74 oraciones de ejemplo con las piernas le

Tuvo que sentarse, detrás de su mujer, porque las piernas le temblaban, según costumbre en casos tales (si era que jamás se había visto en caso parecido); pero estaba dispuesto a disimular, a mentir como un héroe, si era preciso, ya que el Señor se dignaba concederle aquel don del fingimiento, de que no se hubiera creído capaz a no verlo.

La frente se le cubrió de un sudor frío, y las piernas le flaquearon.

Nuestro héroe, al saberlo, sintió que las piernas le flaqueaban, no de temor, que esto ninguno osará siquiera imaginarlo, sino por la emoción de verse tan próximo a ser objeto de la curiosidad y expectación públicas, no sólo en la provincia, sino en España entera.

Las piernas le flaqueaban y la vista se le obscurecía.

Apuró del contenido de ella porción bastante, y al tratar de volver al sofá, las piernas le faltaron y cayó rodando en mitad del aposento.

Cuando recibió la noticia Araceli sintió que las piernas le flaqueaban; todo su cuerpecito distinguido se estremeció con un escalofrío de ansiedad y de gozo.

El corazÛn le latÌa fuertemente; las piernas le temblaban; cuando quiso cantar en una de las calles m·s cÈntricas, no pudo; el dolor y la verg¸enza habÌan formado un nudo en su garganta.

Las piernas le temblaban al pobre ciego lo mismo que el dÌa primero

El corazón le latía fuertemente; las piernas le temblaban; cuando quiso cantar en una de las calles más céntricas, no pudo; el dolor y la vergüenza habían formado un nudo en su garganta.

El corazón le latía fuertemente; las piernas le temblaban; cuando quiso cantar en una de las calles más céntricas, no pudo; el dolor y la vergüenza habían formado un nudo en su garganta.

Las piernas le temblaban levemente y se detuvo un instante para serenarse, llevando una mano á su pecho.

El nuevo cura, agitado por la emoción, por la felicidad y por aquel ambiente cargado de asfixiantes perfumes, seguía la celebración de la misa como un autómata, guiado muchas veces por sus compañeros, sintiendo que las piernas le flaqueaban, que vacilaba su robusto cuerpo de atleta, y sostenido únicamente por el temor de que la debilidad le hiciera incurrir en algún sacrilegio.

Las piernas le flaquearon y tuvo que agarrarse del cortinaje de la puerta para no caer, al mismo tiempo que por sus ojos pasaba una densa nube.

Enriqueta, anonadada por aquella emoción terrible, sintió que las piernas le flaqueaban y se agarró a la balaustrada del balcón, para no caer.

El corazon le latia con violencia i las piernas le flaqueaban, sin embargo de que no tenia que andar ménos de veinte cuadras para llegar al paraiso donde debia tentar a la primera Julia de este mundo que, en su concepto, habia necesitado de tentaciones.

Entre tanto él los miraba a todos i a cada momento creia encontrar a algun antiguo conocido; el corazon le palpitaba con violencia, la cabeza se le reventaba i sentia vahidos que le hacian sudar, las piernas le flaqueaban: tal era la fuerza de su emocion al verse salvo en los mismos sitios donde ántes soñó venturas.

Comenzó á levantarse con mucha presteza; pero las piernas le temblaban, y chocaban sus dientes unos con otros... Señora—volvió á decir Francisca,—¿no se levanta usted?

Comenzó á levantarse con mucha presteza; pero las piernas le temblaban, y chocaban sus dientes unos con otros... Señora—volvió á decir Francisca,—¿no se levanta usted?

Era una gran mesa en donde la acostaron, y en los brazos y en las piernas le pasaron unas sogas, que apretaban conforme daban vuelta á una de cuatro ruedas que habia á los lados de la mesa, y que correspondian á cada uno de los brazos ó de las piernas.

Aún se distingue á intervalos desde aquí... las piernas le faltan, su carrera se acorta; déjame... déjame... suelta esa brida, ó te revuelco en el polvo... ¿Quién sabe si no le daré lugar para que llegue á la fuente? y si llegase, al diablo ella, su limpidez y sus habitadores.

Quedó Aracil parado al oír la amenaza, y María, que creyó que el peligro no era serio, enarboló su vara y al mozo que se le acercaba a sujetarle por las piernas le soltó un varazo en la cara.

Don Serafín sintió que las piernas le empezaban a temblar, y echó mano del reloj.

Aquel humor de las piernas le molesta mucho, y nos tememos que de un día á otro... D. JERÓNIMO.Vaya, vamos, ¿qué le hemos de hacer?

Plegó las manos involuntariamente y lanzó un grito de terror; sus ojos se nublaron, un sudor frio corrió por todo su cuerpo, las piernas le flaquearon y cayó de rodillas.

Denique, cur hominem, cùm vini vis penetravit... Finalmente, cuando al hombre domina la fuerte acritud del vino, cuyo intenso ardor se extiende por sus venas, ¿por qué los miembros lo abaten, las piernas le flaquean, la lengua le vacila, el entendimiento le falta, los ojos le lloran?

74  oraciones de ejemplo con  las piernas le