50 Adjetivos para describir tibia

Los tibios rayos de la luna penetraban horizontalmente por las altas ventanas ogivales, quebrándose en las rejas de alambres y proyectando sobre el inmenso órgano y los arcos, relieves y concavidades de las naves un juego magnífico de sombras irregulares y cintas de luz pálida y suave.

Los árboles del bosque, libres de entumecimiento, empiezan su tocado primaveral; ayudados por los pajarillos que vuelan de rama en rama, sacuden la carga de escarcha y nieve que les pesaba y bañan en libertad sus retoños en la tibia atmósfera.

Algunas son enormes pozos donde desaparecerían enormes ríos; otras son simples depresiones del suelo, especies de nidos bien tapizados por el césped, donde en los hermosos días de otoño se puede gozar de las tibias caricias del sol, sin temor al aire que pasa silbando sobre las hierbas secas del llano.

El amor debe de ser el dios a quien se rinde culto en tales nidos tibios y suntuosos.

El sol iba ascendiendo a su cenit, y el calor se anunciaba por ráfagas tibias y pesadas, alientos de fuego que encendían la atmósfera.

En uno de los extremos de ella había una construcción baja, de cuyo pórtico con pretensiones greco-romanas salían tibios vapores sulfúricos, harto desagradables, y en el otro uno de esos edificios falansterianos á que concurren los españoles durante el estío para reproducir en el campo la vida estrecha, incómoda y enfermiza de las poblaciones.

En uno de los extremos de ella había una construcción baja, de cuyo pórtico con pretensiones greco-romanas salían tibios vapores sulfúricos, harto desagradables, y en el otro uno de esos edificios falansterianos á que concurren los españoles durante el estío para reproducir en el campo la vida estrecha, incómoda y enfermiza de las poblaciones.

De la costa invisible llegaban tibias bocanadas de perfume campestre.

Sentía aún la dulce presión de los tibios brazos en torno al cuello, y ansiaba volver a entregarse a aquella caricia turbadora, no probada jamás.

CAPÍTULO XI #El alud# Al largo invierno y á sus terribles borrascas sucede por fin la dulce primavera con sus lluvias, sus brisas tibias y su calor vivificante.

De ahí tambien la necesidad grande de que en las esferas gubernativas desaparezca una errónea idea, funestísima y grandemente deshonrosa á las Ordenes, que, propagada por espíritus sectarios ó por malos ó tibios católicos, parece ser ya como postulado de muchos políticos de Madrid y de gran parte de los peninsulares que arriban á este Archipiélago.

El viento había calmado, el cielo estaba cubierto de nubes, las estrellas brillaban tímidamente, como luces lejanas al través de opacas cortinas, el fogón eran tibias cenizas, mi visita y yo nos veíamos como dos sombras envueltas en sutil crespón.

Hubieran muchos dejado la parte de la rebelión, al ver castigado al mal Ministro; no hubieran otros osado levantar las armas contra la persona del Rey, santa y verdaderamente inviolable hasta allí para los españoles; hubieran los más tibios cobrado valor, y hubieran cobrado los más enemigos respeto ó miedo.

Con grandes relaciones con los hombres de El Censor, los constitucionales tibios publicaban El Imparcial y El Universal, dirigidos por Javier de Burgos.

Para incendiarla en alto patriotismo, Para animar la antorcha del civismo Para encender del pueblo la virtud; Para templar los tibios corazones, Para quemar los últimos girones Del manto de la torpe esclavitud.

Teníale envuelto en una atmósfera de protección, de tibios y amorosos cuidados que le sería casi imposible hallar al lado de una esposa por tierna que fuese.

Estos trabajos debieron practicarse primitivamente en las islas volcánicas, en el fondo de sus archipiélagos, en esos meandros sinuosos, esos apacibles laberintos donde las olas sólo penetran discretamente; tibias cunas para los recién nacidos.

Calificola nuevamente de grave y peligrosísima, por estar la tibia muy destrozada, y recomendó a D. Jorge absoluta inmovilidad si quería librarse de una amputación, y aun de la misma muerte...

Tras el deber, el placer; ahora la selecta multitud se dirigía al paseo, convidada de la música y de la alegría de un benigno domingo de marzo, en que el sol sembraba la regocijada atmósfera de átomos de oro y tibios efluvios primaverales.

Tenéis que imaginaros que veis al glorioso San Ignacio con el libro de los Ejercicios en la mano, y que á su alrededor tiene á un sinnúmero de justos confirmados en gracia, de pecadores convertidos y de tibios enfervorizados; y que, dirigiéndoos la palabra, dice: «Tomad, hijos, este libro y meditad seriamente las verdades que están en él contenidas.

En algunas, el calor de sus aguas es la temperatura media del país; otras están por debajo de este término medio, porque descienden de las nieves ó porque una fuerte evaporación se verifica en sus canales interiores bajo la influencia de las corrientes de aire; otras también, presentan al exterior tibias ó calientes sus aguas; se encuentran á diversas temperaturas desde la del hielo hasta la del vapor á gran presión.

La madre de Dorotea desaprobó, sin embargo, este compromiso con un mancebo pobre, y se propuso atraer á sus redes á un extranjero principal, á quien su sagaz hija, no creyendo conveniente rechazarlo por completo, retuvo con tibios halagos.

La tibia izquierda hecha astillas, lo mismo que las costillas del lado izquierdo.

Muchos de estos huesos se conservan como los que se ven en los cementerios, otros se han calcinado, y se hallan algunos sólidos y otros que se deshacen en polvo: otros se encuentran también que, al citado naturalista y algunas personas entendidas les han parecido tibias y femures humanos, cuya cabidad está llena de una materia cristalina.

Sus ojos adquirían el brillo misterioso de la pubertad; los trajes parecían estrecharse con el impulso de las formas cada vez más llenas y redondeadas y las faldas bajaban hasta los pies, cubriendo algo distinto de aquellas tibias infantiles, secas y nerviosas, vistas tantas veces por la gente de la Galería.

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