30 Adjetivos para describir arcadas

Habíase cerrado este ámbito con paredes, dejando dentro intactas dos arcadas árabes y arrimando á la pared de oriente el altar del Santo á quien estaba consagrada la capilla.

El espíritu moderno, utilitario é irreverente, había convertido el palacio en casa de vecindad, partiendo los dorados salones con feos tabiques; estableciendo cocinas en las arcadas afiligranadas del patio señorial; llenando de ropas puestas á secar las galerías de mármol, al que daban los siglos la transparencia ambarina del viejo marfil y reemplazando con baldosines los desgarrones del rico mosaico.

Y por todas partes, entre la hiedra y el musgo, ó entre las flores silvestres y las altas matas con que adornaba Mayo aquellos montones de labrados mármoles, veíamos los escudos de armas de la casa de Oropesa, esculpidos en las piedras que sirvieron de claves ó de capiteles á las arcadas hoy derruídas.

Entre los altos árboles álzanse fragmentos de arcadas góticas y ásperas piedras sepulcrales, con borrosas inscripciones; estatuas de obispos lacios consumidos, en actitud de bendecir; grifos quiméricos y bustos griegos,

Cinco años despues fundó el obispo D. Fernando de Mesa en el ángulo S-E. de la mezquita, y contigua por el oriente con la capilla de S. Clemente que habia labrado el santo rey, la capilla de Santiago, cómoda y espaciosa como la adyacente, en la cual tambien dejó subsistir las arcadas árabes comprendidas en su area.

Oyéndola los dos hombres bajo las arcadas, sentíanse conmovidos, y sus almas sencillas abríanse a la ráfaga de poesía del crepúsculo, mientras se coloreaban las lejanas montañas con la puesta del sol, y Jerez teñía su blancura con resplandores de incendio, destacándose sobre un cielo de violeta en el que comenzaban a brillar las primeras estrellas.

Los más tienen un piso superior, con arcadas ó galerías cubiertas, y por encima de sus techumbres se remontan los campanarios de las iglesias católicas.

A espaldas de las cuadrillas sonó el trotar de dos caballos que venían por debajo de las arcadas exteriores de la plaza.

La blancura de la iglesia, enjalbegada de cal, con sus arcadas frescas y sus ribazos de piedra seca coronados de nopales, hacía pensar en una mezquita africana.

El río turbio, rápido, de color de cieno, pasaba murmurando por debajo de las fuertes arcadas, y más allá, desde una alta presa cercana, se derrumbaba con estruendo, mostrando sobre su lomo haces de caña y montones de ramas secas.

Hoy el edificio no tiene mas que sus muros y fachadas magníficas, sus arcadas interiores y los elementos del suntuoso palacio.

La calle principal es muy curiosa por sus dos filas de arcadas interminables, á cuya sombra se ven las tiendas y los almacenes que centralizan toda la actividad comercial de la ciudad.

Para quitar á los tejados el aspecto sombrío y simétrico de rectos colgadizos sobre arcadas tan ligeras, levantaban cúpulas y establecían en orden sus alminares, enlazados con la ornamentación de las galerías y techumbres de las salas inmediatas.

Todas sus calles están cortadas por el mismo patron; fastidia y cansa una igualdad tan estudiada: sus arcadas magníficas, que prudentemente repartidas hubieran dado fisonomía á la ciudad, hermoseándola, encierran la vista en círculo tan limitado y monótono que cansan hasta el disgusto.

Dos arcadas moriscas sobrepuestas cierran el fondo, dejando ver por sus claros los jardines con luces que van y vienen, y en último término los remates góticos y árabes del palacio iluminado.

El patio era de estilo árabe, recordando sus arcadas multicolores de fina labor los arcos de herradura de la Alhambra.

Al extremo del puente, en una planicie entre dos jardines, frente á las ochavadas torres que asomaban sobre la arboleda sus arcadas ojivales, sus barbacanas y la corona de sus almenas, se detuvo Batiste, pasándose las manos por el rostro.

La ciudad griega es antigua y curiosamente construida: casas altas, pequeñas arcadas y una linda cabeza en cada balcón.

Sentado á la sombra de un sauce, se intentaría en vano percibir el murmullo de la villa de Arles, de la que se ve, con sólo ponerse en pie, sus arcadas romanas y torres sarracenas.

En los pórticos de las iglesias, bajo las rotas arcadas, se guarecen mujeres y niños.

Sentado á la sombra de un sauce, se intentaría en vano percibir el murmullo de la villa de Arles, de la que se ve, con sólo ponerse en pie, sus arcadas romanas y torres sarracenas.

Por los vastos muros se desenvuelven los frescos; a los lados de las galerías se ven las filas de sarcófagos, las estatuas, los antiguos fragmentos de antiguos mármoles; la luz pasa por las arcadas semicirculares, por los ventanales góticos.

Dos arcadas moriscas sobrepuestas cierran el fondo, dejando ver por sus claros los jardines con luces que van y vienen, y en último término los remates góticos y árabes del palacio iluminado.

Se componen de dos arcadas sostenidas en el centro por dos hileras de pilares, y se baja á ellos por dos escaleras situadas á sus dos estremos.

Peces azulados, rojos, grises y blancos, surcan como rayos la cristalina agua ó pasan bajo las guirnaldas del bosquecillo acuático como si pasaran bajo arcadas triunfales.

30 Adjetivos para describir  arcadas