Al acabar de decirme esto el cura, se acercó a él la misma señora de edad que lo había llamado aparte e iba hablándole cuando llegamos al pueblo.

La señora mayor se acercó al cura y le dijo: Hermano, Vd. nos había prometido que Pablo vendría... ¡y no ha venido!La señora concluyó esta frase con la más grande aflicción.

Calderón tornó igualmente a nublarse y fruncirse hasta que, resolviéndose a saltar por encima de ciertos miramientos sociales, le acercó otra vez la escupidera sin tanto valor como antes, pues lo hizo con el pie.

019:016 Ocurrió que un hombre se le acercó y dijo, «Buen maestro, ¿qué cosas buenas debo hacer para tener vida eterna?

Se acercó a Jesús para besarlo.

024:015 Ocurrió, mientras hablaban y se cuestionaba, que Jesús mismo se les acercó y anduvo con ellos.

Luego, el cura se acercó al catafalco a rezar sus responsos y lo roció varias veces con agua bendita.

Con la derecha acercó el revólver á la sien y disparó.

La niña se acercó á él lentamente y poniéndole una mano sobre el hombro, le dijo, esforzándose por sonreir: ¿He cometido alguna falta, Miguel? ¿Pues?

Al fin, en una de sus últimas subidas, se acercó suavemente con un plaid en el brazo y lo tendió al joven, diciéndole en francés con respetuoso acento: La humedad de la noche puede hacerle mal, señor.

Retamoso, ya con el sombrero puesto, se acercó a Castell, y, haciendo ademán de hablarle al oído, pero en realidad bastante alto para que lo oyese su mujer, le dijo con su gracioso acento galaico: Señor de Castell, tiene usted razón como un santo.

A los pocos momentos se acercó a mí y me dirigió la palabra con inusitada amabilidad y procuró desagraviarme.

Emilio, cambiando de tono, se acercó a ella y, pasándole el brazo cariñosamente por encima de los hombros, le dijo: Tienes razón en esto, como la tienes en todo cuanto dices.

Luego se acercó pálida y sonriente a nosotros y se puso a mirar también los planos, esforzándose en aparecer indiferente.

Entre tanto, el marqués de Santa Cruz se acercó con su escuadra á las costas enemigas y rindió á Oneglia, á pesar de su esforzada defensa, y poco después la fortaleza de Marro.

Fuése acercando, pero siempre temblando y confuso; cayéronsele los guantes y el sombrero; levantólos y se acercó a mi ama, y presentándole un papel, más respetuosamente que un litigante presenta a su juez un memorial, «Dignaos, señora—le dijo—, de aceptar el papel que tengo la honra de ofrecer a vuestros pies.

Di dos vueltas arriba y abajo por la calle, cuando se me acercó una mujer de pobre aspecto.

Fuensanta se acercó á él lentamente: bajo su traje negro, su cuerpo, á la vez grácil y ampuloso, onduló con ritmo sensual.

La joven se acercó poquito a poco al durmiente, con la cabeza echada hacia atrás y un dedo en los labios, indudablemente con el propósito de recomendar a dos personas que la seguían, un hombre y una mujer entrada en años, que hiciesen el menos ruido posible.

Se acercó pues el jinete al cadáver, y por un instante le contempló con la más grave atención.

Domingo tomó un vaso, vertió en él un poco de agua en la que echó contadas gotas del licor encerrado en la calabaza, y lo acercó a la boca del herido, el cual abrió los labios y bebió, dando después un suspiro de alivio.

Euriclea se acercó á su señor, comenzó á lavarlo y pronto reconoció la cicatriz de la herida que le hiciera un jabalí con su blanco diente, con ocasión de haber ido aquél al Parnaso, á ver á Autólico y sus hijos.

Después que lo hubo lavado y ungido con pingüe aceite, Ulises acercó nuevamente la silla al fuego, para calentarse, y cubrióse la cicatriz con los harapos.

Al poner los pies en la calle, se le acercó Macabeo con el caballo embridado.

¡Me lo temí, caráspitis! Águeda, que había oído estas palabras de Bastián, se acercó á Macabeo y le dijo, asaltada nuevamente de los más horribles temores: ¡Vámonos!...