46 colocaciones para hilera

Siguió adelante Rafael por las calles del arrabal, solitarias, silenciosas, resonantes bajo sus pasos con una hilera de casas blancas y brillantes bajo la luna, y la otra sumida en la sombra.

Oyéronse en esto grandes alaridos y llantos, acompañados de profundos gemidos y angustiados sollozos; volví la cabeza, y vi por las paredes de cristal que por otra sala pasaba una procesión de dos hileras de hermosísimas doncellas, todas vestidas de luto, con turbantes blancos sobre las cabezas, al modo turquesco.

Le tienen palacio, y sale a la calle entre hileras de sacerdotes, y le dan las yerbas más finas y el mejor arrak, y el palacio se lo tienen pintado como un bosque, para que no sufra tanto de su prisión, y cuando el rey lo va a ver es fiesta en el país, porque creen que el elefante es dios mismo, que va decir al rey el buen modo de gobernar.

En la marea baja, en este arenal se pescaban anguilas, y constantemente había una serie de barcas negras, en hilera.

Algunas capotas cargadas de flores o relucientes peinados, destacándose sobre los pañolones de Manila, rompían la monotonía de las hileras de puntos blancos.

Abajo, en el comedor había una mesa de alas de caoba, capaz para doce cubiertos, hasta seis butacas en dos hileras frente a la puerta del aposento; en el ángulo el indispensable jarrero, mueble sui generis en el país, y para proporcionar sombrío a la pieza y protegerla contra la reverberación del sol en el patio, había dos grandes cortinas de cañamazo, que se arrollaban y desarrollaban lo mismo que los telones de teatro.

Al cabo y fin de las hileras venía una señora, que en la gravedad lo parecía, asimismo vestida de negro, con tocas blancas tan tendidas y largas que besaban la tierra.

Muchos jóvenes «decentes» visten el traje nacional: la corta chaqueta de torero que deja ver el cañón del revólver, largo como un trabuco; el ajustado calzón con su hilera de botones metálicos y el enorme sombrero cónico con su grueso cordón plateado.

La procesion fué larguísima: caballeros de sombreros montados, formando descubierta; carruajes y caballos en interminables hileras, y en alto banderas verdes con las estrellas de plata y los ocho rayos simbólicos, arpas bordadas y borlas y cordones lujosísimos.

Era aquel un hervidero de animales y cosas diversas, de gentes de todas condiciones y colores, en que prevalecía el negro; recinto harto estrecho, desaseado, húmedo y sombrío, circunscrito por cuatro hileras de casas, quizás las más alterosas de la población; todas, o la mayor parte, de dos cuerpos, el bajo con anchos portales de alto puntal, que sostenían balcones corridos de madera.

, provistos de sus dos conductores de bagazo, teniendo el piston 24 pulgadas con 5 pies de golpe; 12 defecadoras de quince hectólitros; 23 filtros de 3.000 libras de carbon animal cada uno; 14 condensadores de 4 metros y 140 milímetros de grueso con 21 tubos en cada hilera, lo que hace una superficie evaporadora de 5.000 pies

Caminamos al cumplimiento del ideal entre dos hileras de cadalsos.

La fila que me designaron á miraba al Naciente; á la derecha, en la primera hilera, veíase un asiento que era el mío, más elevado que los demás, con respaldo ancho y alto con dos rollos de ponchos á la derecha é izquierda, formando almohadones.

Las señoras, agrupadas en la plazoleta, con todas sus criadas y María de la Luz, contemplaban la salida de la procesión, el lento desfile de las dos hileras de hombres, con la cabeza baja y el cirio en la mano, unos con chaqueta de paño pardo, otros en cuerpo de camisa y un pañuelo rojo al cuello, llevando todos su sombrero apoyado en el pecho.

El templo presenta el aspecto de cualquiera de nuestras parroquias de pueblo, con la sola diferencia de las hileras de bancas, lo que siempre da á la concurrencia cierto aspecto de formalidad y compostura, que una vez vista, se echa mucho de ménos en nuestras iglesias.

Cuando á cada lado del monte es poco sensible el contraste de los climas, ya porque la dirección de toda la hilera de alturas es de Norte á Sur, ya porque vientos del mismo origen y cargados de igual cantidad de humedad rieguen ambas vertientes, pueden entonces los hombres de una misma raza distribuirse libremente en una y otra parte, entregarse á los mismos cultivos, á iguales industrias, practicar análogas costumbres.

Invitó a Prego a considerar el espectáculo de una larga hilera de frailes y monjas marchando hacia las fronteras, diligentes y numerosos como hormigas que huyesen de su hormiguero inundado...

Arrancan del patio asientos en gradería como de cinco varas, y termina en una faja ó valla de tres hileras de asientos en gradacion.

Alimentando así su imaginación con mil dulces pensamientos y "azucaradas" fantasías, caminaba por el flanco de una hilera de colinas que dominaban algunos de los paisajes más bellos del majestuoso Hudson.

Entró la Real delante, con todas las galeras de fanal en su hilera, con muchas banderas y estandartes arbolados, arrastrando los nuestros como solían.

Entre las trufas literarias de Brantôme, de Casanova y de otros del género, Bossuet y Massillon, conservaban la gravedad de las hileras: en las letras, De Laharpe, M. de Bonald, Fontanes y Chateaubriand, daban la nota grave del imperio, mientras que al lado, en ediciones monísimas, brillaban todas las perfumadas indecencias pornográficas del día.

Los calabazos son muy grandes y redondos; ponen en una red á la larga ocho ó diez, otros tantos en otra, y así la ensanchan conforme son los que han de balsear; hácenla de seis, siete y ocho hileras de calabazos.

Oyéronse unos gritos agudos, descompasados y cinco indios en hilera se presentaron haciendo piruetas acancanadas.

ahora á copiar numeritos de alturas y dimensiones! ¡pues no faltaba más! Desde el centro de ese puente se perciben las dos cataratas, las islas de Goat y las Hermanas, con sus hileras de árboles gigantes, las poblaciones americana é inglesa, y el rio que turbulento, encrespado y terrible, corre, despedazando sus entrañas, al cataclismo, como arrebatado por la fatalidad.

Otras, ensanchándose el abra para producir los mas preciosos vallecitos, el rio murmura dulcemente sobre un lecho de guijarros de colores, entre hileras de álamos blancos y árboles frutales, regando risueñas praderitas y sementeras, en cuyo fondo se destacan sobre ondulantes planos inclinados las casas pintorescas de los campesinos.

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