182 oraciones de ejemplo con lamo

Se despidieron con el laconismo del día anterior; pero aquella noche la muchacha se revolvió en la cama, inquieta, nerviosa, soñando mil disparates, viéndose en un camino negro, muy negro, acompañada por un perro enorme que le lamía las manos y tenía la misma cara que Tonet.

Se imaginó estar en pleno delirio, viendo extravagancias, y varias veces volvió la cabeza creyendo percibir en la obscuridad aquel perro que le lamía las manos y tenía la cara de Tonet, recuerdo que aún le hacía reir.

A los curas les lamería los pies de buen grado.

¿Qué hubiera sido de sin su empuje sereno y valeroso? Canelo, a todo esto, cuando no se lamía los arañazos, poco profundos, que le rayaban la piel en muchas partes, jadeaba y gruñía, con el hocico descansando sobre sus brazos juntos y tendidos hacia adelante, pero con los ojos clavados en los oseznos que rebullían entre las asperezas del suelo y charcos de sangre, como gusanos muy gordos.

En esto volvió Pío fatigado, sin aliento y dijo: Na, lamo, el niño no parece po ningún parte.

¿Por dónde fuiste a buscarle? Po la mano e larienda, lamo.

¿Va a salí lamo?

Me miró fijamente, dio un gran suspiro y dijo con la garganta, no con la lengua:Lamo.

Di, Pedro, ¿quieres que mande por el amo? Abrió tamaños ojos, enseñó los dientes y repitió: Lamo, lamo... su mercea, concluyó diciendo María de Regla con mayor timidez, sin levantar la vista para don Cándido.

Di, Pedro, ¿quieres que mande por el amo? Abrió tamaños ojos, enseñó los dientes y repitió: Lamo, lamo... su mercea, concluyó diciendo María de Regla con mayor timidez, sin levantar la vista para don Cándido.

La lamería la cara.

Os he respondido la verdad: me tiendo á sus pies, lamo su mano, y velo por ella, siempre dispuesto á defenderla.

Frasquito tenía una mona que no se lamía el infeliz.

Al salir, camino de la imprenta, vió á Jesús sentado en un portal de la calle de San Bernardo; un perro vagabundo le lamía las manos y Jesús le acariciaba, y le dirigía largos discursos.

«¿Quién de vosotros, pecadores que me escucháis, lamería las llagas de un pobre y andrajoso mendigo? ¿Quién? ¡Que responda y levante la mano! ¡Ninguno! Ya lo sabía yo: sólo un santo como Diego de Alcalá puede hacerlo; él lamió toda podredumbre diciendo á un asombrado hermano: ¡Así se cura á este enfermo! ¡Oh caridad cristiana! ¡Oh piedad sin ejemplo! ¡Oh virtud de virtudes! ¡Oh dechado inimitable! ¡

, el lobo las pobres sandalias lamía. Salía a la calle, iba por el monte, descendía al valle, entraba a las casas y le daban algo de comer.

Sometería á todas las naciones; ceñiría la corona del Universo, y bajo su solio, salpicado de diamantes, se postraría la opresora ciudad del Lacio; , la ávida loba romana lamería, domada, los pies de aquel Niño prodigioso...

El héroe cogió el cadáver por el pie, arrojólo al río para que la corriente se lo llevara, y profirió con jactancia estas aladas palabras: 122 «Yaz ahí entre los peces que tranquilos te lamerán la sangre de la herida.

»Ved con qué nueva luz el laberinto del Globo se aclaró, la voz sonaba, mostrando el mar Melinde en sangre tinto, con la ciudad de Lamo, de Oja y Brava, por Acuña feroz, que nunca extinto será su nombre en todo el mar que lava las islas de Austro y playas que se llaman de San Lorenzo, que en el Sur se afaman.

4 Y dijo Moab a los ancianos de Madián: Ahora lamerá esta compañía todos nuestros contornos, como lame el buey la grama del campo.

Y tornarás a hablarle, diciendo: Así dijo el SEÑOR: En el mismo lugar donde lamieron los perros la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu sangre, la tuya misma.

9 Delante de él se postrarán los etíopes; y sus enemigos lamerán la tierra.

23 Y reyes serán tus ayos; y sus reinas, tus amas [de leche]; el rostro inclinado a tierra te adorarán, y lamerán el polvo de tus pies; y conocerás que yo [soy] el SEÑOR, que no se avergonzarán los que me esperan.

17 Lamerán el polvo como la culebra; como las serpientes de la tierra, temblarán en sus encierros; se despavorirán del SEÑOR nuestro Dios, y temerán de ti.

Y sucedió, aquí viene lo importante, que un día, en medio de un jaral, al pié de una roca y á orillas del torrente que lamía los cimientos del castillo, unos pastores que al amanecer pasaban por allí encontraron dos cuerpos ensangrentados y desnudos, que palpitaban todavía; ambos habían sido apuñalados sordamente en el castillo y arrojados al torrente, al abismo, á las tinieblas; pero no estaban muertos.

182  oraciones de ejemplo con  lamo