44 colocaciones para pendiente

A ti puede que te mande también un par de pendientes.

Eran calles en pendiente, formando rellanos, flanqueadas de casas estrechas y altísimas.

Desde abajo, no divisa la mirada los pormenores del cuadro que presenta la verdura de la montaña, pero abarca todo el magnífico conjunto y disfruta de los mil contrastes que la altura, las fragosidades del suelo, la inclinación de las pendientes, la abundancia del agua, la vecindad de las nieves y las demás condiciones físicas producen en la vegetación.

Ayer tardecontinuó Onésimo,cuando volvíamos de la gruta (que, entre paréntesis, tiene tan poco que ver como mi cuarto), se le cayó una de las gruesas perlas de sus pendientes de tornillo.

Le daban miedo hasta el centelleo de sus pendientes de diamantes y el olor de todos sus menjurjes y perfumerías; y acaso, acaso, algo que su instinto infantil vela en el yerto lucir de sus ojos y en el forzado sonreír de su boca, que no era la golosina que arrastra a los niños a pegar sus frescos labios en la faz regocijada de su madre.

Al otro lado del camino, por entre la empalizada de los troncos y las copas de los árboles crecidos en la pendiente, mostrábanse a cada revuelta la ciudad y la bahía.

Gillespie tuvo que subir á gatas por la cubierta en pendiente, lo mismo que por una montaña, hasta llegar á un sitio designado por el oficial, del que colgaba una cuerda.

Hasta los seculares árboles, los retorcidos olivos que tenían siglos de vida, las grandes higueras que se ensanchaban cual cúpulas verdes sobre las pendientes de los montes, permanecían inmóviles, como aterradas por la aproximación de aquel algo que hacía abandonar á los pueblos sus viviendas, corriendo á la ciudad.

Donde la diferencia de las pendientes fué originada por la de las hiladas roquizas que los agentes atmosféricos han atacado con desigualdad, ofrece la montaña una sucesión de escalones paralelos de vegetación del efecto más extraño.

Antes que admitir á éstas, el río azul se acumulaba en su curso formando un dorso, una bóveda, con dos pendientes por las que resbalaban los cuerpos.

El piso estaba bastante más enjuto a causa de la pendiente, y la luna seguía desde lo alto esclareciendo la ruta, posando su dulce y tranquila mirada sobre los viajeros.

El tiempo y el abandono han desgastado además los pequeños escalones de su doble pendiente, haciendo aún más difícil su tránsito.

Hay una cosa que me había olvidado preguntarte: ¿Qué prueba que el estuche de los pendientes haya sido robado de casa de la vieja?

El Confianza se deslizaba como una exhalación por la rápida pendiente; la rueda apenas batía las aguas y volábamos sobre ellas; mientras allá arriba, en la casucha del timonel, seis manos robustas mantenían la dirección del barco.

Afortunadamente, la disposición y la forma de las pendientes permite á los montañeses reconocer los lugares peligrosos.

Bueno, es una prueba en apoyo de su inocencia; pero permíteme que te pregunte cómo te explicas el hecho: siendo verdadera la versión del acusado, ¿cómo te explicas el hallazgo de los pendientes?

hasta la hondonada por una pendiente de escombros

La misma falda, en el descenso, exhibe una primera prueba del enorme desnivel: hacia la derecha, en la intersección de las pendientes del Portillo, una vasta laguna, llena hasta rebosar en su pila ovalada, despliega deliciosamente bajo el cielo azul el virgen cristal de sus ondas glaucas, que sólo bañan el ala de las aves de paso.

No hay mas que atravesar la plaza del Casino, sus jardines en pendiente, y subir una escalinata hasta el llamado bulevar del Norte, para encontrarse con uno de los espectáculos más raros de Europa.

Su corazón es un laúd en pendiente, Apenas se le roza, vibra.

De esa manera, ocultos los vascongados detrás de las malezas en las pendientes de las montañas de Altabiscar, esperaban al ejército francés del paladín Roldán, que debía penetrar en el estrecho paso de Roncesvalles.

1 Se baja de la montaña por pendientes muy ásperas hasta llegar á Taunaza.

Marchando en línea recta encontraba á Nápoles, con su montaña de humo, sus músicas y sus bailarinas morenas de pendientes de aro.

Sobre la arboleda asoman los remates de diversas construcciones, que tienen exteriormente un aspecto de palacios rústicos, todas con paredes blancas y altísimos techos negros de pendiente cóncava y grandes aleros.

Las olas, de larga pendiente, silenciosas, dormidas, uniformes, sin el más leve penacho blanco, no eran de gran altura, sin embargo el trasatlántico saltaba al encontrarse con ellas, elevándose a ambos lados de su proa dos surtidores de espuma.

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