1792 oraciones de ejemplo con jornadas

Algunos están divididos en tres jornadas.

Entremeses, ó pequeños dramas burlescos, que se representaban entre las jornadas de las comedias, ó entre la loa y el auto.

Todas cuantas he visto, se dividen en tres actos, que llaman jornadas.

Entre las jornadas hay entremeses ó bailes, que suelen ser lo mejor del espectáculo.

Dice que las comedias llegaron á un alto grado de perfección desde que se representaron en los teatros de Madrid su Trato de Argel, La destrucción de Numancia y La batalla naval, en las cuales redujo á tres las cinco jornadas que se usaron hasta entonces.

La Numancia, todavía á la antigua usanza, se divide en cuatro jornadas, al paso que La batalla naval sigue la nueva de tres.

Constan las dos de tres jornadas, y están escritas en diversas medidas métricas, como octavas, tercetos, silvas, quintillas, etc.

Aunque estas son las partes principales, que en si tiene la Comedia, con todo se suele dividir en quatro ó cinco jornadas.

Pero lo mejor es hazer tres jornadas solamente, una de cada parte de las principales.

» Lope de Vega llamaba á su Dorotea, que no está en verso, acción en prosa, y Calderón, á la pieza en dos actos titulada El Jardín de Falerina, representación de dos jornadas.

» Luis Vélez de Guevara, El diablo cojuela, tranco 4.º La señal externa, que diferencia á los autos de las comedias, es que aquéllos no se dividen, como éstas, en actos ó jornadas, aunque, á la verdad, haya algunos autos al nacimiento que se exceptúan de esta regla.

) Lope de Vega, en la época, en que las comedias tenían cuatro jornadas, dice que en cada uno de los tres entreactos se representaba un entremés; pero después no se hizo así, y ordinariamente se representaba uno solo.

¿Somos nosotros los mismos que pasaron noches de purgatorio en ventas dignas de la pluma de Cervantes, por conocer las ruinas de un castillejo moruno, los que hicieron largas jornadas en carro de violín, por contemplar un retablo gótico; los que sufrieron á caballo todos los ardores del estío andaluz, buscando el sitio en que pudo existir tal ó cual colonia fenicia ó campamento romano?

Los salmantinos lidiaron en diferentes jornadas con varia fortuna, que se les declaró al fin totalmente adversa en los campos de Villalar.

Había acompañado a Escocia a Carlos X, después de las jornadas de julio; pero se alejó de Holy-Rood, al cabo de quince días, escandalizado de ver que la corte de Francia no tomaba muy en serio su desgracia.

Hizo el camino a pie, invirtiendo en él diez jornadas, y llegó fresco y dispuesto a trabajar, con catorce francos y medio en el bolsillo, y los zapatos sin estrenar, en la mano.

Y se reproducían el mismo trabajo, igual movimiento en estación más cálida, bajo sol más vivo, con alternativas de fuertes vientos o calma atmosférica que producía jornadas de espantoso calor y noches como auroras, precursoras de días de tormenta en que el ambiente, cargado de irritante electricidad, reaccionaba aparatosamente.

Durante esas jornadas conoció las riberas del Chucuito, los tambos del Collao, la quebrada de Humahuaca, los desiertos de Córdoba, las cordilleras de Mendoza.

Pasado este rio, dos jornadas adelante, entramos en el valle de Andaguailas, templado, donde se da maíz y trigo; es bien poblado de indios, abundante de ganados nuestros y de la tierra.

CAPITULO LXXXIV DE LA LAGUNA DE CHUCUITO Pasando adelante por el camino Real, á pocas jornadas de aquí, no son ocho, damos en la laguna de Chucuito.

De aquí á Calamarca, otro pueblo de indios, hay dos jornadas largas, donde se junta el otro camino de Omasuyo, que corre por la otra parte de la laguna; por lo cual es necesario volver á tractar dél.

El ejército de Don Fernando, después de salir de Córdoba, había venido por sus jornadas hasta Sevilla, no sin haber luchado antes en Écija, Carmona y Alcalá del Río de Guadaíra, donde una vez expugnado el famoso castillo, puso los reales á la vista de la ciudad de los infieles.

Inventó tramoyas, nubes, truenos y relámpagos, desafíos y batallas, pero esto no llegó al sublime punto en que está ahora; y esto es verdad que no se me puede contradecir (y aquí entra el salir yo de los límites de mi llaneza), que se vieron en los teatros de Madrid representar los Tratos de Argel, que yo compuse, La destrucción de Numancia y La batalla naval, donde me atreví á reducir las comedias á tres jornadas, de cinco que tenían.

Avanzó él mismo tanto en las jornadas y con tanto secreto, que entonces supo Cabrera la venida de Abreu cuando le vió en Córdoba, y se halló en prisiones.

Los nombres de los parages, que jamás pudieron entender otros indios leyendo á Falkner, estos los nombran del mismo modo que su diario, y convienen con él en las noticias, diferenciándose solo en la distancia de Huechun á Valdivia, que dicho diario pone dos jornadas, y estos indios dicen que cuatro.

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