1676 oraciones de ejemplo con océano

El Archipiélago de Marianas lo compone una cordillera de islas, enclavadas en el gran Océano Pacfico.

Las alturas de la isla de Guajan, por su aislamiento en medio del Océano, son un punto de atracción al cual afluyen las nubes vertiendo sus aguas los frecuentes chubascos que se forman en aquellas latitudes.

Pues es muy sencillo, con una buena carta á la vista del Océano Pacífico que comprenda desde las costas de China hasta el estrecho de Malaca, se deducen las consecuencias de aquella real al par que triste verdad.

Las fabulosas riquezas que esparcieron en los Estados-Unidos, los veneros de oro de los, placeres de California, hicieron que lo que al principio fueron chozas, fueran luego casas, convirtiéndose estas más tarde, en verdaderas calles de palacios, emporios de riqueza y de tráfico, acariciando bien pronto las brisas del Océano Pacífico, ciudades tan ricas y populosas como lo es San Francisco.

Después, solo el anteojo percibe cual blanca gaviota posada sobre un copo de espuma, el torreón del faro: más tarde, la espuma se funde en el Océano, la gaviota desaparece en los mundos de la luz, la bruma se disuelve en los cielos, y al borrarse en la retina la última línea de la ciudad murada, se abre un nuevo registro en los misterios de los recuerdos.

al pronunciar aquellas palabras se quedó callada, vagando su mirada por el Océano en cuyo majestuoso desierto quizá evocaría su querida memoria.

Pero el éxito alcanzado con la construcción del canal de Suez hizo pensar de nuevo en la conveniencia de construir un canal desde el océano Atlántico al Pacífico, y en el año 1870 envió el gobierno de los Estados Unidos dos comisiones de ingenieros a reconocer el terreno de los istmos de Darién en Colombia, y de Tehuantepec en Méjico, para determinar cuál de las dos vías presentaba menores dificultades y ofrecía mayores ventajas.

¡ nada temes! De tu imperio yerto 20 Sólo Dios es señor, fuerza y medida: ¡Cómo el ancho Océano y el Desierto, vives sólo de tu propia vida! La tierra acaba en tu glacial palacio; Tuya es la azul inmensidad aérea: 25 ves más luz, más astros, más espacio...; ¡Parte eres ya de la mansión etérea! ¡Adiós! Retorno al mundo...

Al despeñarse el huracán furioso, Al retumbar sobre mi frente el rayo, 15 Palpitando gocé: vi al Océano, Azotado por austro proceloso, Combatir mi bajel, y ante mis plantas Vórtice hirviendo abrir, y amé el peligro.

Allende el Océano Veremos a Rizal en Barcelona

Luego el cielo espléndido y aquellos lejos de Carabanchel, perdiéndose en la inmensidad, con remedos y aun con murmullos de Océano... ¡sublimidades de la Naturaleza!...

¡Y yo que atravesaría el Océano en una lancha por tocar un dedo de su hermosa mano! Julio 27.

Esta lucha había sido entre ellos: una guerra de milicias; ¿pero levantar un ejército de millones de hombres en un país que no tenía el servicio militar obligatorio, y hacer que este ejército atravesase el Océano con toda su inmensa impedimenta, llegando á tiempo para salvar á Europa en peligro?

Jóvenes llegados de diversos lugares de la tierra para estudiar los misterios del Océano acababan por hacer cálculos matemáticos sobre las probabilidades de la ruleta.

Ahora, con la imaginación, sólo veía la América del Norte, sus puertos llenos de muchedumbres en armas, las azules planicies del Océano aradas por miles de buques que venían á desembarcar en Europa ejércitos interminables.

Otro tren avanzó en dirección inversa, un tren interminable, que iba saliendo de las profundidades del Océano.

Se fijó en los grupos escultóricos que simbolizan las fuerzas del Océano ó las artes de los navegantes; leyó los nombres esculpidos en los frisos, títulos de buques que se ilustraron por sus exploraciones científicas.

En cuanto a Hútchinson, cuando llegó su última hora, allá lejos, sobre el océano, jadeante y sin respiración, quejábase de que se ahogaba en la sangre de los asesinatos de Boston; mientras Francis Lincoln, el antiguo capitán de Castle Wílliam, que se encontraba junto a su lecho de muerte, podía notar en el extravío de su mirada cierta expresión semejante a la de Édward Rándolph.

Hízole donación asimismo del cargamento de sal de Cádiz que llevaba cierto buque al cual hizo naufragar la hechicera diez años atrás en mitad del océano por medio de sus artes nigrománticas.

Prometió señalar las armas y divisas de la isla y de las villas de ella, como en efecto lo hizo á poco; pero no accedió á que se hiciese mención de ellas en el ditado de los Reinos, aunque más adelante se hizo en el referido ditado de las islas y tierra firme del mar Océano.

A 19 de Mayo, y también en Sevilla, la reina doña Juana expidió á Joan de Ampiés título de factor en la isla Española, en las demás islas, Indias y tierras firmes del mar Océano, cargo que por su carácter general no excluía ni excluyó que hubiese otros del mismo nombre y con análogas funciones en distintos puntos.

El Océano, sobrepujando sus términos, no traga las llanuras con ímpetu más espantoso, que el que manifiesta el joven Laertes ciego de furor, venciendo la resistencia que le oponen vuestros soldados.

Luego los secretarios de Sección, prosecretario, jefes de oficina, segundos jefes, auxiliares y escribientes de todas categorías fueron yéndose en progresión creciente y riguroso orden jerárquico, hasta que todo el personal se dispersó en la urbe inmensa, como un cargamento de naranjas en el océano.

Al despeñarse el huracán furioso, Al retumbar sobre mi frente el rayo, Palpitando gocé: vi al Océano Azotado del austro proceloso Combatir mi bajel, y ante mis plantas Sus abismos abrir, y amé el peligro, Y sus iras amé: mas su fiereza En mi alma no dejara La profunda impresión que tu grandeza.

¿Por qué no miro Alrededor de tu caverna inmensa Las palmas ¡ay! las palmas deliciosas, Que en las llanuras de mi ardiente patria Nacen del sol a la sonrisa, y crecen, Y al soplo de la brisa del Océano Bajo un cielo purísimo se mecen?

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