elegante, a este portento capaz de hacer reir a un moribundo con sus habilidades?
Y Peláez hizo la presentación de sus dos compañeros, aquellos médicos vulgares que con su expresión de zozobra al verse frente a aquella eminencia daban mucho que reir al doctor Zarzoso.
Ha estado aquí largo rato, y como es muy chistoso, me ha hecho reir mucho remedando grotescamente la que hacen en las sociedades secretas, y las sartas de barbaridades que él suelta a guisa de discurso.
Se echó á reir, y el oro de su voz sonó con hechizo de metal puro, estremeciendo á Marta, que no presentía aquella explosión alegre.
Habló tristemente y ella se echó á reir.
En un sueño de delicias amorosas, momentos de pasión: «Claro día de aquella primavera extinta, y por siempre refloreciendo en el sueño de lo pasado... Aguamarina de sus ojos, lindo reir de luz que enamoraba y era un vino hechizado!
Calla, mala landre te mate, que no es tiempo agora de reir, sino cúbrete tu manto y debaxo lleva lo que pudieres desto adonde mi ama Valera dixere.
Pero, cuando estaba á solas con sus chicos, se afirmaba en sí propio, desentumeciánsele las alas del corazón y comenzaba á esponjarse, á reir, á retozar...
Doña Virginia oculta la cabeza detrás del hombro de su marido para poder reir á sus anchas.
Yo lo digo un día y otro; no me canso de predicar... Pero no hacen caso... Al freir será el reir.
Notaba como una llamarada dentro de su cabeza, y siempre que se acordaba de la hechicera y arrogante Carniola, oía susurro de rimas en sus orejas, y sentía dentro algo como ganas de llorar, ganas de reir... Manos á la obra.