212 oraciones de ejemplo con al trono

Hasta aquí es lo cierto pero las cosas inciertas que añadia la fama, eran: que la causa del destierro de tantos Ministros habia sido un oculto tratado con el Rey de Nápoles, à quien unos dicen querian elevarlo al Reino, depuesto el que actualmente estaba, y otros para que, elevado al trono, se opusiese à este tratado; y esta màquina ò traicion, muchos la atribuian à los Jesuitas.

Esta fecha de 500 años dada por Holle no nos parece exacta: el rey Açoka, à Dharmâçoka, «Protector de la » (de Buddah) llamado tambien Piyadasi, subió al trono 325 años antes de Jesucristo, segun dice el Mahâvamça, obra escrita en verso Pali por Mahâmâna por el año 460 de Jesucristo.

Subió al trono el feroz conde

Muerto el ilustre sultán Ali-Adab, regresó Aladín a la ciudad de Persia; el duque Florante subió al trono, al lado de Laura, la bien amada.

, eres la que va a subir al trono ahora, o no hay equidad en la tierra... Y no digan que eres casada y que tu hijo se tiene que llamar Rubín... ¡Qué comedia! eres mayormente viuda y libre, porque a tu marido cuéntale como que está en gloria... Y bien saben todos que a la vuelta lo venden tinto, y el chico en la cara trae la casta, y lo que es la pensión verás cómo te la dan».

Calla, calla; ahora se sube al trono... ¿a ver?...

Pálido y frío estaba en su cama de randas y colgaduras el emperador, y los mandarines todos lo daban por muerto, y se pasaban el día dando las tres vueltas con los brazos abiertos, delante del que debía subir al trono.

Tuvo después el mando del ejército que defendió los derechos de Isabel II al trono de España, aunque le asistió poca fortuna en las operaciones militares de esta lucha, que sólo terminó cuando Espartero eclipsó el prestigio de Rodil.

Cuanto a Rodolfo, regresó a Ruritania, se casó y subió al trono, que sus sucesores han ocupado hasta el momento en que escribo, con excepción de un breve intervalo.

Pero usted, Tarlein, ¿cree usted que el Duque no tiene ya elegido candidato al trono, el candidato de la mitad de los habitantes de Estrelsau?

En los días siguientes se repitió el acto hasta quedar recibido todo el cuerpo diplomático, formalidad que hay que cumplir cada vez que sube al trono un nuevo soberano.

¿Puedo decir, con toda sinceridad, que hacía mal? Suponiendo que el Rey volviese al trono, le devolveríamos la Princesa.

Había sido hecho un mes antes de subir al trono y llevaba toda la barba.

Esta malevolencia creció después, cuando subió al trono de los reyes cristianísimos el hugonote Enrique IV, y cuando sus sucesores favorecieron á los protestantes en Alemania y los Países Bajos.

Felipe II había sometido á su cetro á Portugal, después de la muerte del cardenal Enrique; pero D. Antonio, prior de Ocrato, y uno de los pretendientes al trono de Portugal, había sabido captarse la protección de Francia é Inglaterra y encontrado en las Azores numerosos y resueltos partidarios.

Cuando Felipe IV ascendió al trono español en 1621, disfrutaba Lope de la más ilimitada autoridad entre el público y los actores.

Este príncipe quiso que su advenimiento al trono, se solemnizase con mas aparato y pompa, que antes se hubiese hecho.

Y me figuro entonces lo que daré a todos los míos cuando haya subido al trono: a Marta, un espléndido aderezo; a papá, un cofre de hierro lleno de oro; a mamá, una gran caja de piñas azucaradas.

Este descubrimiento glorioso, que Luis XVI al subir al trono recompensó con un grado, causó la pérdida de Kerguelen, á quien se atribuyeron varios crímenes; ensañándose contra él la furiosa rivalidad de los oficiales nobles, sus émulos declararon en contra suya.

Entre tanto, murió David, subió Salomón al trono, y Abisag quedó en palacio como una de las reinas viudas, aunque en realidad no se podía decir que hubiese sido esposa del Santo Rey.

, aquel hombre no tenía nada de guerrero, y, sin embargo, su rey le había confiado el mando en jefe de la mayor de sus colonias insulares en América, precisamente cuando parecían más próximos a romperse los tenues y anómalos lazos que aún la tenían sujeta al trono de su metrópolis.

Por menos de las vejaciones sufridas, Carlos I murió en el cadalso y Guillermo III subió al trono en 1688.

, comisionando especialmente á Francisco Salviati, Caballero de Malta, por embajador; y aunque en un principio se negó Selim á tratar del asunto, por ser la primera cosa que pedía su aliado al ascender al trono, la otorgó, y D. Álvaro fué á Francia en compañía de Salviati, y se restituyó á su casa.

Ella parece que nos aproxima, insensible y dulcemente, al trono donde el Altísimo tiene su asiento.

La marca no desapareció hasta mucho después que Gláfira había subido al trono.

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