10007 oraciones de ejemplo con comienzan

Los filósofos se hacen la ilusion de que comienzan por la duda; nada mas falso; por lo mismo que piensan afirman, cuando no otra cosa, su propia duda; por lo mismo que raciocinan afirman el enlace de las ideas, es decir, de todo el mundo lógico.

Los escépticos que comienzan por dudar de todo para hacer mas sólida su filosofía, se parecen á quien, curioso de observar y fijar con exactitud los fenómenos de la vida, se abriese sin piedad el pecho y aplicase el escalpelo á su corazon palpitante.

47 Áhi comienzan sus desgracias, áhi principia el pericón, porque ya no hay salvación, y que usté quiera o no quiera, lo mandan a la frontera o lo echan a un batallón.

El rio desciende lento y silencioso por en medio de florestas y viñedos extensos, y donde quiera se comienzan á ver á lo léjos, sobre las colinas rocallosas, unos cuantos de esos castillos feudales tan prodigiosamente numerosos en el Rin, algunos de gracioso aspecto y muchos de ellos románticos por sus hermosas ruinas.

Al frente, en medio de las dos vigorosas líneas del marco, se ve el puente del ferrocarril casi saliendo de la negra boca del túnel, y debajo un enjambre de rocas desiguales y revueltas que comienzan el raudal, dislocan el movimiento de las ondas, se estrechan en un espacio de 100 metros y terminan en tres grandes peñascos de formas destrozadas y salpicados de matorrales, que forman una barrera de 15 á 20 metros de altura.

En fin, desde las cinco ó las seis de la tarde las gentes comienzan á afluir hácia la Casa de conversacion, inmenso y magnífico edificio que sirve al mismo tiempo de café, casa de juego, local de gabinetes de lectura y templo de Terpsícore, Talía y otras musas.

Sirva de egemplo la octava, en que describe el hambre que asaltó à los compañeros de D. Pedro de Mendoza en Buenos Aires: Comienzan á morir todos rabiando, Los rostros y los ojos consumidos.

Comienzan las plantaciones de almendros; sus troncos se retuercen tormentosos; sus copas matizan con notas claras la tierra jalde.

Los pámpanos comienzan a amarillear; sopla el viento por las noches y hace gemir una ventana que se ha quedado abierta; el cielo se cubre de nubes plomizas, y llueve de cuando en cuando en largas cortinas de agua.

Vuelve luego otra vez el silencio, y a las doce, allá enfrente se abre una ventana y un instante después comienzan a sonar las notas sonoras y claras de un bombardino.

Sólo después de la revolución de 1830 en Francia, y de sus resultados incompletos, las ciencias sociales toman nueva dirección y se comienzan a desvanecer las ilusiones.

los siglos medios serán objeto preferente de nuestras investigaciones, pues los albores del arte dramático, fin importantísimo de este trabajo, comienzan entonces á mostrarse débilmente en lontananza.

Comienzan de ordinario por un prólogo, que sirve de introducción, y concluyen con un epílogo.

Puede decirse que casi todas estas fiestas religiosas, en que comienzan á aparecer los primeros elementos dramáticos, se introdujeron en España desde el siglo V.

La doncella y las sirvientas comienzan a traer trajes.

Después comienzan las hostilidades entre Magencio y Constantino, anunciándose á éste, ya inclinado á la fe cristiana, que vencerá en la contienda con el estandarte de la Cruz; cúmplese la profecía, y Constantino, agradecido, hace voto de ir en peregrinación á Palestina para buscar la Santa Cruz.

Apenas comienzan el combate, se escapa la espada de las manos débiles de Don Pedro; su adversario se opone á aprovecharse de esta ventaja, que se le presenta, y su generosidad trae consigo la reconciliación de los dos adalides, prometiendo Don Jerónimo, bajo solemne juramento, no decir á nadie, con arreglo á las ideas sobre el honor, dominantes entonces en España, cuál ha sido el desenlace del desafío, humillante para Don Pedro.

Esos aparatos mistos comienzan á adoptarse generalmente en los principales ingenios de Banagüises, como en Santa Gertrúdis, del Sr. D. Manuel Espelius, Vizcaya, del Sr. D. Julian Zulueta, Santiago, del Sr. D Bonifacio de la Cuesta, la Luisa del Sr. D. José Barró y algunos mas.

Poco a poco comienzan a tornarse burlones y sarcásticos, y, por fin, se hacen feroces.

Llamó luego á Guarionex y comienzan ambos á llorar; consuélalo Mayobanex y esfuérzalo á no temer á los cristianos, porque él lo defenderá aunque sepa perder su Estado con la vida.

» Dice más abajo: «Ya comienzan los hijos de los gentiles á huir de sus padres y venirse á nos, y, por más que hacen, no los pueden apartar de la conversacion de los otros niños, y vino un niño descalabrado y sin comer un dia todo, huyendo de su padre, á nos.

Los Hebreos al contrario, de la derecha comienzan hácia la izquierda; y así sus libros tienen el principio donde los nuestros acaban.

Si la religiosidad es un sentimiento individual, las religiones sólo comienzan a existir cuando los individuos se organizan para cultivar o difundir creencias comunes, uniformando su conducta para ciertas prácticas.

Y assí vemos, que las Artes mas mecánicas y los Oficios mas fáciles no se comienzan á aprender por el exercicio, sino á lo ménos por aquellas reglas generales, que son necessarias para saber imperfectamente exercitarle.

Tengo la tristeza del primer pino en que comienzan los pinares junto a las playas...

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