28 Adjetivos para describir andenes

Una gran multitud invadía el andén, presa de inmenso dolor, pero no del silencioso dolor de las otras poblaciones, sino de un dolor ruidoso, violento, agitado por ráfagas de intensa desesperación.

Continuamos bajando: hemos traspuesto los pequeños andenes de Torre, Bembibre, San Miguel de Dueñas, Ponferrada y Toral de los Vados, hasta que hartos de correr bajo tierra llegamos a Quereño, primera estación de Galicia.

Desde el sueño de la hermosura sorprendido en el viaje, hasta el adiós penoso en el andén astorgano, toda la historia linda y triste pasaba lo mismo que una centella por los enamorados renglones.

Yo las veo divagar por los andenes, cogidas de la cintura y vestidas sencillamente de negro, de blanco o de rosa... según el tiempo, y el deseo de ideal que las agita me conmueve.

Todo este artificio grosero estaba arrimado a un andén muy espacioso y firme, construido por la naturaleza, al cual venían a parar en uno solo, desde la anteúltima revuelta de la bajada, el camino de la mina, casi paralelo a la costa, y el sendero del Miradorio que desde el punto de empalme se dirigía hacia el sur.

A las diez salía el tren, y aunque la estación distaba poco de la fonda, a las nueve andaba ya don Juan paseando su impaciencia por el andén, tan contrariado y en tal estado de ánimo, que si en aquellos momentos hubiese aparecido ella, se la lleva consigo.

La estación con su techo de tejas coloradas; su andén crujiente de carbonilla; su semáforo á la derecha, su pozo á la izquierda.

cinco minutos!...= Cuando el tren mixto descendente número 65 (no es preciso nombrar la línea), se detuvo en la pequeña estación situada entre los kilómetros 171 y 172, casi todos los viajeros de segunda y tercera clase se quedaron durmiendo o bostezando dentro de los coches, porque el frío penetrante de la madrugada no convidadas a pasear por el desamparado andén.

La estación estaba completamente á obscuras; sólo por la puerta de la habitación del jefe filtraba una raya de luz, y allá en el fondo el Buffet,en funciones para las circunstancias,abría sobre el andén desierto el abanico luminoso de su entrada.

XVII Con una alegría que se vislumbraba al través de aquella su apacibilidad constante, Volvoreta le anunció, mientras paseaban por los andenes, cerca del océano amansado ya, dormido en la dulzura de las primeras noches primaverales: Mañana entraré a servir en casa de los Acevedo.

Todo este artificio grosero estaba arrimado a un andén muy espacioso y firme, construido por la naturaleza, al cual venían a parar en uno solo, desde la anteúltima revuelta de la bajada, el camino de la mina, casi paralelo a la costa, y el sendero del Miradorio que desde el punto de empalme se dirigía hacia el sur.

Julio, asomado á una ventanilla, escuchó los diálogos y los gritos en estos andenes impregnados de un olor picante de hombres y mulas.

En el culto litolátrico de Calchaquí, Mama-Zara se llama hasta hoy á las piedras paradas protectoras, algunas con signos cruciformes, como el famoso menhir de Tafí, hoy caido, y antes de pie en medio de los andenes indígenas de la hacienda de la familia Frías, en Tucumán (Fig 21).

El monolito ó menhir esculpido en cuestión, es un gran fetiche, huaca ó villca, protector de los andenes ó pequeñas extensiones labrados, cuya tierra está sostenida por alineamientos de pequeñas piedras paradas, menhir que se levanta en medio de tales andenes.

Esos andenes levantados al lado unos de otros, dan á este edificio el aspecto de una casa cristiana del siglo XV; y en nuestro concepto solo merece su planta el nombre de árabe en la parte que abraza el Patio de las Doncellas, la Sala de Embajadores y los aposentos inmediatos á éste.

Abajo, en la planicie, vibraba de regocijo el minúsculo andén: las mozas conversaban en alta voz, formaban corros bullangueros ó se paseaban.

Pálida la luna en un cielo de tersa limpidez, asomábase por los claros de la fronda, poniendo su gentil resplandor en los misteriosos andenes.

; los andenes ó campiñas artificiales parceladas de las alturas de la sierra; el pastoreo de las llamas, alpacas, guanacos y vicuñas; los cultivos perfeccionados del algodón, el maíz y la patata; las vastas necrópolis de Trujillo, Jauja, Cajamarca, etc., y acaso los petroglifos de Tacna, Pasco y Arequipa, implican ciertamente la existencia remota y autóctona de centros culturales populosos y organizados.

Pero las ojivas que lo cerraban, los andenes pavimentados con grandes losas berroqueñas, en cuyos intersticios crecía la hierba en festones, la cruz del cenador central, el olor mohoso del hierro viejo de las verjas y la humedad de la piedra de los contrafuertes cubiertos por la verde capa de las lluvias, daban al jardín un ambiente de vetustez cristiana.

es el de la figura cuadrangular de la izquierda, ó andén regular, de cada uno de cuyos ángulos sale grabada una Cruz (el andén lleva tres puntos internos).

V AVENTURAS DE UN SUPLENTE Volví al andén seguido de cerca por Federico de Tarlein y el coronel Sarto, y lo primero que hice fue cerciorarme de que tenía el revólver a mano y de que mi espada salía fácilmente de la vaina.

Esas estaciones pueblerinas que nunca figuran sobre el itinerario de los expresos ni de los rápidos, me divertían ahora, y llegué a sentirme feliz junto a sus andenes señeros.

Un inmenso bosque de pilares rectos, dilatado en simétricos andenes que se pierden reproduciéndose al infinito, siempre bajo la misma forma, despierta en el alma del creyente la inflexible voluntad que lo empuja en la vida, y el hado inexorable que le aguarda en su paraíso.

Sólo la vida, las tardes veraniegas, los andenes de sombra en los días demasiado soleados.

Distinguí su silueta mucho antes de que llegásemos a la estación, pues en el andén solitario no había más persona que la suya.

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