123 oraciones de ejemplo con inacabables

La rasgadura del aire, repercutida por los ecos de la montaña, se prolonga en inacabables tableteos.

Las florestas y las selvas filipinas son como las minas y el suelo mismo del Archipiélago: manantiales inacabables de riquezas que con el mudo, pero elocuente lenguaje de los hechos, llaman continuamente á aquellos países á capitales y brazos que exploten los tesoros que con tan pródiga mano ha derrochado allí la naturaleza.

por las alamedas de chopos que hay en Burgos, rectas e inacabables, como senderos de pesadilla.

La observación maliciosa y aguda, hecha con espíritu satírico, no es privilegio de ningún pueblo; pero, si bien el español la expresa con abundancia y desgarro (¿y qué mejor ejemplo, en las letras, que las inacabables diatribas de Quevedo?), el mexicano la guarda socarronamente para lanzarla, bajo concisa fórmula, en oportunidad inesperada.

Viendo lo cual el cura, pidió al escribano le diese por testimonio como Alonso Quijano el Bueno, llamado comúnmente don Quijote de la Mancha, había pasado desta presente vida y muerto naturalmente; y que el tal testimonio pedía para quitar la ocasión de algún otro autor que Cide Hamete Benengeli le resucitase falsamente, y hiciese inacabables historias de sus hazañas.

Aquí reside la dificultad suprema del arte teatral, el abismo de imperfección que constriñe á los grandes comediantes á esfuerzos inacabables de observación y estudio.

Porque no puedes figurarte lo que a me afligen estas inacabables desventuras de nuestra hidalga tierra, «la tierra proverbial de los caballeros», como siguen afirmando los españoles seriamente cultos.

¡calcula cómo estarás dentro de un mes! ¡Todo te lo debo a ti!... y si vieras el bien que me hacías cuando me estimulabas a reaccionar en los días en que me sentía más abatido... Hoy recuerdo perfectamente la intensa influencia que ejercías en mi espíritu y la situación de ánimo en que me dejabas después de aquellos sermones inacabables...

Lorenzo y Ricardo se aproximaron a Melchor y lo llevaron para la caballeriza, donde se habían refugiado las mujeres, y donde le tuvieron, poco menos que a la fuerza, hasta que, apaciguados los ánimos, volvieron al sitio de las carreras, que se tramitaban en inacabables discusiones, y desde el cual pudieron ver a la distancia, que Lucas Bando se alejaba, solo, llevando de tiro a su «rosillo».

Cuando vivíamos en la calle del Sacramento, en el viejo caserón de mis abuelos, tan propicio con sus enormes salas y sus inacabables pasillos, con su cuarto azul y su galería de retratos, a todas las alucinaciones, llegué a sentir como una verdadera inquietud el miedo a los cortinajes.

Todavía resonaban en sus oídos los aplausos entusiastas, fervorosos, inacabables; todavía cegaba sus ojos el intenso fulgor de las luces, el relumbrar de las joyas y el chisporroteo de las pupilas femeninas incendiadas en llamaradas de entusiasmo; todavía las auras del triunfo le envolvían, y, sin embargo, sentíase hundir en el abismo de vergüenzas y miserias.

El crepúsculo espléndido tenía en su magnificencia y en su lentitud la tristeza punzadora de ciertas agonías, esas inacabables agonías de muchachas pálidas y soñadoras a que la tisis presta la alegre neblina de las ilusiones color de rosa.

¡Y aquello no era lo peor! Lo peor, lo irresistible, lo anonadante, era la monotonía atroz del vivir sedentario, la uniformidad de los días que se deslizaban iguales, tristes, inacabables, en aquel acolchado que defiende de cualquier choque exterior y que hace que, en el atroz guateado que nos torna insensibles, echemos de menos las zarzas y las espinas del camino.¡Loti! ¡No me cabía duda de que la cita era de Loti!

Según trascurrían los minutos, que a ella se le antojaban inacabables, como él no parecía, a la muchacha se le iba desacerbando el alma: sus ojos cobraban animación y vida.

Dios lo hizo en seis días y lo entregó a la murmuración de sus hijos por los siglos inacabables.

Esta cobardía, (no encontramos palabra más adecuada para expresar la timidez de los soldados estenocistas) ha sido objeto de muchos y muy encontrados comentarios y ha dado origen á inacabables controversias.

Tragábamos sin apetito la merienda que íbamos a buscar a casa después de la escuela y nos eternizábamos en inacabables conversaciones que se prolongaban hasta la noche.

Los comentarios del Aristón y del aprendiz eran inacabables; llegaron los muchachos a la Casa de Socorro, y allí les dijeron que los dos cadáveres, el de la Milagros y el de Leandro, los habían llevado al Depósito.

Acostumbraban sentarse allí a la sombra durante los largos y soñolientos días de verano, repitiendo indolentemente la chismografía del vecindario o relatando inacabables historias sobre cualquier friolera.

, nada diremos, pero haré juiciosas y hondas reflexiones acerca de la infinitud del número de estos períodos ó grados, de cómo son inacabables.

Éstas, y más aún la curia, con sus tramitaciones y diligencias inacabables y el embrollo que de ellas resulta, me favorecerían, bien para no pagar, bien para hacer un arreglo que redujese el desembolso á una mínima cantidad.

¡Quizás se encontraba allí la isla ideal con que sueña todo investigador, ese mundo virgen, prometedor de inacabables sorpresas!...

Ya supondrá usted todas las súplicas que formulé, todas las amargas lágrimas que he derramado en estos años tan largos... inacabables... Pero comprendo que mi actitud lo sorprende y lo hiere...

Pero el fruto más preciado obtenido de los consabidos ensayos experimentales, así como del conjunto de mis observaciones histológicas de entonces, fué la profunda convicción de que la naturaleza viva, lejos de estar agotada y apurada, nos reserva á todos, grandes y chicos, áreas inacabables de tierras ignotas; y que, aun en los dominios al parecer más trillados, quedan todavía muchas incógnitas por despejar.

Sentía ya el deseo de las grandes llanuras, necesitaba salir a los páramos, a los inacabables calveros del mundo.

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