193 oraciones de ejemplo con aristas

No lejos de las aristas y cimborrios de granito que son las partes más elevadas de la montaña, y parecen, digámoslo así, un núcleo, aparece una cima secundaria, cuyo aspecto es de asombrosa regularidad, parece una pirámide de cuatro lados colocada sobre el enorme pedestal que le ofrecen mesetas y pendientes.

El perfil de rocas y nieves resalta con limpidez en el cielo azul; á pesar de la distancia enorme, el monte, azulado también como las profundidades aéreas, se dibuja con todos sus relieves de aristas y promontorios; distinguimos los valles, las quebradas, los precipicios; á veces, al ver un punto negro que se mueve lentamente en la nieve, hasta podemos, con auxilio de un catalejo, conocer á un amigo que trepa á la cima.

Las aristas de los contornos, esfumadas por esa niebla de nieves giratorias, pierden su precisión, como si flotaran en el espacio.

II Lo conocía sin haber pasado nunca por él, como conocía todos los caminos y senderos de los Andes, donde hombres y cuadrúpedos son menos que hormigas, trepando lentamente por las arrugas y las aristas de unas montañas tan altas que impiden ver el cielo.

Según la estructura de la piedra, el curso y agresión de las aguas a unas las monda, redondea y suaviza, y a otras les saca ángulos, aristas y púas, hasta que un día, de pronto, cortan como cuchillos y penetran como puñales.

Algunos cazadores habían escalado una parte de esta ciudadela, aprovechando como senderos las aristas entrantes de la piedra para llegar de este modo a las primeras mesetas.

Febrer tropezaba con sus abombados y limpios costillares, con las agudas aristas de sus caderas, estremeciéndose sus oídos con el chasqueteo de sus rótulas.

Los cantos de los tomos parecían haces de aristas encendidas, cada hoja era una línea, y unas caían sobre otras, torciéndose, quebrándose, hasta romperse como gavillas abrasadas.

Había jacos de inaudita delgadez, esqueletos de agudas aristas salientes que parecían próximas a rasgar la envoltura de piel de largos y flácidos pelos.

Y el señor (así, con entonación irónica) pasó la puerta, seguido de dos presos; uno con una maleta y un lío de mantas y bastones; otro con un saco cuya lona marcaba las aristas de una caja ancha y de poca altura.

Fuertes esqueletos acusando tras la piel de tirante rigidez, sus aristas salientes y sus oquedades oscuras.

Aquella hendidura, labrada por la fuerza brutal de la Naturaleza, parecía angosta vista de lejos; mas de cerca, sus paredes, formadas por las aristas y angulosidades de las rocas, se apartaban, dejando en medio un vacío ancho y tenebroso, donde en confuso desorden iba hacinando el tiempo peñas rodadas, troncos caídos y malezas barridas por los vendavales.

Después de cenar y de acostar al chico, pasaron al cuarto de una bordadora de la vecindad y Manuel se encontró con dos antiguos amigos suyos, el Aristas y el Aristón.

El Aristas había olvidado sus entusiasmos de gimnasta y se había hecho capataz de periódicos.

El Aristas le encontró trabajo en una imprenta de la Carrera de San Francisco.

Yo sentíame conmovido: Aquellas palabras ásperas, firmes, llenas de aristas como las armas de la edad de piedra, me causaban impresión indefinible: Tenían una sonoridad antigua: Eran primitivas y augustas, como los surcos del arado en la tierra cuando cae en ellos la simiente del trigo y del maíz.

En nuestra colección poseemos, por ejemplo, un pequeño vaso de piedra, de boca y asiento triangulares: este hecho indicaba que el artista quería referirse á alguna trinidad; y, efectivamente, en cada una de las aristas de la figura poligonal de tres caras, como lo dijimos, aparece en relieve uno de esos monstruos ó dragones de cabeza deforme y larga cola arqueada.

El camino a que nos referimos, construido por los españoles, desciende por la vertiente de las montañas formando ángulos sumamente atrevidos, y está flanqueado a derecha y a izquierda por una no interrumpida serie de empinadas aristas anegadas en azulado vapor.

Hasta mostraban aristas rotas por el hierro.

Muy adelante del foco, llovían ya aristas incandescentes.

Un céfiro de los más blandos que jamás ha cantado poeta alguno, un soplo que parecía salir de labios de un niño dormido, pasando luego por los cálices de todas las madreselvas y las ramas de todas las mentas é hinojos, se divertía en halagarle la frente, inclinando después las delgadas aristas de la espiga madura.

Estas extremidades meridionales de los continentes tienen especial interés geológico, y de esperar es que algún día se descubrirá si en la opuesta dirección de las partes orientales y occidentales del estrecho de Magallanes influye la dirección de las corrientes pelásgicas ó el yacimiento de las aristas de las rocas.

Sobre sus aristas se tendía una amplia faja de cielo, con temblores de estrellas, perdiéndose longitudinalmente en el infinito.

Vemos sobre las cabezas de la muchedumbre el lomo gris y redondo, el cráneo prehistórico, con rudas oquedades y aristas, de varios elefantes.

Concebisteis hojarascas, daréis a luz aristas; el soplo de vuestro fuego os consumirá.

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