1341 oraciones de ejemplo con protector

En uno de tantos dias, me llamó la atencion en una cajetilla el retrato de un personaje grotesco, de gran baston, plumas sobre el sombrero y un rubro abajo del busto, que decia: Northon, emperador de California y protector de México.

¿Tenemos un protector y está en México? No, amigo, me dijo el Sr. López, dueño de la tabaquería, ese emperador de California, protector de México, está en San Francisco, paseándose muy fresco.

¿Tenemos un protector y está en México? No, amigo, me dijo el Sr. López, dueño de la tabaquería, ese emperador de California, protector de México, está en San Francisco, paseándose muy fresco.

Entónces le hirió la monomanía que le preocupa, esto es, que es el emperador de California y protector de México.

mi protector amenazando con el puño la arrugada faz del avaro.

»Venid, que ya el astro protector de los misterios brilla en la plenitud de su hermosura.

¿Quién eres? iba á decir Macías á su invisible protector, cuando una voz ronca que parecia hablar sola enmedio de las tinieblas dijo con reposado continente: ¡Voto va! dejad ese venado, que ni sirven esas piezas para yantar, ni menos para vestir.

Porque, hay que confesarlo, el señor Jesús Domínguez no tenía muy tranquila la conciencia: las sospechas de don Jaime no estaban destituidas de fundamento; si el espía no había aún vendida a su generoso protector, no era porque no hubiese pensado en hacerlo, y para un hombre como el guerrillero; del plan a la ejecución no había sino un paso.

¿Quién, él, mi amigo, mi protector, él que me presentó al presidente Miramón?

«Salud ¡oh Nazarita! Bien llegues á las nieblas Cuya región habita Tu genio protector.

Cuando yo lleve a Madrid a Lucrecia para colocarla en la compañía del Príncipe, me atrevo a lisonjearme de que hallará en el señor de Santillana un poderoso protector.

Iba á decir al aguerrido Aquiles lo que Néstor gerenio, protector de los aqueos, me encargó; pero no te dejaré así, abrumado por el dolor.

Y especialmente Néstor gerenio, protector de los aqueos, oraba levantando las manos al estrellado cielo: 372 «¡Padre Júpiter! Si alguien en Argos, abundante en trigales, quemó en tu obsequio pingües muslos de buey ó de oveja, y te pidió que lograra volver á su patria, y se lo prometiste asintiendo; acuérdate de ello, Júpiter Olímpico, aparta de nosotros el día funesto, y no permitas que los aquivos sucumban á manos de los teucros.

Este fué su principal asunto; y el desapasionado examen de esta obra lo será también de mi pluma en estos mis apuntamientos de su vida, la cual escribo con mucho gusto, por obedecer á los preceptos de un gran honrador de la buena y feliz memoria de Miguel de Cervantes Saavedra, que cuando no tuviera, como tiene, una fama universal, la conseguiría ahora por el favor de tan ilustre protector.

Unos venían de sus negocios de la ciudad, y se presentaban vistiendo la toga blanca con franja de púrpura, seguidos de sus clientes, que volvían la vista á todos lados como para atraer la atención pública sobre su majestuoso protector.

Como en bosques que invierno heló, enverdece El visco, y con la prole de que abunda, No hija del árbol á que asido crece, El tronco protector blondo circunda; Tal la ráfaga de oro resplandece; Tal, herida del aura vagabunda, Treme y cruje la lámina divina En medio allá de la copuda encina.

El Obispo había sido amigo y protector de Colón, antes de tener éste la protección de la reina Isabel.

Se hicieron devotísimas procesiones con las venerandas imágenes de la Virgen del Rosario, patrona de las Islas, y de San Francisco de las Llagas, protector de Manila.

Fingiendo pues someterse a los designios del emperador, el prefecto no desperdiciaba coyuntura de atizar el fuego de la indisciplina para favorecer, bajo mano, los ambiciosos planes del Caín su protector.

Escribió D. Diego Martín Negrón al Rey (30 junio 1610), haciéndole saber que en aquellas provincias había a la sazón 300.000 naturales y 12.000 reducidos a la fe, y que habiendo consultado con los religiosos más graves del país acerca de la persona más apta para desempeñar el cargo de protector general de los indios, contestaron que se confiriese dicho título a su antecesor Hernando Arias de Saavedra, quien lo aceptó de muy buena gana.

«Fué el teniente general D. Bruno Mauricio de Zabala, fundador de Montevideo, pacificador del Paraguay, defensor de los territorios del Plata contra la agresión portuguesa, protector de los indígenas en cuanto a usar con ellos más del comedimiento que del rigor; prudente, justo y esforzado.

Más político que Álvar Núñez, cuya rigidez se volvió odiosa ante sus compañeros, él supo conciliar la severidad con la blandura, hasta hacerse idolatrar por los soldados, que le veneraban como á un padre, y amar por los indios como á un justiciero protector.

Esto parece un sueño, un cuento de hadas..., y usted el genio protector, y yo...

¿Sería admisible, en buena doctrina, la resistencia á cumplir un compromiso contraído á pretexto de que este compromiso no es del agrado de un protector, de un pariente cuya herencia se espera, ó cuya exheredación se teme?

Fueron los oficiales franceses quienes asistieron en noviembre de 1805 al estreno de Fidelio, y el general Hulin, el vencedor de la Bastilla, que se instaló en la casa de Lobkowitz, amigo éste y protector de Beethoven, a quien dedicó la Heroica y la en do menor.

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