69 oraciones de ejemplo con sueño un

Su impulso indirecto rompe y tritura cuanto ponen bajo el martillo-pilón y estira los metales pasados por el laminador; pero sabe también elegir y juntar los hilos casi imperceptibles, amalgamar los colores, afelpar las telas y realizar á la vez los más diversos trabajos, los que ni siquiera podía soñar un Hércules, y los que no podrían realizar los hábiles dedos de un Aracneo.

Es cierto que las horas que aman las rodean de cuantas ternezas caben en el humano corazón, y de cuantos cariños y locuras puede soñar un sér amante.

Yo había soñado una vida venturosa al lado de este hombre que me enamora; yo me veía ya elevada hasta él por obra milagrosa del amor; mi pobre inteligencia en comunión perfectísima con su inteligencia sublime; mi voluntad siendo una con la suya; con el mismo pensamiento ambos; latiendo nuestros corazones acordes.

Por las noches gustaba mucho de pasear un poco por las calles antes de retirarse a su casa, poniendo así entre la tertulia y el sueño un trozo de meditación trans-urbana de más gusto para él que la más entretenida y docta lectura.

Lo otra muchedumbre preparaba el porvenir, soñando un mundo de democracias libres, de naciones en paz, tolerantes y sin celos.

Con la alegría de la 30 niñez, soñando un porvenir de color de rosa...

Era una fantasía suntuaria de pielroja; un traje principesco tal como lo podría soñar un araucano ebrio.

¿Será acaso ese sueño un castigo a mi impiedad, a los impuros desórdenes de mi juventud? * * * ¡Cuánto tarda ese hombre que ha ido a Madrid! Me siento cada día más débil.

En suma: que había entrado el cólera, pese a los guardias, y en las propias barbas de San Roque, no obstante haber soñado una vieja, en olor de santidad, que San Roque en persona le decía: "No tengáis miedo del cólera, que yo estoy a la mira, y no soy como ese holgazán de San Pascual.

Jamás en sus ensueños de libertino había soñado una mujer como aquélla, y a veces, en los instantes de mayor placer, llegaba a dudar si estaba despierto, o era víctima de fantástica ilusión.

Soñó una vida muelle y regalada en la corte; un trono para su belleza en aquella sociedad aristocrática; una existencia de triunfo y de placer... Y el novio artista, hechizado por el mismo sueño y abrasado por Eva en un incendio voraz de los sentidos, ponía sobre su cabeza todos los deseos desbocados del corazón de aquella mujer, duro corazón rebelde al dolor de la vida, sólo inclinado y dócil á la ambición y á la lisonja.

¡Ah, ya! Estaba viendo á la acariciadora de una doble quimera de amor y ambición, la que había soñado una corona entre capítulos de una novela, y aspiraba á conquistarla por medio de la poesía, sin abdicar de su dignidad de mujer, de su pureza de virgen.

Á ver si concilia el sueño un poquito... Llegaba tarde la advertencia.

La feliz pareja sólo soñará un instante, pues pronto llega la amarga onda a invadir los corazones.

Hay una gran castidad poeana, a pesar de los gritos de la vida; hay valles que tienen un ensueño y un corazón: El valle tiene un ensueño y un corazón; sueña y sabe dar con su sueño un son triste de flautas y de cantares, hay flautas pánicas, dulces flautas campesinas.

¿Quién no se siente en un caso igual poseído de ese tartarinismo sentimental, que sin que notemos a la inmediata su influencia, nos solidariza un tanto con los tipos de nuestras lecturas, con los personajes que nos han hecho pensar y soñar un poco, por la poesía de su vida, que nos liberta por instantes de la prosa de nuestra existencia práctica cuotidiana?

otra parte del alcázar de Madrid, y en un aposento que á su llegada se habia secretamente aderezado por las gentes de Villena, descansaba reclinado en un modesto lecho un caballero á quien no permitia cerrar los ojos al sueño un amargo pesar, de que eran claros indicios los hondos y frecuentes suspiros que del pecho lanzaba.

Así, unos y otros dicen dormite, por duérmete; soñar un sueño por soñar: "Un sueño soñé mis dueñas", canta un romance de Salónica; y una copla gaucha: "antenoche soñé un sueño".

Ilustración] [Ilustración] CANTO CUARTO Interrumpió mi profundo sueño un trueno tan fuerte, que me estremecí como hombre a quien se despierta a la fuerza: me levanté, y dirigiendo una mirada en derredor mío, fijé la vista para reconocer el lugar donde me hallaba.

Soñó una noche que estaba acostado primero encima de unas yerbas secas, entre las quales habia algunas punzantes que le incomodaban; que luego reposaba blandamente sobre un lecho de rosas, del qual salia una sierpe que con su venenosa y acerada lengua le heria el corazon.

a la especulación religiosa, como ya él soñó una vez en hacerlo cuando encontró aquellas imágenes de relieve y entalladura que llevaban unos labradores para el retablo de su aldea, y a la meditación de las verdades eternas, y vedle subir al Monte Carmelo por medio de la noche oscura del alma

También se acusaba claramente una mano, la izquierda, en cuyos dedos soñaba una esmeralda y maldecía un rubí.

Había soñado muchísimas cosas: hallazgos de minas y encargos de puentes sobre el mar, pero no había soñado una mujer como aquélla, «¿Por qué me la habrá regalado el destino?»se preguntaba, y en vano buscaba la respuesta.

Entonces las grúas descansan, los carreros no alteran con sus voces maldicientes la paz del lugar, y los barcos veleros semejan viejos lobos de mar que reposan y sueñan una suerte de sueños colosales y exóticos.

que en otro tiempo existía como en sueño un Hernani, cuyos ojos fulguraban como un puñal; un hombre de las sombras y los montes, un proscrito que sólo respiraba odio y venganza, un infeliz que arrastraba por todas partes su anatema; pero yo no conozco á ese Hernani.

69  oraciones de ejemplo con  sueño un