2926 oraciones de ejemplo con pisa

La jóven que habita uno de los cuartos principales del hotel de enfrente, no es francesa; es de Pisa, una de las más célebres ciudades de Toscana, una de las más bellas ciudades del mundo.

A Pisa fué, con el objeto de convalecer de una enfermedad, cierto estudiante del partido de Rodhese, departamento de Lyon; el tal estudiante vió á Luisa, se enamoró de ella, hubo de decírselo, y á ella hubo de parecerla bien: si no bien, no debió parecerla mal, por lo que luego verán mis lectores.

Pues volviendo á la historia de Pisa, los padres del novio retiraron al hijo el dinero; esto es, quitaron el alpiste al pájaro para que volviera á la jaula.

Tal vez llorara en Pisa; pero ¡qué diferencia entre aquellas lágrimas, y las que ahora vierte en Paris!

Si el estudiante se presentase á ella, jurándola amor y fidelidad, Pisa, Paris, Francia, Italia, el universo entero, desapareceria ante los ojos de esa desdichada.

Lo malo era que, si en todo lo demás se hacía lo que la santita de la casa quería que se hiciese, en lo tocante al asunto de los Vargas no había acuerdo posible; al solo nombre pronunciado, los odios dormidos se alzaban, como víboras a las que se pisa la cola.

La fiebre de los negocios dominando al país entero; la alucinación de las ganancias fabulosas, que no era más que un síntoma de la misma enfermedad; a ciegas, en el laberinto de la especulación, la tierra pronto falta a los pies, no se pisa seguro, no se sabe por dónde se anda...

La del Mediterráneo, circular casi, tiene su nota más elevada en el seco y penetrante clima de la Provenza y de Génova; dulcifícase hacia Pisa; se equilibra en Sicilia, mientras que en Argel obtiene un grado notable de fijeza.

A veces figurábame distinguir ciertas reproducciones de las catedrales de Florencia ó de Pisa; otras, creía ver silenciosas esfinges ó monstruos innominados, ¿acaso ballenas? ¿elefantes? lo ignoro: quimeras de mi fantasía, , y sueños extraños.

Bajo la presión de mis penas dará mi amor su más balsámico aroma, embriagándome el alma, como huelen mejor las hierbas y las flores de la selva cuando el villano al pasar las ofende y las pisa.

The most notable Campo Santo is that of Pisa, founded by Archbishop Ubaldo in the 12th century.

Si lo haces porque ese blanco le pisa la sombra, lo peor que puedes hacer es tomarlo tan a pecho.

No vale el de Pisa como arte, ni los muertos surgen a vuestro paso con todo su cortejo de gloria como en el Père-Lachaise.

Pero hay una que se impone moralmente a todo el que pisa el suelo de los Estados Unidos; la visita al Niágara.

Con eya en la mano, hay mu poco que tengan tan güena sombra... Lo que le tiene er Gordo, e que sabe demasiao er terreno que pisa... y cuando se sabe mucho... vamo... ya me entiende usté, D. Enriquito.

Pasarán los años, y si llegan á encontrarse se desconocerán, lo mismo que se desconocen la viga de una dorada techumbre y su hermana la viga que se pisa enterrada en un pavimento.

La casa de purga, de arquitectura tan sencilla como elegante, tiene 120 varas de largo y 42 de ancho; además de 12.500 furos, encierra en su fondo la pisa y el lugar destinado á servir de depósito para la miel.

Pone en comunicacion ámbos edificios un camino de hierro cubierto y provisto de una balaustrada del cual continua hasta la pisa de barro situada detras.

Y es lo peor que cada hombre no se resigna á ocupar el sitio que le corresponde en la obra de las generaciones, no quiere limitarse á cultivar con paciencia el suelo que pisa, sino que aspira, en los breves días que se le otorgan sobre la tierra, á resolver todos los problemas, á someter los imperios del cielo y de la tierra á su dominación.

Como se quiso amotinar un contador, Bernal de Pisa, y hurtar ciertos navíos.

Hallóse á este Bernal de Pisa

En el primer viaje que para acá se hiciere enviad á Bernal de Pisa, al cual Nos enviamos á mandar que ponga en obra su venida, y en el cargo que él llevó entienda en ello la persona que á vos y al padre fray Buil pareciere, en tanto que de acá se provee, que por la prisa de la partida de los dichos navíos no se pudo agora proveer en ello, pero en el primer viaje, si place á Dios, se proveerá de tal persona cual conviene para el dicho cargo.

» Parece por esta carta de los Reyes, que Antonio de Torres debia haber traido las quejas de Bernal de Pisa, y á esto contradice lo que arriba en el cap.

90 se dijo, que despues de partido de la Isabela con los 12 navíos, Antonio de Torres, se quiso amotinar, con los cinco que quedaron, Bernal de Pisa.

Ella era joven porque nunca había conocido el amor y llegaba á la primera pasión de su vida con la simplicidad del catecúmeno que pisa temblando el umbral del templo, repleto de misterio.

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