38 Adjetivos para describir desdichado

El círculo en que le tenían se estrechaba cada vez más; el desdichado joven vió cien manos sobre su cuerpo; se sintió cogido, como si una culebra se le enroscara echándole fuertes nudos y apretándole en sus robustos anillos.

El desdichado esposo miró á todos lados, observó la estancia, dió un suspiro, tuvo miedo.

El cual quedó admirado de lo que al cabrero había oído, y quedó con más deseo de saber quién era el desdichado loco; y propuso en lo mesmo que ya tenía pensado: de buscalle por toda la montaña, sin dejar rincón ni cueva en ella que no mirase, hasta hallarle.

La joven, en el extravío de su dolor, no pudo menos de atribuirse gran parte de la culpa de aquel desdichado suceso, y por primera vez comenzó a atormentar su alma el torcedor del remordimiento.

La escena y el diálogo inesperado que acababa de sostener el desdichado doncel no eran los mas á propósito para tranquilizar su agitado espíritu.

Como quien no hace nada, Benina se apoderó de las dos armas, palo y cuchillo, y arrimándose ya sin temor alguno al desdichado ciego, le puso la mano en el hombro.

Pero, apenas hubo oído dos versos que el que cantaba iba prosiguiendo, cuando le tomó un temblor tan estraño como si de algún grave accidente de cuartana estuviera enferma, y, abrazándose estrechamente con Teodora, le dijo: ¡Ay señora de mi alma y de mi vida!, ¿para qué me despertastes?; que el mayor bien que la fortuna me podía hacer por ahora era tenerme cerrados los ojos y los oídos, para no ver ni oír a ese desdichado músico.

Pocas habrán sido, y mis recuerdos de éste y el otro momento me dicen que por lo común pienso que ese desdichado engendro estaría mejor en la Gloria, ó en el Limbo...

CAPÍTULO XXI Bien ajeno se hallaba por cierto el desdichado cautivo de que lejos de Tordehumos y en los montes de su país había un hombre cuyo leal corazón, desechando por un involuntario instinto la idea de su muerte, sólo pensaba en descorrer el velo que semejante suceso encubría, y para ello trabajaba sin cesar.

Eran días tétricos para los colombianos residentes en New York, días en que un desdichado compatriota, al frente de un puesto distinguido, había llevado a sus gavetas joyas que no eran suyas.

¡Dios de mi alma!—exclamó el mozo consternado, ¿no valía más que de veras hubiera muerto, que no guardarle para la hoguera con todos esos desdichados descomulgados por el papa?

Balbuciente de emoción, no acerté a formular excusa satisfactoria; intenté, empero, con frase tímida expresarle que no había sido mi ánimo molestarle en lo más mínimo con aquel desdichado monigote, forjado sin intención y por mero pasatiempo; y, sobre todo, que no tuve arte ni parte en la descomunal pedrea.

Su decadencia no empezó a manifestarse de un modo notorio hasta el 59; se defendió heroicamente hasta el 68, y al llegar este año, marcado en la tabla de su destino con trazo muy negro, desplomose el desdichado galán en los abismos de la miseria, para no levantarse más.

Cuesta gran trabajo creer los desaciertos, torpezas e indignidades en que incurrían todas las clases del Estado, durante los reinados de aquella funesta dinastía que comenzó en una pobre loca y acabó en un desdichado imbécil.

Sin embargo, á juzgar por el sonido, es casi seguro que la espina fué rota con el choque; pero no tuvo tiempo para recobrarse en lo más mínimo, porque Silver, ágil como un orangután, aunque sin muleta ni ayuda alguna, cayó sobre su víctima en un momento y en menos tiempo del que tardo en contarlo había ya hundido dos veces su largo cuchillo hasta la empuñadura, en aquel desdichado inerme.

»En el plan que concibió Miguel se presentaban dos soluciones, y ambas, calculadas con la frialdad perversa de un odio inveterado, le aseguraban el porvenir de una impunidad perpetua y la posesión de la fortuna del desdichado inocente que abrigaba con el calor de su seno á la víbora que debía matarle con su incurable veneno.

Y tal es el ver, que acaba con la hacienda y con la sustancia del desdichado litigante, que en sólo haber ido á él ya fué malaconsejado.

Había nombrado el Rey por su lugarteniente y Capitán general de Cataluña, ejércitos y galeras al desdichado marqués de Tordelaguna, D. Francisco de Mello; pero más para que con su autoridad dispusiese las cosas de la guerra, que no para que tomase el mando de las armas.

Balbuciente de emoción, no acerté a formular excusa satisfactoria; intenté, empero, con frase tímida expresarle que no había sido mi ánimo molestarle en lo más mínimo con aquel desdichado monigote, forjado sin intención y por mero pasatiempo; y, sobre todo, que no tuve arte ni parte en la descomunal pedrea.

Como del fuerte varon, Achíles dado por suerte, Para que diese la muerte Al desdichado De Héctor, muerto más por hado Que no por quien le mató, Porque nunca le esperó Cara cara, Tanto tiempo, que esperára Lo que suceder pudiera, Y buscó nueva manera Y ocasion.

El desdichado notario regresó a su hotel maldiciendo como un condenado.

Era el capitán de todas las fechorías perpetradas en el colegio, de noche, burlando la vigilancia de los Padres, bien para hacer un escalo en la despensa y proveerse de víveres, bien para efectuar un bromazo, eligiendo por víctima a un desdichado novato sin experiencia.

En esta actitud, que evocaba una historia, había un remordimiento: él, tan bueno siempre, tan blando para sus clientes morosos, tan desprendido, una vez fué cruel con un desdichado pintor vagabundo que le adeudaba dos meses de pupilaje; la trampa del artista ascendía á doscientas pesetas.

, y dije que si fusilaban al guía debían fusilarme a también; ponderé la crueldad y barbarie de quitar la vida a un pobre desdichado que, como se adivinaba al primer golpe de vista, era medio tonto; añadí que si alguien tenía culpa en aquel caso era yo, porque el otro no era más que un criado sometido a mis órdenes.

Estaba un Ratoncillo aprisionado En las garras de un León: el desdichado En la tal ratonera no fué preso Por ladrón de tocino ni de queso, Sino porque con otros molestaba Al León que en su retiro descansaba.

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