1974 oraciones de ejemplo con suspiraban

Cuanto más furioso se ponía Cobo, más se gozaba en humillarle delante de la niña por quien ambos suspiraban.

Gemían unas, suspiraban otras, y se secaban los ojos muy á menudo con la orilla del delantal, ó con el dorso de la mano, mientras hormigueaban entre ellas los muchachos con el escozor de la curiosidad.

La noche era admirable; la brisa traia los perfumes de los jardines de San-Thomas; las ondas de la bahía suspiraban dulcemente bajo las quillas de los altos navíos y paquebotes; el silencio iba sucediendo poco á poco a todos los rumores de la vida, y después todo fue misterio, majestad y poesía.

Mis dos compañeros, como leales franceses, suspiraban al atravesar el campo de Baylen.

Las señoras no suspiraban; miraban los devocionarios abiertos y hasta pasaban hojas.

Las ancianas, cobrizas y arrugadas, vistiendo trajes obscuros, suspiraban lastimeramente al ver la alegría de la gente moza.

Recordaba con desprecio aquellas señoritas de la ciudad por las que suspiraban los militares recluidos en la fonda.

Temblaban las paredes del pabellón, se movían los vidrios con crujidos de fractura, suspiraban inquietas las dos mujeres en la pieza inmediata.

Eran tan apasionadas y fervorosas, que casi se exhalaba de ellas un hálito ardiente: las palabras suspiraban, cantaban, ardían con llama viva.

Y las madres suspiraban con envidia.

Las ancianas de su tertulia la rodeaban, y de tiempo en tiempo se volvían aconsejadoras y prudentes para hablar en voz baja con las niñas, que también suspiraban, pero con menos dolor que su madre: Hijas mías, debéis hacer que se acueste.

Se ensayaban todas las formas de gobierno, se convocaban congresos nacionales, se defendían principios y contraprincipios y había de una parte, quienes suspiraban por el régimen colonial, y de otra, quienes aplaudían las doctrinas más atrevidas de la revolución francesa.

Y no es decir que faltaran moriscos que tomasen la expulsión á regocijo: habíalos, sin duda, tan celosos de la fe de Mahoma y tan deseosos de salir entre cristianos, que no suspiraban por otra cosa y que respondieron con gritos de júbilo al mandato de salir de España.

Suspiraban por su antiguo gobierno, por las antiguas cosas; y aunque no fué disculpable en ellos el darse á los extranjeros, mostrábanse con su arrepentimiento antes dignos de lástima que de ira.

Los moros de esta ciudad eran los mas activos, robustos y guerreros de aquellas montañas: tan diestros en el uso de las armas, que hasta los niños disparaban la ballesta con asombroso acierto: adictos á la rapiña, no cesaban de hacer daño en las fértiles campiñas de Andalucía: sus casas estaban llenas de despojos cristianos, y no pocos cautivos suspiraban en sus profundas mazmorras.

El estruendo de los tambores y trompetas resonaba en las calles y plazas; y hasta los caballos, con relinchos y patadas, manifestaban, al parecer, su impaciencia por salir al campo; al paso que los cautivos cristianos, sintiendo desde el fondo de sus lóbregos calabozos el rumor de las prevenciones con que se amenazaba á su pátria, suspiraban y se afligian.

Cuando golpeaba el púlpito con sus manos de patán y pintaba los horrores del infierno, las mujeres suspiraban y se oían lamentos y quejidos ahogados en el ámbito de la catedral.

Y al mirar descorrido el cortinaje blanco sobre el índigo dosel, las mujeres suspiraban a la par del viento, y los ojos contemplaban desconsolado el alto horizonte azul.

Luis se entristeció, más bien por rutina, pues había notado que cuando alguien pronunciaba en la casa el nombre de su mamá, todos suspiraban y se ponían muy serios.

En Berlín, en Petersburgo, en Niza, en Florencia y en Roma tenía amigas que la escribían, adoradores que aun suspiraban por ella.

De estos fracasos era producto la costumbre de echar pestes aquellas mujeres contra el lugarejo en que residían, al paso que suspiraban por los que iban dejando atrás.

Los jefes, compañeros del victorioso Ramasinda, aficionados al combate, maldecían y renegaban de la hechicera que tenía embaucado al rey, y suspiraban por el momento de armar á sus elefantes de combate y arrojarse al botín y á la gloria.

Llegaron todas las mujeres juntas, las cuales suspiraban gravemente y derramaban abundantes lágrimas.

Hubo de ambas facciones palabras de mucho sentimiento, y al nuevo capitan se le digeron indecorosas verdades sobre la imprudencia de su gobierno y caprichosa tenacidad con que insistia, contra el dictamen comun, en continuar el descubrimiento, cuando suspiraban todos por la vuelta, apercibidos de que esta provincia era mas fértil de trabajos, que rica en minerales de oro y plata.

¡Oh malograda juventud! Llorábanle sus padres, lamentábanse sus amigos, suspiraban muchas apasionadas, hizo duelo á toda una ciudad.

1974  oraciones de ejemplo con  suspiraban