Clementina balbuceó: Hace mucho calor aquí....

En el verano hace mucho calor.

Aquel día hacía mucho calor y sequedad, motivo sobrado para que mi hombre se luciera: «¡Vaya una nevada que está cayendo!».

ii Fortunata no se acostó en la cama, porque hacía mucho calor.

Hacía mucho calor.

Aquí en la casa hace mucho calor.

Los que venimos por vez primera camino de América, sentimos el mismo prejuicio de los sabios del tiempo de Colón, que afirmaban que sólo podía encontrarse oro allí donde hubiese negros e hiciera mucho calor... Al sentir que el sol nos quema con más fuerza que en Europa, creemos estar menos alejados de la fortuna.

En Madrid aún debe de hacer mucho calor: mejor será que aguarde hasta entrado el otoño; mientras tanto, haré lo que mi tío me ha dicho; frecuentaré menos la casa, y procuraré distraerme de otro modo.

Y la otra con refinada calma dijo así: «Hace mucho calor; no tengo ganas de salir».

Hacía mucho calor, y yo sudaba.

Hacía mucho calor...

Aunque hiciese mucho calor, Utrilla, lo mismo en la calle que en casa, llevaba siempre el cuello de este modo, lo cual daba á su figura cierta expresión de hombre arruinado por los vicios; y esto era lo que á él le encantaba.

No hacía mucho calor porque íbamos ya a bastante altura y corría aire fresco.

En la taberna, a la moza que me servía le pregunté si hacía mucho calor.

Hacía mucho calor; pero estábamos en la segunda mitad de agosto, y por la noche refrescaba y se podía dormir.

Hace mucho calor, en efecto; lo mejor es que beba un poco de agua.

Si se cerraban las dos de noche hacía mucho calor.

Amigo Mercutio, pienso que debíamos refrenarnos, porque hace mucho calor, y los Capuletos andan encalabrinados, y ya sabes que en verano hierve mucho la sangre.

Hace mucho calor aquí.

La alcoba es una hermosa habitación con chimenea, que verás encendida siempre que no hace mucho calor.

No, que hace mucho calor.

) ¡Chico! (Dan unas palmadas y sale un chico.) ¡Tráete dos chicos! ROSCA (Dando con el bastón a una pareja que pasa bailando por delante de él.)—¡Chist! ¡Pollo! ¡A ver cómo se baila, que hace mucha calor! EL QUE BAILA (Con sorna.)—¡Guasa! (Sigue bailando.

DIMAS.—Se acepta y se agradece, que ya va haciendo mucha calor.

Los bandidos estaban en el mirador, y en cuanto la vieron, bajaron a invitarla a tomar un refresco, porque hacía mucho calor.