37 oraciones de ejemplo con el leño

La llama crecía, crecía hasta llegar á una altura enorme; crujían los leños, saltaban chispas; una columna de humo negro subía hasta tocar el cielo.

Satisfecho el Genovés de su tio, y todos los demás del oro que se ganó, con que volvieron á Galípoli, y dieron á Ramon Montaner y á los demás la parte que les cupo, y de las reliquias le cupo por suerte el leño de la cruz, que sin duda hubiera llegado á estos reinos, si en Negroponte á vuelta de las demas hacienda no le robáran este gran tesoro.

De repente se siente ruido en la chimenea: la dama tiembla, mira, y ve que de ella sale saltando por encima de los leños encendidos, un hombre tiznado: en su delirio cree que es el negro: domínanla al mismo tiempo el estupor y la concupiscencia.

Pues mándoles yo a los leños movibles, que, mal que les pese, hemos de vivir en el mundo, y en las casas principales, aunque muramos de hambre y cubramos con un negro monjil nuestras delicadas o no delicadas carnes, como quien cubre o tapa un muladar con un tapiz en día de procesión.

] Por mucha recreación que Caleb tuviese con sus locos pensamientos, al entrar por una alameda que sombreaba la senda por donde caminaba, le sacó de su cavilación una voz que de este modo iba cantando: Cada cual busca su igual: tal para cual, tal para cual, fortuna sentada adentro al saber que un necio llega, sin duda vendrá a mi encuentro; que el leño al leño se allega, y todo busca su centro.

Cortando luego las corpulentas hayas y los pinos y cedros seculares del Líbano, haciéndolos llevar en hombros de los más robustos varones de las naciones vencidas, como de los refaim, por ejemplo, raza descomedida de gigantes, que casi ladraban en vez de hablar; y trabando entre los leños con arte y maestría, hizo formar Salomón flotantes castillos que resistiesen el ímpetu de los huracanes y el furor de las olas.

Genoveva recibió sonriendo su entusiasta abrazo, cambiaron las dos sus regalitos, y nos pusimos a hablar al lado del claro fuego de los leños monumentales en uso en Aiglemont.

Los leños, atizados con fuelles enormes, comenzaron a chisporrotear.

Unas treinta hogueras brillaban en la meseta; se había entrado a saco en la leñera del anabaptista, se amontonaban los leños unos sobre otros, y mientras los hombres se quemaban la cara, sus espaldas tiritaban; mas cuando se calentaban las espaldas, los bigotes se cubrían de escarcha.

Y la misma mano verde que pone florecillas y mariposas sobre la tumba anónima cuelga olorosas guirnaldas de los muros ennegrecidos por el incendio, tapiza con terciopelo vegetal las pendientes abiertas por las explosiones, hace gorjear los pájaros y rebullir los insectos sobre las sepulturas, guía la serpenteante enredadera por el leño negro de las cruces, como si quisiera convertirlas en tirsos... ¡Ay!

Empiezan á crepitar las llamas, asomando sus lenguas rojas entre los leños.

Cuando se va a un oficio útil, como el de poner a los hombres amistosos en el goce de la tierra trabajaday de su idea libre, que ahorra sangre al mundo, si sale un leño al camino, y no deja pasar, se echa el leño a un lado, o se le abre en dos y se pasa; y así se entra, por sobre el hombre roto en dos, si el hombre es quien nos sale al camino.

Los leños de la grande hoguera se habían consumido casi por completo, brillando á esa hora tan opaca y débilmente que, con sólo verlos, me pareció comprender la razón de que los hombres aquellos quisieran el hachón.

Aquella mañana la chismosa, por complacer a Tomasa, a la que convenía tener favorable, pues de este modo su bondadosa autoridad consentía ciertas salidas nocturnas, se ocupaba en encender la chimenea del comedor, y en cuclillas ante el hogar colocaba cuidadosamente los leños, avivando con furiosos resoplidos la llama, que se obstinaban en rechazar los verdes y húmedos troncos.

El Yamqui Pachacuti (Tres Relaciones, pág. 238) asegura que el leño fué labrado en los Andes de Caravaya por Tunapa. Cap.

Han de mortificar la lengua y el oído, para lo cual no habrá recreos en los cuatro días, que serán todos de silencio... Si queréis aprovechar muchísimo en estos ejercicios, entregaos y dejaos enteramente en las manos de Dios para que haga de vosotros y de todas vuestras cosas lo que quiera, á la manera que el barro en manos del alfarero, ó el leño en las manos del escultor.

Pero con todo esto, digo, señor juez, que ninguna cosa de estas tiene mi señora doña Guiomar; y confieso que yo soy el leño, el inhábil, el dejado y el perezoso; y que por ley de buen gobierno, aunque no sea por otra cosa, está vuesa merced obligado á descasarnos: que desde aquí digo que no tengo ninguna cosa que alegar contra lo que mi mujer ha dicho, y que doy el pleito por concluso, y holgaré de ser condenado.

Dije lo que traia, salieron á buscar algunas serojas para avivar el rescoldo; vinieron presto muy contentos, por haberse hallado un leño bien largo: pusiéronlo al poco rescoldo que habia quedado, y soplamos cuanto pudimos todos tres, y el leño no se queria encender: tornamos á soplar una y otra vez; pero quedándose el leño sin encender, se hinchó el aposento de un humo muy hediondo.

Dije lo que traia, salieron á buscar algunas serojas para avivar el rescoldo; vinieron presto muy contentos, por haberse hallado un leño bien largo: pusiéronlo al poco rescoldo que habia quedado, y soplamos cuanto pudimos todos tres, y el leño no se queria encender: tornamos á soplar una y otra vez; pero quedándose el leño sin encender, se hinchó el aposento de un humo muy hediondo.

Yertos escollos guárdanle de frente Que azota encanecido el mar salado; Y como á entrar el leño se aproxima, Semeja huir la consagrada cima.

Las manos del hombre que aserraba el leño dejaron huellas rojizas en las tablas, y la frente de la mujer que amamantaba a su tierno hijo quedó también manchada al chocar con la frente de la vieja bruja con la cual se abrazó y bailó en momentos de efímera alegría.

Las mediocracias negaron siempre las virtudes, las bellezas, las grandezas, dieron el veneno á Sócrates, el leño á Cristo, el puñal á César, el destierro á Dante, la cárcel á Bacon, el fuego á Bruno; y mientras escarnecían á esos hombres ejemplares, aplastándolos con su saña ó armando contra ellos algún brazo enloquecido, ofrecían su servidumbre á pomposos pavoreales ó ponían su hombro para sostener las más torpes tiranías.

Y sucedió que por [juzgar ella cosa] liviana su fornicación, la tierra fue contaminada, y adulteró con la piedra y con el leño.

Con furia insana descargó tremendos golpes sobre el tronco del árbol que partiendo estaba, y el leño, en el gemido que parecía exhalar al recibir el hachazo, le decía: «Hablan de ti, y hablan mal.

Sustancia significa todo lo que es por ; de donde, lo son el hombre y la piedra y el leño; luego el hombre es sustancia.

37  oraciones de ejemplo con  el leño