A veces una gacela saltaba, y con las orejas bajas, estiradas y finas, partía en el filo del viento.

Entre ésta y el borde de la vela veíase un pedazo de mar negro, y asomando poco á poco sobre su filo, una gran caja roja.

Y el agua de esta boca, subiendo al filo de los dientes, se desbordó en la suya con una inundación salada, interminable... Sintió hincharse su interior, como si toda la vida de la blanca aparición se liquidase, pasando á su cuerpo á través del beso impelente.

Y señalaba la costa que se veía en lontananza, entre la borda del buque y el filo del toldo.

Al fin se quitaron la máscara el día 1.º de Octubre, y muertos á traición doce cristianos, un infame cacique asió de la garganta al santo hermano y con el filo de una pesada macana le partió la cabeza

Poco importa el vestido si se lleva el duelo en el corazónapuntó María Josefa, que en los cinco años trascurridos había aguzado prodigiosamente el filo, el contrafilo y la punta de su lengua.

¡Bah! don Rodrigo es muy hablador; no quiere que se le entorpezca la lengua, y la usa de punta y de filo: por lo mismo, te he aconsejado ya, reina mía, que le tratemos de filo y de punta.

¡Bah! don Rodrigo es muy hablador; no quiere que se le entorpezca la lengua, y la usa de punta y de filo: por lo mismo, te he aconsejado ya, reina mía, que le tratemos de filo y de punta.

¡Por el filo de mi espada! preferiría darle un abrazo al mismo Belcebú antes que estrechar la mano de uno de esos bergantes, aunque se llame el rey Roberto, ó Douglas el Diablo de Escocia, ó sea el mismísimo condestable Bertrán Duguesclín de Francia.

¡Por el filo de mi espada!

¡Por el filo de mi espada! Peores cosas podría hacer que casarme con aquella ventera tan fresca y rolliza, cuando me llegue el día de trocar este coleto y la cota de malla por la ropilla de paño.

¡Por el filo de mi espada! te advierto, Roger, que si vas á proteger á cuantos se hallen en apuro en esta tierra ya tienes tela cortada para rato.

Pasarán las almas, dice el Koran, por un puente llamado el Sirath, mas sutil que un cabello, mas cortante que el filo de una espada: los justos lo atravesarán con la rapidez del relámpago; los malos titubearán y caerán en el infierno abierto bajo sus piés.

Arma ofensiva, a manera de machete, hecha de madera dura y filo de pedernales.

Y en el filo de una loma, sobre el pastizal oliente a berbena y anís, la india, más aviesa, lo inició al indio, más ingénuo, en el raro misterio que cumplen las cabras y las vacas, que trajina el polen en las patas diminutas de las abejas, que puebla el soto de inquietas y esmaltadas mariposas, y que hace cada primavera florecer el amancay blanco y la begonia escarlata entre las breñas.

De querer chuparlo á todo trance, hazlo por el mango, que al fin y al cabo carece de filo conocido.

Con el auxilio de un cuchillo, que tenga filo, se parte la pasta en fragmentos, y éstos irán á parar á una apreciable cacerola que, llena de agua clara, se pone sobre la hornilla oscura, dentro de la cual habrá lumbre, porque si no sería difícil la cocción.

Á esta reconstrucción mental ayudaban los hombros desnudos y el arranque de los amorosos globos que parecían temblar con dureza elástica en el filo del escote, separados por una línea de suave penumbra.

El exterminio, por la conquista, al filo de la espada, fué la suerte de casi todos los innumerables pueblos que por tantos siglos habían venido creciendo y desarrollándose en este continente.

Aquel documento resultaba terrible cuando él era el amante de María Avellaneda y temía que ésta, al saber la trágica historia de su matrimonio, cambiase el cariño que le profesaba por repugnante aversión; pero ahora no eran iguales las circunstancias, y el conde se reía interiormente de aquel puñal mohoso, sin filo ni punta, con que pretendía amenazarle el padre Claudio.

Tal fué, que en un momento todo el ejército enemigo se lanzó en precipitada fuga hacia el mar; cayeron más de ochocientos al filo de la espada, y fueron más de dos mil los que se ahogaron antes de ganar los bajeles, dejando en poder de los nuestros muchos prisioneros y toda la artillería.

Durante tan largo espacio de años mantúvose peleando y venciendo casi siempre en batalla, muriendo hoy uno, luego otro al filo de la espada, todos los capitanes y soldados, y rellenándolos lenta y perezosamente tal ó cual aventurero impaciente, tal otro perseguido en la Patria por pendenciero y retador, muchos sedientos de gloria, y no pocos sin familia ni hogar, ganosos de fortuna.

Anhelaría embutir sus nervios en sus músculos, como se envaina un arma peligrosa y de envenenado filo en un forro de grueso cuero resistente.

Filo, contrafilo y punta; a todo juego, asaltos de seis minutos...

La mujer cayó de golpe, dando con la sien en el mismo filo del encintado de la calle, y quedó muerta en el acto.