394 oraciones de ejemplo con solemnes

Todos los Valcárcel de la provincia, hasta los del más lejano rincón de la montaña, supieron que por prescripción facultativa Emma había cambiado de vida; se había resuelto, venciendo su gran repugnancia, a salir mucho, frecuentar los paseos, las romerías y hasta las funciones solemnes de iglesia, y podía ser que el teatro.

Doña Flora, siéntele usted la mano, dirija su corazón por el camino de los sentimientos circunspectos y solemnes, e infúndale el respeto que todo caballero debe tener a los venerandos monumentos de la antigüedad.

Los dos coadjutores (que ya vendrían a ver a don Alejandro, quizá en aquel mismo día) le ayudaban con celo y hasta con entusiasmo, y resultaban de ese modo bastante esmeradas y solemnes las funciones del culto.

Ya se ha visto que los Vélez eran largos, huesudos, blancos, solemnes y fríos como estatuas sepulcrales.

Los solemnes ojos del enfermo miraron los de la mujer con una expresión verdaderamente desusada.

Los momentos más solemnes y poéticos de la antigua historia nacional, é increible número de tradiciones é historias, vivían en los romances, en la memoria y en los labios de todos; la corriente de aquella lozana poesía heróica corría tan perenne, que de ella han salido en estos últimos días algunos cantos, semejantes á su matriz por el fondo y por la forma.

Casi no se celebraba ninguna festividad religiosa de importancia sin solemnes oraciones, misas, salmos y villancicos para hacer más impresión.

Más fuerte y poderosa era la impresión, que hacían las numerosas procesiones que se celebraban con frecuencia en ciertas fiestas solemnes, llevando cuadros y estatuas adecuadas al objeto de la función, que pasaban en andas á la vista del pueblo arrodillado.

Preciábase en el más alto grado el honor de esculpir ó pintar alguna imagen para estas procesiones, y con este motivo se celebraban justas solemnes entre los artistas más famosos del país.

El clero no se mostró indiferente á estos servicios, que hizo la poesía en favor de sus intereses: alentóla y recompensóla por todos los medios para atraer á los poetas á esta senda, y con ese propósito convocó en ciertas ocasiones solemnes concursos poéticos, ofreciendo premios á la mejor composición que celebrase el objeto de la fiesta.

En ocasiones solemnes, á través de las ricas pieles forradas de raso blanco, se transparenta la joya afortunada, el inseparable collar.

En mi imaginación aparecía usted al mismo nivel que todos esos señores solemnes y poderosos que he conocido.

La sonrisa de la más regordeta de las muchachas iba acompañada de un poco de carmín en las mejillas que se propagó instantáneamente al resto de la cara, sin excluir las orejas, cuando Romadonga, dando un paso atrás, dijo estas solemnes palabras: Tengo el honor de presentar a ustedes a mi amigo D. Mario de la Costa.

El nuevo gabinete, pasados algunos días, juzgó que Juan era un organista peligroso para el orden público, y que desde lo alto del coro, en las vísperas y misas solemnes, roncando y zumbando con todos los registros del órgano, le estaba haciendo una oposición verdaderamente escandalosa.

Por eso amo las páginas que siguen, las cuales reflejan algunos de esos dolores intensos y de esos momentos solemnes de la última revolucion contra el tirano de nuestra patria, tiranía que, para honor de nuestro culto, no ha contado un solo poeta entre sus filas.

Esta cancion leida en momentos solemnes en que muchas creencias flaqueaban, traducida en medio de estudios sérios que debian influir en los destinos de un pueblo, é interpretada con el auxilio de las «Palabras de un Creyente» que traían á la memoria las esperanzas de la primera edad, no dejó de contribuir en algo á robustecer mi en la doctrina de la verdad, y el triunfo definitivo de los buenos principios.

Mientras se reunían frailes y novicios el abad, cruzadas las manos y preocupado el semblante, recorría de extremo á extremo la gran sala del monasterio destinada á los actos solemnes.

Por último, lanzó dos campanadas firmes y solemnes que vibraron largo tiempo por los espacios tenebrosos del palacio.

Los antiguos pinos, negros y solemnes, que emitían una esp

Los monges profesos llevaban coronas de cerquillo lo mismo que los presbíteros, y la barba crecida como los demas cenobitas y ermitaños; pero los novicios ó confesos no llevaban corona hasta que pasaban á profesos, ni tampoco capilla; así como no usaban velo las vírgenes hasta que en alguno de los dias solemnes marcados al efecto se lo daba el obispo pronunciando ellas sus votos.

Éste reedificó á sus expensas cuatro templos, que fueron el de San Miguel, el de San Francisco, el de la Merced y el de San Pablo, haciendo que en ellos se dieran de continuo solemnes cultos y fiestas, que solía presenciar muy á menudo en compañía de sus cortesanos.

Al ser reconquistada la población, se hizo una capilla en la torre del Oro, dedicada á San Ildefonso, y por la cual tuvo gran predilección el Rey Sabio, que ordenó se celebrasen en ella solemnes cultos, que con gran prodigalidad costeaba.

Ya las naves de un templo y el imponente sociego de un claustro; ya la lujuriosa naturaleza meridional, con sus arrogantes cordilleras, sus solemnes desiertos, sus selvas sombrías y sus diamantinos cielos.

Mientras él sonríe, ella piensa en su revancha y paga con el dinero de los otros á los mejores oradores de las cinco Corporaciones de Manila, á los más famosos canónigos de la Catedral y hasta á los Paulistas para predicar en los días solemnes sobre temas teológicos y profundísimos á los pecadores que sólo comprenden lengua de tienda.

A la vuelta le hicieron todas las ciudades solemnes recibimientos, y los Señores de ellas le sirvieron agua á manos, haciendo oficios de criados suyos, cosa que con ninguno de los pasados habian hecho: tanto era el temor y respeto que le habian cobrado.

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