El corazón me latía fuertemente.

Su corazón latía violentamente y poco faltaba para que la angustia la venciera.

En el fondo de toda aquella charla burlona bien claro veía yo que la amenaza de la muerte estaba en suspenso sobre mi cabeza, por lo cual mis mejillas abrasaban y el corazón me latía dolorosamente dentro el pecho.

Al fin se dejó vencer, murmurando: ¡Vamos allá! * * * Al penetrar en el pequeño peristilo que servía de entrada a la casa, los dos estaban turbados y sentían latir precipitadamente su corazón.

Había anochecido ya, y le faltaba a Pedro cerca de una milla para llegar a su casa, cuando sintió un ruido 5 sordo que le hizo latir aceleradamente el corazón.

Mil cuestiones que no comprendía se le aparecieron claras, transparentes; conoció las necesidades, oyó las quejas, se asimiló las aspiraciones, hizo suyos los deseos y afanes del pueblo, y de tal modo se identificó á la vida de sus súbditos, que su corazón llegó á latir enteramente al unísono del gran corazón de la Patria, como si á los dos los regase la misma sangre y los dilatasen y contrajesen iguales alegrías y tristezas.

De repente solían acometerle fuertes palpitaciones, que imprimían á su seno dolorosas sacudidas: se diría que llegaban á oirse por los que estaban cerca los latidos violentos é irregulares de su corazón inflamado.

La extraña copla que el muerto había dejado escrita en su testamento, recomendándome que la recordase, latía incesantemente en mi cabeza: King Henry the Eighth was a knave to his queens, He'd one short of sevenand nine or ten scenes! ¿Qué significado oculto podía encerrar?

¡El dolor de la literatura, de los ex literatos, de los hampones pintorescos, de los buscadores de calderilla, como sombras, entre la penumbra de las calles, a la madrugada! ¡Pobre Santaló! Ya no tendrás que buscar los céntimos para la cama, mientras tu corazón latía penosamente como un viejo reloj desquiciado.

Su nuevo corazón latía tan regularmente, que cualquiera hubiera creído que era el tic-tac del reloj que se hallaba sobre la mesa de noche...

Mi corazón latía tranquilamente como el de aquel que duerme en la inocencia.

Los del baile aplaudían, muchos preguntaban, todos respondían, gritaba el soldado y saltaba y latía estruendosamente el perro.

La entrada de un príncipe no habría sido más triunfal; a pesar de todo, me habría batido en retirada... tan cobardemente me latía el corazón.

Basilio sintió que su corazon latía debilmente, que sus piés y manos se enfriaban y que la negra silueta del joyero adquiría contornos fantásticos, circundados de llamas.

La Esfinge tomó la tarjeta, púsola a conveniente luz, y clavó en el retrato la vista a través de sus anteojos, con una fijeza tan inalterable y dura, que Ángel hubiera jurado que le hacía daño en el pecho y que por eso latía su corazón tan desacompasadamente.

Duraron muy pocos instantes estas vacilaciones mías; y cerrando los ojos de la inteligencia a todo razonamiento de sentido común, es decir, bajándome al nivel de aquellos dos bárbaros, avancé resuelto por la cornisa y llegué a la boca de la cueva, dentro de la cual latían desesperadamente los dos perros, y me hallé a Chisco y a su camarada disponiendo el plan de ataque.