Tal vez el pobre muchacho se había decidido á escribirle, no pudiendo verla, y se valió del abate, que era sin duda su amigo.

Este procedimiento prudentísimo no le valió, sin embargo.

Ahí me valió la fortuna de que peliando se apotra me amenazaba con una y me largaba con otra.

-XII- El triunfo Ente o no ente, D. Juan Fresco valió de mucho a D. Acisclo, el cual, mientras más esperanzas tenía, más se afanaba y desvelaba porque no se frustrasen.

De estas versiones se valió D. Gabriel Cárdenas para el epítome que publicó en 1731, y que reprodujo Barcia en el III tomo de sus Historiadores primitivos de las Indias Occidentales.

El idioma aleman, de que se valió para redactar sus apuntes, y el latin en que fueron reproducidos, no eran los mas á propósito para generalizarlos: así es que por cerca de dos siglos quedaron ignorados.

Por desgracia, no valió esto sino para que Rosita dejase de hablar al Conde de sus relaciones con doña Beatriz, y hasta para que afirmase con frecuencia en alta voz que no había tales relaciones; pero, en voz baja y al oído, Rosita solía hacer estupendos elogios de la caballerosidad de su amigo, que ni siquiera a ella le confiaba su triunfo.

Se valió otro hombre para cometer el crimen.

No se sabe qué dijo en la carta de petición; lo natural era recomendarse a su benevolencia como compatriota, y sin embargo, Toscanelli, el famoso «Paulo físico», cuando le contesta desde su tierra enviándole el plano geográfico que tanto le valió para los descubrimientos, da a entender que lo cree portugués y le habla del esforzado valor de los navegantes de su país...

Esta sinceridad le valió nuevas largas de quien tenía derecho para atarle corto; pero él no las quiso, es decir, no usó de ellas, porque le bastaba con las que ya tenía para expansión necesaria de las fuerzas de su temperamento.

Y no obstante, como ella, para hacer frente a un hecho, siempre tenía pronta una idea, amparose de una bellísima, que le valió de mucho para consolarse.

Con esto queda explicada la maravilla que valió el dictado de embusteros á los antiguos navegantes.

No le valió haberse fabricado por debajo una osamenta enorme: sus gigantescas costillas no son bastante consistentes para mantener suficientemente libre y abierto el pecho.

Viéndose perseguido por los acreedores, se deshizo de su lancha, la cual por ser vieja y venderse con prisa, le valió poco dinero.

Tan alta posición no le ensoberbeció nunca, y se valió de ella para hacer bien a no pocas personas, y singularmente a otros sabios, literatos y poetas, con noble emulación a veces, con envidia nunca.

Por cierto que este rasgo de generosidad le valió un disgusto.

Si para lograr este fin se valió de la Inquisición, quemó herejes e hizo no pocas otras atrocidades e insolencias, muy mal hecho estuvo; pero ¿dónde fueron entonces los príncipes y los gobiernos más clementes y humanos?

No le valió de nada.

Lo mismo que el gato con el raton, habia hecho hasta entonces el nigromante con sus contendientes; pero no fué así en aquella ocasion, pues Bradamante se valió del poder oculto de su anillo.

De poco le valió á Zerbino su destreza, su fuerza y su audacia; pues el rey de Tartaria le aventajaba en vigor y en el excelente temple de sus armas.

Para satisfacer su curiosidad se valió de una parienta mía, en cuya casa me encontró.

Así fué que cuando Porfirio Díaz se valió de Don Olegario Molina, Ministro de Fomento, para iniciar la llamada “ley de minería”, el déspota sufrió el más completo chasco al ver la absoluta, sincera y franca opinión de los inversores extranjeros protestando contra el proyecto.

Informado su magestad de todo, y dandote á tí por testigo ocular, seré sin duda creido; y llevando, como llevaremos, la cabeça en esas alforjas, el Rey la mirará, y dirá: ¡Ah Roldan, Roldan, y como siendo vos la cabeça de los Doze Pares de Francia habeis hallado vuestro par! No os valió ¡oh fuerte caballero! vuestro encantamiento ni el haber rompido de sola una cuchillada una grandisima peña.

Es imposible conocer, por las narraciones que tenemos de este hecho singular, si alguna otra causa exterior dió lugar á la crísis que valió al cristianismo su más ardiente apóstol; sin embargo, el hecho exterior significa aquí poca cosa.

sobre todo, pasaba por haber curado á un paralítico nombrado Eneas, milagro que le valió numerosas conversiones en la llanura de Saron.