Tenía el buen tacto de echarse a un lado cuando tropezaba con un hombre inflado y soberbio, dejándole paso.

En esto, como inflado navío de aparejo redondo, un navío de ensueño, aporta Apolonio en el grupo.

En cambio bellaco y bellaca nada tienen de infamante, sino lo que hay para enlabiar al más inflado; bellaco es un a modo de Boanerges filipino, y bellaca, la misma princesa Micomicona hecha poetisa.

«Si esta gente no comprendedecía en el café inflado de autoridad, que sin presupuesto no hay política posible, ni hay país, ni nada.

Y después del primer nombre, que usted designará (poniéndose muy inflado), llevará el mío, Segismundo.

[tárdchid] Inflado.

Algunos más jóvenes, como si presintiesen un peligro al aproximarse al buque se arrastraban sobre sus cortas nadaderas, arrojándose al agua con el estrepitoso chapoteo de un odre inflado.

Subido en un caramanchel, un hombre tocaba la gaita, saludando a Buenos Aires con el mugido melancólico del inflado pellejo.

Su sangre se enardeció de nuevo, y su espíritu, inflado otra vez con el viento de la honra, volvió a soñar en los triunfos y loores de la vida y en todas las hazañas que él hubiera podido realizar por el mundo.

A este ciudadano inflado y grasiento, por ser entrometido y chismoso, llamaban en el pueblo la Gaceta.

» Gracias a Dios, que buen aire ha inflado las velas y tenemos a la vista las costas de las anunciadas áureas islas.

Hacía un viento vivo; el falucho marchaba rápidamente, con la vela grande y el foque inflados por el viento, haciendo murmurar las aguas que cortaba con la proa y dejando una estela de remolinos espumosos.

¿No tengo mi alcoba, tan silenciosa, tan recogida, mi cama tan cómoda, de dorado bronce, con un sommier y un colchón que convidan á tenderse en ellos, con un edredón relleno de plumón de ánade, que halaga sin pesar, que al apoyar en él la palma, brinca y se hunde fofo para volver á erguirse inflado?

Después de un ditirambo al «inflado» javanés con que termina el delicado almuerzo, propongo ir á tomar el café bajo el emparrado, en la enorme mesa de piedra toda bordada de vegetaciones que el sol metaliza.

Y un pecezote hinchado, inflado, junto al escorpión de mar.

Todo el cuerpo que, durante horas, pateó la mula, hallábase horriblemente mutilado: el vientre aparecía inflado por unas partes y por otras deshecho;

Como la marea que entra en la ría fangosa y empuja a la superficie todos los detritos podridos, los perros y los gatos muertos con el vientre inflado, así estas aguas, desbordadas del odio popular, habían sacado a flote lo más pobre, lo más mísero y lo más encanallado de la urbe.

El inflado Moncada puede escribir del puerto sevillano: «es la capital de todos los comerciantes del mundo.

En efecto; La parisienne, cuyo título ya es una calumnia que debiera ofender á las mujeres de París, no pasa de ser un buñuelo inflado; un asunto y unos personajes de comedianta, tratados con una prosopopeya y un empaque como quien dice: «Esto es ahondar en el corazón».

PAGE.¿En un hombre inflado?

Yo no le tuve nunca simpatía a aquel hombre, y al globo inflado de su vanidad le hubiera dado con gusto un alfilerazo si hubiese podido.

Eran damas de amplia falda á festones, ahuecada por el miriñaque, igual al casquete de un globo inflado, con una rosa en la diestra y una pequeña capota de bridas sujetas bajo la barbilla; caballeros de corto levitín, pantalón amplio en las perneras y muy ceñido al pie, de tela á grandes cuadros, el rostro con bigote y patillas, y al lado de ellos, sobre una columna, un sombrero de copa enorme.

Pues, este hombre, verdaderamente grande, conoció demonstrativamente el peso del ayre con un experimento que hizo, sencillo, simple, y natural, sin mas Máquina Pneumática, que la de un triste pellejo: pesóle primero estrujado, y pesóle despues inflado, y halló, que inflado pesaba mas que estrujado; con que infirió legítimamente, que á no ser por arte de encantamiento esto no podia suceder, sin que el ayre tuviesse peso.

Pues, este hombre, verdaderamente grande, conoció demonstrativamente el peso del ayre con un experimento que hizo, sencillo, simple, y natural, sin mas Máquina Pneumática, que la de un triste pellejo: pesóle primero estrujado, y pesóle despues inflado, y halló, que inflado pesaba mas que estrujado; con que infirió legítimamente, que á no ser por arte de encantamiento esto no podia suceder, sin que el ayre tuviesse peso.

Ya Cicerón vituperaba en los latinistas españoles el aliquid pingue, un algo pingüedinoso, inflado.