311 oraciones de ejemplo con lidiamos

No fué el atleta histórico, el guerrero que cae en medio de la lid sangrienta herido al golpe de mortal acero.

el mortal, en su inquietud batalla; y mártir o verdugo, vencido o vencedor, en la lid halla lauro esplendente o vergonzoso yugo.

Ya en lid con los elementos en el ancho mar a solas, no traen hasta mi los vientos los rumorosos lamentos de aquellas vencidas olas; y apenas la vista alcanza su velámen arrogante, que se ofrece a semejanza de blanco espectro gigante, alzándose en lontananza.

, 3316: Miembrat quando lidiamos çerca Valençia la grand.

Lo había ganado en buena lid.

Mi padre se limitó siempre a decir que no buscasen al culpado, que la herida había sido en buena lid.

Por todas partes cubre el manto de la política intereses egoístas y bastardos, apostasías y vilezas; pero, al menos, en las capitales populosas, la superficie, el aspecto, y a veces los empeños de la lid, presentan carácter de grandiosidad.

¡Qué elecciones aquéllas, Dios eterno! ¡Qué lid reñidísima, qué disputar el terreno pulgada a pulgada, empleando todo género de zancadillas y ardides! Trampeta parecía haberse convertido en media docena de hombres para trampetear a la vez en media docena de sitios.

Pero ahora era dueño del tesoro; ahora la nené le pertenecía; la había ganado en buena lid, la poseía por derecho de conquista, ¡ese derecho que comprenden los mismos salvajes!

Que quien desprecia, ¡viva el valor!, en lid la muerte, al fin la suerte lo coronó.

Lid haya y guerra , ¡vive Dios!, bien corra el dado, y de soldado a conde iré.

¿Por qué caso tan raro te encontré solo en la tremenda lid, más valiente que el Cid, entre fieros paganos? D. Tristán.

Permaneció en el Conservatorio hasta el 1899 y allí, en reñida lid, obtuvo primer premio de solfeo y de armonía, y segundo y primero de piano, mereciendo una especial felicitación del tribunal examinador.

Se mira el reloj: son, por ejemplo, las diez; el sol achicharra, apenas se mueve una hoja, y si se está cerca de la posada ó hacienda, lo mejor es irse á casa á descansar: el perro se rehace y al dia siguiente el cazador se encuentra más entero y dispuesto á volver á la lid mejor que el dia anterior.

Nos vencían en lid ó por más numerosos, ó por más diestros; pero no nos destruían fingiéndose amigos nuestros, no devoraban las entrañas de la nación como estaban haciendo los austriacos.

¡Ay de ! ¡Cuán necia fuí en mostrarme orgullosa al ver que un rey tan digno, un caballero tan fuerte, exponia su vida en peligrosa y sangrienta lid por alcanzar mi posesion, cuando hoy le veo arrostrar la misma suerte por un motivo tan frívolo! ¡La ferocidad innata en vuestro corazon fué la que entonces os inspiró, y no el amor que por sintierais!

Antonio Martín dió la voz de ¡marchen! Como no tenían música, al pasar por el pueblo, Aviraneta comenzó á cantar el himno de Riego: ¡Soldados!: la patria nos llama á la lid; juremos, por ella, vencer ó morir.

padecen ¡vive Dios! padecen; y padecen desdoro, porque el perjuro, el vencido en Luchana, los combate otra vez; y por el solo hecho de combatirlos, los afrenta... y el campo de batalla está á las puertas de nuestros hogares indefensos; indefensos, porque no hay patriotismo en ellos; y porque no le hay, se desoye mi voz que le invoca á cada instante, y sin cesar llama á la lid contra el pérfido...

Ya que el diablo ha metido aquí la patadecía,echando sobre la mesa la envenenada manzana de la sempiterna cuestión de los genios dulces ó amargos, déjese á cada cual defender el suyo en buena lid, que hablando se entiende la gente, y no metiéndose los dedos por los ojos, ¡caramba!

El caballo blanco olfatea la lid.

fué la lid! el extranjero Escaló como furia las montañas, Dejó como reguero, Palpitando en la tierra sus entrañas.

Allí perdió todo el miedo, muy gran esfuerzo ha cobrado, peleó valientemente mientras la lid ha durado: unos mata y otros hiere, hizo en ellos grande estrago.

223 Entonces no hubieras visto que el divino Agamenón se durmiera, temblara ó rehuyera el combate; pues iba presuroso á la lid, donde los varones alcanzan gloria.

Si alguno de aquéllos viene á tentarte, no quieras combatir con los inmortales; pero si se presentara en la lid Venus, hija de Jove, hiérela con el agudo bronce.

Encontrábase la lid muy empeñada, cuando recibieron los hermanos Agramonte

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