45 oraciones de ejemplo con apis

La esposa dio dos pasos hacia el esposo, desmintiendo con los rayos, que de sus claros ojos brotaban, la suave vocecita y el pausado tono con que dijo: ¿Pues no comió ayer aquí ese buey Apis?...

¿Dijo anoche algo el buey Apis sobre el nombramiento?

Y pensándolo mejor, sin duda, recordó al cabo Fernandito que el ministro de la Gobernación, el buey Apis, como por razón de su corpulencia le llamaban, tan sólo le había dicho que el pastel de ratas debía de ser muy indigesto.

El buey Apis dio un mugido, expresión fiel de la admiración, la sorpresa y el sobresalto que al punto le embargaron, y comenzó a sudar a la vista de la chimenea encendida.

No le intimidaban, sin embargo, a ella los mugidos del buey Apis; incorporóse un poquito, y muy extrañada y ofendida, y con los claros ojos fijos siempre en el vacío, comenzó a decir con su suave vocecita algún tanto apurada: ¡Pero Martínez, por Dios, no se descomponga así!... ¡Se pone usted tan feo!...

Y el buey Apis sacó una de su bolsillo, que puso extendida ante los ojos de Currita, como si pretendiese cumplir su bestial amenaza de refregársela por los hocicos.

El excelentísimo Martínez, el colosal buey Apis, vino al punto a destacarse entre ellos, presentándole con una mano su imprudente carta, echándole la otra al pescuezo para conducirle sin piedad al Saladero...

¡La vi, Butrón, la he leído!... ¡Qué vergüenza!... ¡Creí morirme!... Decía el buey Apis que el ministro iba a publicarla en los periódicos si yo no aceptaba el cargo.

A la una me entregó anoche el buey Apis la carta...

¡Si me lo querrá usted decir a mí!exclamó el buey Apis resollando por la herida.

» Otro periódico ministerial, El Puente de Alcolea, completaba estas noticias con el siguiente sueltecito, en que no asomaba ya la manaza, sino la pataza del excelentísimo Martínez, descargando una coz digna de la formidable pezuña del legítimo buey Apis: «Es completamente inexacto que el registro llevado a cabo por la policía en el palacio del señor marqués de Villamelón no produjese resultado alguno.

Su diminuto piececito tocó ligeramente por debajo de la mesa la pezuña del buey Apis, y ambos cruzaron con Jacobo una rápida mirada de inteligencia que parecía significar: ¡Alerta! Entonces, tomando Currita el bouquet que tenía Martínez delante, tuvo la exquisita galantería de ponérselo ella misma en el ojal, repitiendo la acostumbrada frase de las floristas parisienses: Monsieur...

Apareció entonces la formidable cabeza del buey Apis, y a poco, el excelentísimo Martínez de cuerpo entero estaba a su lado, envuelto en su levitón y con su inseparable garrote en la mano.

Villamelón ofreció el brazo a la Valdivieso para subir la gran escalera, y Currita subió detrás apoyada en el del buey Apis.

Al verles Currita, apretó vivamente el brazo del buey Apis, diciéndole muy por lo bajo: Mire usted quién va allí, Martínez

La presencia del buey Apis produjo, en efecto, honda impresión en el viejo gordo, designado por Currita como ministro de Gracia y Justicia; detúvose un instante sorprendido, llamó la atención de su compañero y dialogaron breve rato, él como extrañado y suspenso, el otro como asombrado de su extrañeza.

Opinión de todos fundadísima era que el buey Apis estaba abocado a ser presidente del Consejo en cuanto viniera a tierra aquel gabinete que ya se tambaleaba, y entonces¡oh, entonces!sería él seguramente ministro, y desde las alturas del banco azul, teniendo él la sartén por el mango, podía ya reírse impunemente, así de las burlas como de las amenazas de los masones.

No hago cuestión de nombre; Dios; el sol; el buey Apis; la cabra de Méndez; el budhismo; el mahometismo; el cristianismo; el animismo, etc.

Los egipcios adoraban á Osiris por ser el primero que les enseñó á labrar la tierra y al buey Apis por los servicios que les prestaba.

Allí se adoraba ya á Jehová ó Jahveh, á la Afrodita, llamada por los egipcios Hathor, al buey Apis y á Serapis, que según el emperador Adriano no era otra cosa sino un emblema de Nuestro Señor Jesucristo, el cual, bajo su verdadero nombre, empezó á ser esperanza y luz de las gentes.

Valiente animal es vuestro Brama comparado con Apis, dixo el Egipcio; ¿qué cosas tan portentosas ha hecho ese Brama?

Tomando entónces la palabra el hombre de Cambalu, dixo: Mucho respeto á los Egipcios, á los Caldeos, á los Griegos, á los Celtas, á Brama, al buey Apis, y al hermoso pez Oanes; pero el Li ó el Tien, como le quieran llamar [P. D.: Voces chinas, que quieren decir Li, la luz natural, la razon; y Tien, el cielo; y tambien significan á Dios.

Allí en un estuche de cuero y en estado fósil se encontraba el ojo que Aníbal perdió en el sitio de Sagunto: a su lado se erguía la punta del cuerno del buey Apis: un poco más allá reposaba una carabina llena de moho que, por haberse encontrado cargada con cañamones, se suponía que fuese la de Ambrosio que hasta entonces se había tenido por legendaria.

Por no ser, ni soy como el autor de Namouna, adorador de Cristo y además de Ahura-Mazda y de Brahma y de Apis y de Vichnú, etcétera, etc.

No por otra razón han arraigado enjambres extraviados la mayor parte de los vecinos ribereños del bajo valle hasta Viedma y Patagones y cuyo origen arranca en los dispersos colmenares de apis ligustica (italiana), llevados hace tiempo por un prestigioso vecino a la isla de Choele-Choel.

45  oraciones de ejemplo con  apis