1394 oraciones de ejemplo con con la cabeza

Prefería estar allí, con la cabeza inclinada sobre el rostro de la supuesta enferma, porque, en todo caso, constaría que él, Bonis, había cumplido con su deber procurando indagar si el sueño de su esposa era real o fingido.

v. [becn] Hacer seña con la cabeza ó la mano.

Pidiósela un día un clérigo, pobremente vestido, y Lope se despojó de sus ropas y se las dió, así como su sombrero, viéndose obligado á ir con la cabeza descubierta, no teniendo otro á mano para reemplazarlo.

Muchos oficiales militares corrian por las calles, con la cabeza desnuda, en un estado de distraccion, habiéndose llenado de gente las iglesias y casas religiosas, á donde se refugiaban, como si el enemigo estuviera á las puertas de la ciudad.

Josefina había permanecido quieta, silenciosa, con la cabeza baja.

El caballo del cosaco muerto permanecía solo, junto al agua, porque una rara circunstancia le impedía moverse; su dueño, con la cabeza hundida en el légamo, tenía el pie metido en el estribo.

Pero, si la alegría del colegio era Martín, la alegría de su casa era Valentina, su hermana, una preciosa muchacha de dieciséis años que yo no podía tratar quince días, sin volverme al colegio con la cabeza llena de sueños y el alma llena de tristezas.

En medio de ella, en mangas de camisa y con la cabeza descubierta, estaba Nolo partiendo leña.

Con la cabeza echada hacia atrás, paseaba sus ojos vivos de uno á otro interlocutor absorbiendo sus palabras, su actitud y sus gestos como si se tratase de fijarlos en la memoria para siempre.

Era un tipo rechoncho, con la cabeza cuadrada, de patillas y bigote rubios, la cara juanetuda.

Saldréis con la cabeza dada á pájaros, trastornados, á cien leguas de Kant y de sus categorías, pero con el semblante risueño y un poco de almíbar en el corazón.

El embozado, sin cuidarse mucho ni de la soledad ni del frio, siguió resueltamente un paso apresurado, pero con la cabeza inclinada sobre el pecho en ademan pensativo.

De repente, la baronesa, que estaba ebria de furor y golpeaba a su hermana con la cabeza baja sin fijarse en sus lamentos, vió que algo entraba en la habitación, con la violencia de una tromba, y en el mismo instante sintió en sus espaldas un tremendo golpe que por poco la derribó en el suelo.

dejó caer el embozo de su manteo de seda e hizo con la cabeza un signo afirmativo.

¡Algun chulapejo! ¡Quiá! Un sietemesino espiritado, con la cabeza muy gorda y el cuerpo muy flaco, pequeñuelo, ruin: un engendro del diablo.

Al ir á entrar en la biblioteca, sin ruido por la alfombra, desde la entreabertura de las cortinas del despacho vi á la tita Bianca sentada en un sofá, leyendo un libro, con una pierna alzada al respaldo de una silla de enfrente, que la desordenaba las ropas hasta el muslo, y al «sobrino» tendido de espaldas y con la cabeza en el regazo de ella... No quise turbarlos, ¿á qué?...

Era tarde, y mientras Arcturus declinaba hacia el Ocaso, aparecía por la derecha el Cuadrado de Pegaso, seguido de la infeliz Andrómeda que se alarga hasta tocar á Perseo; apareció éste con la cabeza de Medusa en su mano, y después la Cabra sola en un ángulo del Cochero, sin compañía ninguna, enojada, brillando con rayos que parecen saetas, mirándonos con entrecejo resplandeciente desde la distancia de ciento setenta billones de leguas.

El gran Emperador, completamente armado, aunque con la cabeza descubierta, estaba rodeado de sus paladines, y preguntaba en vano el motivo del desórden que observaba en su ejército: con aspecto amenazador, detuvo á los fugitivos, y vió con sorpresa que muchos estaban heridos en el rostro ó en el pecho, que acudian otros con la cabeza ó el cuello ensangrentados, y alguno con una mano ó un brazo menos.

El viejo, medio paralítico, con la cabeza grande, los ojos salientes, los pies arrastrando y las manos temblorosas, pasó delante de él.

Aviraneta, con la cabeza baja y ceñudo, recibió la injuria, al parecer, impasible.

Jorge era «un niño triste, que gustaba de permanecer horas enteras en un rincón solitario, con la cabeza caída sobre el pecho, dominado por un abatimiento peculiar; a veces sentía una impresión de miedo muy extraña, hasta de horror, sin causa real».

Cadalsito, abriendo cada ojo con aquellas descripciones de juguetes sacros, decía que con la cabeza, aunque afligido por la dificultad de ver y gozar tales cosas, pues abuelita no le dejaba poner los pies allá.

Desde el rincón en que estaba, Irene me hizo señales afirmativas con la cabeza.

El moscardón seguía zumbando y golpeándose, incansable en su empeño de romper un vidrio con la cabeza para salir al aire y á la libertad que desde fuera le estaban convidando.

Son como los perritos ciegos, que van corriendo y dan con la cabeza en las inmundicias.

1394  oraciones de ejemplo con  con la cabeza