24 colocaciones para húmeda

¿Y los que viven hacinados en una miserable buhardilla, en un húmedo sótano?

Ya las ligeras proas van cortando los caminos del húmedo Neptuno; Gallego les soplaba manso y blando con movimiento lleno y no importuno: en los casos pasados van hablando, que no se olvidarán en tiempo alguno los peligros do fué siempre perdida la vida, y por milagro guarecida.

Mis jinetes, doblados sobre el arzón, ya trepaban al galope por una cuesta entre húmedos jarales.

¿Y es medicinal pasearse descubierto y absorber las emanaciones de la húmeda mañana?

Por los balcones del palacio de los duques empezaron a divisarse, tendidas en doble fila a lo largo de las calles, luces de gas temblorosas y amarillentas, que se reflejaban como en un espejo en las húmedas losas de las aceras.

Discurriendo por esta senda, llegó a topar con el sueño, que la venció tras breve lucha; tan breve, que con serlo mucho más el nombre de Pepe, se le quedó éste a la hermosa entre los húmedos labios, por falta de tiempo para acabar de pronunciarle; de manera que del acto aquel, medio inconsciente, más que palabra vino a resultar un beso...

Por el modo como se halla constituida esta nacion, todavía salvage, debemos creer que en aquellos tiempos estaba tambien dividida en tribus que vivian dispersas, sea en el interior de las húmedas selvas que se encuentran sobre las montañas inferiores, sea en las llanuras que costean á estas.

Los tubos, intestinos de aquel húmedo vientre, daban mil vueltas, y tan pronto rastreaban a flor de tierra, parecidos a sierpes enormes, como se erguían a la bóveda, remedando los negros tentáculos de un pulpo descomunal.

En aquel sitio estaba echado un enorme jabalí, en medio de una espesura tan densa que ni el húmedo soplo de los vientos pasaba á su través, ni la herían los rayos del resplandeciente sol, ni la lluvia la penetraba del todo, ¡así era de densa!, habiendo en la misma gran copia de hojas secas amontonadas.

Ya no nos reuníamos en el salón; se velaba bajo los árboles del jardín del señor D'Orsel o en pleno campo sobre los linderos de los prados húmedos.

Pero era menester concluir y me volví: ella estaba a mi lado, y en sus ojoscomo en un relámpago, de felicidad esta vezvi en sus ojos resplandecer, marearse, sollozar, la luz de húmeda dicha que creía muerta ya.

El que iba delante era un ser raquítico y deforme, cuyos alborotados cabellos rojos aumentaban el volumen de una cabeza enorme; cruel y torva la mirada de los húmedos ojos, parecía lleno de terror y tenía en la mano un pequeño crucifijo que alzaba en alto, como mostrándolo á todos los pasantes.

Tenían ante ellos grandes montones de zapatos húmedos, extraídos de una gran cuba, y agarrándolos como animalillos muertos, les arrancaban las tachuelas, las suelas, los tacones, todo lo aprovechable.

¡Qué emoción cuando caía sobre el mostrador de húmedos tablones el estrecho sobre, pegado unas veces con roja oblea y otras con miga de pan, con su complicada dirección en letras gruesas: «Para la siñora Tona la del cafetín, junto á la casa dels bòus!»

Apenas cerraba los párpados, su alma retorcíase, como sobre un potro, en el ardientísimo deseo que aquella mujer, gruesa, trigueña, con su húmeda y encendida boca y sus hermosos ojos aterciopelados y maternales, le sugería.

Una pacificadora serenidad emana de las húmedas selvas, de vez en cuando interrumpidas por anchos vallados en que la mirada se refresca como en un baño de verdor...

El espectro, al deslizarse por los peldaños de la húmeda y resbaladiza escalera, producía un medroso ruido de choque de huesos, y los pliegues del hábito, al pegarse al cuerpo, diseñaban planos sin carne y palillos mondos y lirondos.

La pureza de sus húmedos y rojos labios, revelaba á una vírgen, y la suave dilatacion de su seno, enamorados pensamientos.

Entraban por la boca de las galerías, siendo entonces perfecta su semejanza con los resbaladizos habitantes de las húmedas grietas, y cuando en las oscuridades del túnel relinchaba la indócil mula, creeríase que los saurios disputaban chillando.

Tenía el aspecto de una fortaleza de leyenda, como las que había descrito su padre el historiador, hecha para los cielos grises, para las selvas de húmedo verde, y parecía querer escapar de este paisaje tostado por el sol, de vegetación parsimoniosa, huyendo del contacto con los olivos, los cactos y los leñosos matorrales cubiertos de rudas flores.

Todos los pasajeros, de bruces sobre las barandillas, quieren ver lo que se dibuja en aquellos telones de húmeda y maculada blancura.

Casto Plasencia ha sorprendido bien el tono de los verdes húmedos de Asturias.

El espacio se había limpiado de tenues neblinas, transpiración nocturna de los húmedos campos y las rumorosas acequias.

La voz apagada y gangosa, sin duda por las húmedas brisas de Levante, modulaban una y otra vez voces de mando, que daban por resultado quedar la escota en su cabilla á la mirada de nuestro práctico.

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