169 oraciones de ejemplo con embelesados

Los comensales escuchaban embelesados aquella ingeniosa defensa de la pereza y se creían en el caso de reir y decirse unos a otros por lo bajo: ¡Este Fuentes!

El cuadro que se ofrecía á nuestras miradas era tan pintoresco y magnífico al mismo tiempo, que permanecimos durante mas de una hora contemplándole embelesados.

Donde los grupos eran reducidos y puramente masculinos, los miembros soñaban despiertos: guardaban silencio, que no interrumpan sino de tiempo en tiempo con alguna exclamacion breve: «¡Oh! ¡Ya! », como arrancada mas bien por algun interlocutor imaginario que por los verdaderos; y, embelesados con las espirales de humo de sus pipas, no bajaban á ratos del mundo de los ensueños sino para probar de nuevo la cerveza.

En ocasiones, no obstante, se encontraron en la casa a solas los dos, o bien hablaron sin oyentes y sin otros interlocutores, cuando salían de paseo con Pepe Güeto y su mujer, y éstos se adelantaban o se quedaban atrás, embelesados en la interminable y risueña luna de miel, de que seguían gozando siempre.

Por el contrario, los pueblos que los portugueses habían vuelto a visitar en el Oriente, abriéndose camino por los mares, se diría que, embelesados en el regalo y deleite de encantados jardines y orgullosos de su primitivo saber y del rico florecimiento de la antigua cultura, permanecían aún parados e inertes.

Los más desalmados aventureros y los menos favorecidos de la suerte, acudían a Tiburcio, esperando por su medio ganarse la voluntad de Morsamor y embelesados por lo pronto por el alegre carácter, burlas y chistes de aquel doncel atrevido.

Tan amenos eran aquellos lugares que, embelesados Morsamor y los suyos, olvidaban casi el peligro que corrían.

Estaban todos en los jardines y la miraban embelesados.

sentados unos en bancos, otros de pie formando pintorescos grupos, charlaban los mancebos con las mocitas ó escuchaban embelesados el punteado melancólico de la guitarra.

Sentóse a la cabecera, y ambos se contemplaron embelesados.

Sentóse á la cabecera, y ambos se contemplaron embelesados.

Sus ojos verdes brillaron con apasionado fulgor, y se contemplaron absortos y embelesados de mismos, como diciendo: «¡Qué bonitos nos ha hecho Dios!»

Sus ojos verdes brillaron con apasionado fulgor, y se contemplaron absortos y embelesados de mismos, como diciendo: «¡Qué bonitos nos ha hecho Dios!»

Las damas y caballeros discurrian embelesados por los soberbios salones de este palacio tan celebrado en todo el mundo, y contemplaban con admiracion los primorosos arabescos é inscripciones que adornaban sus paredes, las claras fuentes de sus frondosos patios, y la curiosa labor de sus dorados techos.

Me pareció que iban embelesados en coloquio de amor, y me quité de la baranda, irritada y descontenta de ti, de , de todo.

Ya sabrás que amor, viendo embelesados mis ojos en la contemplacion de la más hermosa que todas las mujeres, y desplegadas las velas de mi deseo en pos de su fermosura, me puso en tal estrecho, que si en esta mi cuita no me ayudas, por mejor tengo la dichosa muerte, que todos los trabajos ataja, que no la desesperada vida donde las sombras de mi tristura se engrandecen y espesan.

Quizás, viéndoles tan embelesados, pase de largo el terrible bastonero de la Danza general... , ¡pasar él! Les llama, les da escueta orden, les agarra de un brazo con rápido arranque.

Un instante detuvo el pastor embelesados sus tranquilos ojos en Florinda, y luego echó a correr con tal celeridad que no tuvo tiempo de oir la jocunda carcajada de la moza.

El efecto de esta música no podia ser peor para el éxito de su galantería; mas como en estos instantes de adormecimiento, estaban sus sentidos embelesados con sueños agradables, siguió soñando de este modo al lado de su hermosa, al mismo tiempo que toda Granada se mofaba de su infatuacion, y murmuraba sin rebozo al verle prodigar sus tesoros á cambio de canciones.

Todos le oíamos embelesados, sin osar la irreverencia de convertir en diálogo el monólogo.

Éste es el papel del libro que publica y el que masca: todo falsedad y apariencia, con que tiene embelesados á tantos y tontos.

Ni advertían que, mientras estaban embelesados, mirando lo que al otro le pasaba, les saqueaban á ellos las faltriqueras y tal vez las mismas capas.

Están los oyentes escuchando un Sermon con la boca abierta, embelesados con la presencia del Predicador, con el garbo de las acciones, con lo sonoro de la voz, con la que llaman elevacion del estilo, con el cortadillo de las cláusulas, con la viveza de las expressiones, con lo bien sentido de los afectos, con la agudeza de los reparos, con el aparente desenredo de las soluciones, con la falsa brillantez de los pensamientos.

Procedían gustosamente embelesados, viéndole hacer maravillosas experiencias, cuando descubrieron á un lado del camino un estraño edificio, que en lo encantado parecía palacio y en lo ruidoso casa de contratación y en lo cerrado brete.

á Cortés, y las palabras que decian, que renegaban dél y de la tierra, y aun de Diego Velazquez, que acá les envió; que bien pacíficos estaban en sus casas en la isla de Cuba; y estaban embelesados y sin sentido.

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