1560 oraciones de ejemplo con cieno

Conocía todos los secretos del fondo del agua; nos decía el nombre de hierbas y peces; podía distinguir en la arena ó el cieno movimientos imperceptibles á nuestras miradas y revelarnos dramas íntimos sólo por él visibles.

Como en los tiempos del pleriosauro, la tierra y el agua se confunden en un caos: bancos de cieno, islas emergiendo aquí y allá, pero apenas distintas del agua que las baña, brillan como ella y reflejan las nubes del espacio.

Lienzos líquidos se extienden entre estos islotes, pero no se mezclan con el lodo del fondo: son cieno más líquido que el barro de las orillas.

» En ranas dijo el mismo autor, en Las Zahurdas de Plutón, haberlas visto convertidas: «Así supe como las dueñas de acá son ranas del infierno, que eternamente como ranas están hablando, sin ton y sin son, húmedas y en cieno, y son propiamente ranas infernales; porque las dueñas ni son carne ni pescado, como ellas.

Preséntele usted con toda la negra realidad de la vida, braceando en este océano de cieno, sin poder flotar, y ahogándose, ahogándose, ahogándose....

Eso es malo, eso es despreciar los caminos naturales de la piedad, es despreciar con orgullo egoísta la sana moral, pretendiendo, por abismos y cieno y toda clase de podredumbre, llegar a donde los justos llegan por muy diferentes pasos.

A las doce menos cuarto llegó la condesa de Albornoz, imponiendo a todo el mundo su desvergüenza y su cinismo, haciendo fango en el mismo cieno, según la enérgica expresión de un historiador antiguo.

Por eso, y sólo por eso, había emprendido la bribona aquella ronda caritativa, escogiendo por compañera aquella inocente niña, incapaz de sondear la capa de cieno que estaba pisando.

El día estaba triste; uno de esos días de lluvia menuda y continua en que sólo se ven en el suelo cieno y lodazales y en el cielo nubes pardas, inmóviles, pegajosas, que parecen lamer las torres y las cúpulas, cual la viscosa baba de un monstruo inmenso.

Un capitán de lanceros, muy gordo y rubicundo, bajaba de la Puerta del Sol, pisando muy fuerte, con las espuelas y las polainas manchadas de cieno, calada la corta capota azul con vueltas blancas.

Ha caído en vuestro cieno por la temeridad de querer remontarse a las alturas con alas postizas».

A la hora de la marea alta, las aguas del Támesis invadían el subterráneo, ocupando un espacio de muchos metros; y luego, al retirarse, dejaban una espesa capa de cieno, la cual debía conservar necesariamente las huellas de Milon y de Rocambole.

Para nosotros, el amor ha sido una batalla que ha tenido mucho de horror bíblico; para nosotros, el amor ha sido un fuego infernal, devorador, doloroso y sublime, inmundo y divino!... ¡Ah, el amor, tu amor, el amor único, hecho de llamas del infierno, de cieno y de luz! ¡Ah, el portentoso encanto de tu cuerpo moldeado para el placer, el sabio anhelo de tus brazos, el arcano delicioso de tus labios!...

El tiempo, no se sabe cuánto, se deslizó entre aquellas dos figuras mudas, y mientras Caballero miraba a la lámpara cual si de su luz quisiera extraer el remedio de tan gran confusión, Amparo dejaba caer perezosamente sus ojos sobre los renglones del libro y leía frases como esta de los Salmos: Estoy hundido en cieno profundo donde no hay pie; he venido a abismos de agua, y la corriente me ha anegado.

La limpieza de su cándido optimismo se mancha con el negro cieno del mundo.

Todo en estos días chorreaba agua; en el corral, el cerdo se revolcaba en el cieno; las gallinas aparecían con las plumas negras, y los perros andaban llenos de barro hasta las orejas.

Parecíale que desde muy alto caía y caía hasta hundirse en el cieno de un charco sin fondo, y sintió tentaciones de llorar como una virgen deshonrada al ver que de un modo tan estúpido, en una noche de embriaguez, había perdido su prestigio de amante casto y de joven de costumbres austeras, encanallándose con aquel pingajo de carne hermosa que había rodado durante seis años por todas las camas del Barrio Latino.

Luego hizo avanzar al caballo por el camino; fué hundiéndose el animal, hasta dar con el vientre en el cieno, y siguió hacia adelante, chapoteando en aquella cloaca, hasta dar en una empalizada que cerraba la muralla.

¡Ateos ellos, á menos que Dios no sea un vocablo cómodo! ¡Ateos ellos mil veces, que miden la grandeza de los fines divinos por la pequeñez y la impureza de sus corazones de cieno!»

No se discute con la rueda del coche que pasa, y arrojando el cieno, nos mancha... Moralista de política religiosa y de sermones de partido, maquinilla de hacer moral de confitería, que amasas las leyes divinas y humanas para dar al mundo esas pastillas de virtud, según el gusto de cada uno, á no se me administra moral en caramelos.

cambió sus baterías y para hacerse aun mas gracioso hizo lo que hacen muchas almas de cieno personas mas encopetadas que Noé cuando quieren hacerse el mono; lo atacó personalmente.

Replicaron algunos que para pasar el tiempo se les diese facultad de leer las obras de algunos otros autores, que habían escrito contra estos primeros, burlándose de su quimérico trabajo, y respondióles la Cordura que de ningún modo, porque era dar de lodo en el cieno y había sido querer sacar del mundo una necedad con otra mayor.

Grande asco les causó ver una tiorba italiana, llena de suciedad y que frescamente parecía haber caído en algún cieno y, sin osarla tocar, cuanto menos tañer, la recatada ninfa, dijo: Lástima es que este culto plectro del Marino haya dado en tanta inmundicia lasciva.

Las obras, pues, de entretenimiento, las más leídas y admiradas, son cuadros horribles de vicios, maldades y miserias, en que el hombre, bestia humana, se revuelca en cieno y en sangre.

=Aluvional.= De aluvión: terreno formado por la acumulación de cieno, arena, etc., después de las avenidas.

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