40 oraciones de ejemplo con y nadar

El patico se quedó y nadó.

El fango, de que digo que está compuesto este parage, es tan suelto, especialmente por las orillas de los arroyos, que un perro que en una ocasion saltò del bote, y nadando salió al expresado fango, tuvimos que ir con el mismo bote à buscarle, porque luego que se clavò ya

Las piedras y arena del fondo brillan con un tono amarillo pálido á través de la capa líquida; pero en algunas brazadas nos encontramos encima del abismo; el agua transparente parece aire condensado, y, no obstante, no distinguimos el fondo; parece que nos hallemos suspendidos en el espacio y nadamos con precaución como si repentinamente fuéramos á caer en una sima.

La superabundancia de satisfacción casi les hace juiciosos, y están como perplejos, en seráfico arrobamiento, con todo el alma en los ojos, saboreando de antemano lo que han de comer, y nadando, como los ángeles bienaventurados, en éter puro de cosas dulces y deliciosas, en olor de flores y de canela, en la esencia increada del juego y de la golosina.

¿Cree usted que han de estar papando... arañas y nadando como nosotros? ¿Además no tienen pies para volverse a casa?

Unos momentos de lucha, coceando y nadando, y Federico respiró ruidosamente, después de ganar la orilla opuesta.

¡Allí vierais a Fidel echarse al agua y nadar como un pez mientras este otro animalito, la Dora, a quien tenía sujeta por el cuello, aullaba y se estremecía de afán por seguirle! La joven se animaba narrando los incidentes de la cacería.

Nadó y nadó

Creyó distinguir una mancha blanca, un fantasma que flotaba a lo lejos sobre las olas, y nadó hacia él.

Miren ustedes allá, dijo en voz apenas perceptible despues de asegurarse de que no había personas estrañas; segun el cabo que organizó la persecucion, Ibarra, al verse cercado, se arrojó de la banka allí cerca del Kinabutásan y, nadando y nadando entre dos aguas, atravesó toda esa distancia de más de dos millas, saludado por las balas cada vez que sacaba la cabeza para respirar.

Ricardo y uno de los marineros se habían echado al agua y nadaban vigorosamente para salvar la corta distancia que la falúa había recorrido antes de que se diera el grito de alarma.

La superabundancia de satisfacción casi les hace juiciosos, y están como perplejos, en seráfico arrobamiento, con toda el alma en los ojos, saboreando de antemano lo que han de comer, y nadando, como los ángeles bienaventurados, en éter puro de cosas dulces y deliciosas, en olor de flores y de canela, en la esencia increada del juego y de la golosina.

Pero la corriente era poderosa y muy pronto comprendió el animoso doncel la dificultad de sostener á flote el cuerpo de Tránter y nadar al propio tiempo hacia la orilla.

Y haciendo lo que me ordenaba puse una mano sobre su cintura y con este solo apoyo y nadando con las piernas llegamos perfectamente a la orilla.

Ricardo y uno de los marineros se habían echado al agua y nadaban vigorosamente para salvar la corta distancia que la falúa había recorrido antes de que se diera el grito de alarma.

Este sufrió un estremecimiento y quedó atónito, maravillado, al ver prontamente salir a su padre y nadar haciendo volteretas y cabriolas en el agua.

Los yndios, viendose en el nauio deuajo de cuvierta y que los querian lleuar fuera de su natural, acordaron prouar fortuna y uer si se podrian soltar, y una noche, a media noche, alcaron la puerta del escutillon y con el mayor silencio que pudieron se comencaron a salir vno a uno y echarse al agua, y nadando se iuan hazia la tierra, y se ponian en saluo.

Este sufrió un estremecimiento y quedó atónito, maravillado, al ver prontamente salir a su padre y nadar haciendo volteretas y cabriolas en el agua.

Aquel hombre, cuando hubo llegado al extremo de la roca, se paró un instante, pareció como que prestaba atento oído, dando muestras de la más profunda agitación; pero aquella detención fue muy corta, pues apenas hubo permanecido así algunos segundos cuando, alzando los ojos hacia el cielo en ademan de desesperación, se precipitó al río y nadó vigorosamente hacia la opuesta orilla.

Algunas veces, que hacia calma y la mar estaba muy llana y sosegada, saltaban los indios en el agua y nadaban y se holgaban.

Penetraron á la recámara y encontraron en la cama á Juan Ponce de León cosido á puñaladas y nadando en su sangre.

Dichoso que sabes la hora en que mueres, respondía Don Juan Manuel, y al mismo tiempo le clavaba el puñal en el corazón ó en la garganta, y dejándole ya muerto y nadando en su sangre, regresaba á su casa, se oía el estruendo pavoroso de la pesada puerta que se cerraba, y todo quedaba después en las tinieblas y en el silencio.

Mientras él reflexionaba, casi adormecido por el fresco del amanecer, habían llegado á docenas huyendo de los lejanos escopetazos y nadaban junto á él con la confianza del que encuentra un buen refugio.

En cierta ocasión, en un día desapacible y borrascoso, cuando el Tíber agitado rompía contra sus márgenes, me dijo César: «¿Te atreverías, Casio, á arrojarte ahora conmigo en estas aguas furiosas, y nadar hasta aquel punto allá arriba?»

El morabhita se alejó suspirando del ajimez, atravesó retretes y galerías, y salió del alcázar; dirigióse á la gruta, tomó entre sus brazos la cunita que contenia al infante, y desandando el mismo camino, la depositó en el retrete de los ajimeces; el caballo de batalla de Boabdil le habia seguido, y se detuvo quedando otra vez inmóvil como una estátua junto al estanque donde flotaban los cisnes y nadaban los peces de colores.

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