50 colocaciones para moras

Pondreis dos libras azúcar purificado al fuego, estando al grado de emperolar lo quitareis, habiendo cesado el hervor le mezclareis el zumo liquido de las moras, lo volvereis al fuego hasta tener el grado de anis, despues lo quitareis y pasareis por la manga siendo frio lo pondreis en botellas.

La perla de la mora Las ruinas indias.

¿No ha oido hablar nunca el padre de la mora Zelindaja, Zelindaja la mora...? siguió Ferrus con dificultad, y riéndose á cada palabra con la estúpida espresion de la embriaguez.

26 Y será perdonado a toda la congregación de los hijos de Israel, y al extranjero que mora entre ellos, por cuanto es yerro de todo el pueblo.

¡Cómo se quedan presentes estas tonterías! Cuando fuiste pollo y empezaste á estudiar esa ciencia de las piedras, que no para qué sirve; cuando ella (y sigo creyendo que sería otra vez la de Fúcar) no metía los pies en las acequias, ni se pintaba la cara con moras, ni se ponía tus mitras de papel, jugásteis á los novios con menos inocencia que antes; pero... vamos, lo concedo, siempre con inocencia.

Por una hora que fuera Antes Píramo á la fuente, No hallara á su Tisbe muerta: Y las moras no mancharan; Porque dicen los poetas Que con arrope de moras Se escribió aquella tragedia.

Acordamos, ansimesmo, que sería bien responder al billete de la mora; y, como teníamos quien lo supiese hacer, luego al momento el renegado escribió las razones que yo le fui notando, que puntualmente fueron las que diré, porque de todos los puntos sustanciales que en este suceso me acontecieron, ninguno se me ha ido de la memoria, ni aun se me irá en tanto que tuviere vida.

contéle el peligro que corría el mostrar ser hombre; vestíle de mora, y aquella mesma tarde le truje a la presencia del rey, el cual, en viéndole, quedó admirado y hizo disignio de guardarla para hacer presente della al Gran Señor; y, por huir del peligro que en el serrallo de sus mujeres podía tener y temer de mismo, la mandó poner en casa de unas principales moras que la guardasen y la sirviesen, adonde le llevaron luego.

A su lado, hace calceta una chiquilla de unos doce ó trece años, negruzca, de facciones bastas, con dos moras maduras por pupilas.

El cohol o alcohol con que se alcoholaban, como todavía las moras y los moritos, para que se les agranden los ojos, que los llevan llenos de churretes negros.

Pueblo fuí, y pueblo seré siempre... Ya sabrán que en la Cámara he defendido á las clases obreras y populares... Para que la Nación prospere, es menester que entre las clases no haya antagonismos, y que fraternicen tirios y troyanos... Vean, vean—exclamó Matías, á quien el entusiasmo puso rojo, ó más bien de color de moras negras.

¿No tenéis confianza, ni en mis canas, ni en la fe de vuestra dama? Yo sólo tengo confianza en las lanzas moras y en que Dios me concederá una suerte de cristiano y de caballero.

Bárbara María, neófita, conversa de mora, como los anteriores.

Nótese que, tanto en la dulçema del Códice Alfonsino como en la gaita mora actual, hay luego de la caña de la embocadura una rodaja de cuerno, para apoyar los labios cuando se toca muy fuerte.

El tío Ventolera se acordaba también de los relatos que hacía su padre de la época en que Ibiza tenía corsarios y llegaban a su puerto embarcaciones apresadas, con moras y moros cautivos.

»Es don Fuas Ropiño, que en la tierra y en el mar resplandece juntamente con fuego que encendió en Abila sierra en las galeras de la mora gente: mira cómo en tan justa y santa guerra el morir peleando no lo siente, y de entre moras manos vuela el alma a los cielos, llevando justa palma.

»Pues aquel que me diste por marido, »por defender su tierra amedrentada, »con pequeño poder está ofrecido »al duro golpe de la mora espada; »si por ti, caro padre, socorrido »no fuese, de él y reino soy privada, »quedando triste viuda en vida obscura »sin marido, sin reino, sin ventura.

Es un harén de moras civilizadas, un gineceo no oculto en la pudorosa sombra del hogar, sino descaradamente implantado en el sitio más público que darse puede.

Con un moro, que durmiendo Está entre aquellos alisos, Estos hábitos troqué, Y él se puso mi vestido, Que así encubierto á París Camina con un hechizo Del mundo, con una mora, Un milagro y un prodigio De los hombres, que en un lienzo Sin alma parece vivo; Al fin es una mujer Que habra sin habrar, que ha sido La primer mujer del mundo Que habrando callando he visto.

Mi furia no se calmó, y para vengarme más, te haré saber que tu hermana más que esa mora liviana y peor que Barrabás, se ha escapado con un moro de la morada paterna y está locamente tierna ofendiendo tu decoro.

El virrey, tierno y compasivo, sin hablarle palabra, se llegó a ella y le quitó con sus manos el cordel que las hermosas de la mora ligaba.

Convínose en ello, porque, al cabo y al fin, al boticario igual le daba, y sentáronse el padre y la hija en las banquetas que don Adrián les arrimó, ofreciéndoles de paso un refresco de jarabe de moras o de agraz, que había en la botica, hechos en aquella misma semana... o chocolate que les bajarían de casa...

Un día una risa bajo la fronda espesa, Vi brotar de lo verde dos manzanas lozanas; Erectos senos eran las lozanas manzanas Del busto que bruñía de sol la Satiresa: Era una Satiresa de mis fiestas paganas, Que hace brotar clavel o rosa cuando besa; Y furiosa y riente y que abrasa y que mesa, Con los labios manchados por las moras tempranas.

«Mueran, dijo: sería empresa vana »Cejar un paso ya: ciña en redondo »De mi trono los pies lago sin fondo »De sangre mixta mora y castellana.

Tomareis media libra de moras, que sean en un estado de madurez exacta, las limpiareis con agua, y las estregareis encima un cedazo,

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