90 oraciones de ejemplo con caravanas

Estos negros, formados en caravanas, los vendían a los comerciantes de esclavos, que los llevabau a Fez, Marrakesh y Tafilete.

Vamos encontrando a cada paso caravanas de indios portadores, conduciendo el eterno piano.

También el rey Salomón fundaba a Tadmor, espléndido oasis para las caravanas que iban a las orillas del Eufrates, y mandaba sus triunfadoras naves juntas con las de Hiram, a Ofir y a Lanka por un extremo, y a Gadir, a Tarsis y aún a las remotas Casitérides por el otro.

Aquellas caravanas ecuestres de otros tiempos que comenzaban por la madrugada en el Retiro y que terminaban en San Isidro o San Fernando a mediodía, y con bailes y pascanas a media noche, tienen una larga historia en la vida galante de otra edad.

Caravanas de hambre y fatiga; hombres y mujeres, mozas como viejas, que vienen de matarse por un ínfimo jornal.

En los tiempos de sus caravanas libertinas, la región era pobre y rendía poco jugo en el trapiche federal.

Cuando yo he pasado, ni palmeras, ni rocas, ni águilas, ni fieras, ni caravanas; montes de arena blanca y reluciente, son las fúnebres huellas de mi paso.

El mar se revuelca en su lecho, los trigos ondean, las caravanas pasan, el polvo vuela, desmorónanse las ciudadesy la mirada fija de mis pupilas, más allá de los objetos, escruta inaccesibles horizontes.

Todos los años manda una o dos caravanas a Tumbuctu, en las que ganará muchos miles de duros.

Le dije que no me habían hablado de él en Tánger, y que había ido a verle para saludarle y para presentarle aquel joven español que, habiendo oído hablar de que él organizaba caravanas al centro de Africa, quería ir en una de ellas.

Nos habló con entusiasmo del Desierto, de las caravanas de cientos de camellos, que apenas dejan huella en la arena dura; de la forma del terreno arenoso, siempre igual y siempre distinto, como el mar; de las angustias al no encontrar los oasis con agua; del tener que beber a veces la sangre de los camellos...

, y queriendo dar principio a mis caravanas por Extremadura, me dirigí a Alcántara; pero antes de entrar en el pueblo hallé una bellísima ocasión de ejercitar mis talentos y no la dejé escapar.

Las caravanas que salían de Cherson tenían que sufrir grandes trabajos, atravesar países desiertos ó habitados por tribus feroces y pasar ríos caudalosos como el Tanais, el Rha y el Daix, que hoy se nombran el Don, el Volga y el Ural.

Hemos andado muchas leguas y muy largas con estas caravanas; hemos escuchado sus interminables cuentos de salteadores, a los que no prestábamos gran atención, y no podemos negar que estas cabalgatas son verdaderamente nacionales y pintorescas.

Adquirió noticias del Sudán y de las caravanas que traficaban entre Marruecos, el Senegal y Tombuctu, enviando después sus buques a descubrir el gran río Senegal (llamado Samaya por los portugueses, y Ovedech por los indígenas).

Caravanas de montañas acampan en los alrededores.

Crees haberme hecho feliz porque me llevas de combate en combate, de conquista en conquista, y consideras que mi dicha consiste en tener encallecidas por la lanza mis manos, que antes se adornaban con sortijas; endurecidas por las carrilleras del casco mis mejillas, que en otros tiempos se cubrían con ungüentos costosos, traídos de Egipto por mis caravanas.

Cansada de las dulzuras de mi casa, del canto de mis esclavas y de los esplendores que arrojaban á mis pies los mercaderes de las caravanas, iba con Hiarbas á cazar el león en el desierto, y los guerreros asombrábanse viendo cómo temblaban, obedientes y tímidos, los más salvajes potros, al sentirme sobre sus lomos.

MARCELL, XXXII, 15) al de la literatura romana, esclareció mucho, en la época de Augusto, todo lo relativo al comercio de los aromas de Oriente y á los caminos de las caravanas (PLINIO, VI, 28, 29; XII, 14) que conducían estos preciosos productos; pero una antigua preocupación influía siempre para confundir la India con las costas á donde se podía llegar yendo por el estrecho de Bab el Mandeb al mar Erythreo.

M. Heeren (II, I, páginas 206, 240; II, 2, pág. 438) cree, en vista de la ruta de las caravanas, indicada por Herodoto, á la parte de allá de los Garamantes, que la tierra de los Atlantes de Herodoto debía estar entre el Fezan y el Bornu.

Ya no se me irán los ojos y la tranquilidad detrás de las caravanas de los automóviles con gente de los barcospensaba Palmyra.

En las cercanías del llamado del Carbón abundan las caravanas de camellos.

Las caravanas chinas están compuestas de camellos gallardos y majestuosos.

Antiguamente hacían esas «carretas» el camino de las Pampas y eran a modo de caravanas rodantes que en viajes lentos, peligrosos, largos de muchos meses, conducían mercaderías y personas desde los Andes hasta el litoral del Plata.

Algunas mañanas, cuando el sol empieza á romper las neblinas, creen ver las caravanas que atraviesan el Hedjaz, las fuertes torres de un altísimo castillo: es la Alhambra de los genios; la Alhambra del Hedjaz; la sepultura del Almorabhid Abu-Kalek.

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